El objetivo de la cámara

BLOG FOTOGRÁFICO: El objetivo de la cámara enlace: http://eiruceiram2.blogspot.com/

jueves, 28 de abril de 2011

Aprendiendo


Mama está en la cocina, todavía está en la cocina esperando a que lleguemos de clase. Nos recibe con su delantal puesto y una sonrisa de bienvenida. Huelo su sopa desde la calle e indica el camino a mí estomago hambriento. Que ganas de llegar a casa tenía y de tirar encima de la cama la mochila. Ya oigo a mama que viene detrás riñéndome y recogiendo mi cazadora que la he dejado tirada en el suelo. Se nota que estoy en casa, pronto llegara papa de su nuevo trabajo y sabremos qué tal le ha ido todo. Ayer estaba nervioso y no sabía si le iba a ir bien y como le acogerían sus nuevos compañero. Estamos seguros que sabrá hacerlo bien, que es lo importante. Ha estado más de media hora para decidirse que ponerse, luego se queja de mama y su tardanza. Yo le he visto muy guapo, hacia tanto que no veíamos esa expresión de entusiasmo en su cara. Lleva tres años en paro pero no ha sido fácil que le dieran una oportunidad. Oigo llegar a mi hermano del instituto con su bici. Siempre llegamos a la vez, pero hoy se ha entretenido tonteando con una chica. Según él necesitaba su ayuda.

Mama no para de un sitio a otro está nerviosa y solo hace que limpiar la casa, ya no sabe dónde sacarla más brillo. Vamos a esperar a que llegue papa porque no queremos que se siente solo a comer si le ha ido bien, y si le ha ido mal ¡que les zurzan!. Todo el mundo me pregunta por papa en clase, los vecinos, sus amigos... Y todavía siguen pensando que no está bien. Papa es papa y sabe salir de los baches más duros, claro que han cambiado las cosas y no ha sido nada fácil crecer más rápido y cambiar la forma de cómo vivíamos. Del último golpe hemos aprendido a valorar cosas y no solo por las que nos faltan, si no por lo que nos va a costar demostrárselo al resto de la gente que podemos seguir adelante. La gente debería dejar de preguntar de papa y mama, y de cómo estamos. Y si no saben de qué hablar que solo saluden.

Al principio costaba mucho estar en clase, todo el mundo nos miraba como si fuéramos diferentes. Ellos hacían que lo fuéramos, nadie es igual, nadie se salva de que su vida cambie en algún momento. La gente no entiende que no he dejado de ser yo. La lástima es algo que no pega con mi familia, somos luchadores y cobardes también. Pero sabemos buscar el valor donde ya no queda nada. Papa y mama nunca han sido cobardes, nos ha dejado las cosas hechas casi siempre y me alegro que de todo esto haya cuestionado lo que nos queremos. Madre mía!!!. Es impresionante las ganas que todos teníamos de seguir y cómo íbamos haciendo el relevo. El desanimo nos toco a todos cuando nos dimos cuenta que la pesadilla era de verdad. Se lloro mucho entonces. Ahora ya no lloramos, es perder el tiempo y queremos cambiar a mejor. Por ellos, por papa y mama que se dieron cuenta de que todo aquello nos venía grande y siendo tan críos. Papa está bien y mama es lo que mejor ha tenido papa a su lado. Ahora estamos mejor que antes por lo menos hablamos cuando alguno esta triste o preocupado.

Lo peor que lleva mi hermano son las miradas fijas que nos acompañan por la calle, es esa expresión de parecer que no somos felices. ¡Que sabrá la gente de que nos hace felices!. Papa y mama están con nosotros y eso es lo importante. Si, hemos cambiado y no por voluntad propia.

De mayor quiero ser… Quiero ser tantas cosas, me encantaría poder trabajar con gente como papa. Creo que papa nos ha puesto el listón muy alto a mi hermano y a mí. Cada día nos ha demostrado que no se da por vencido y mama nos ha enseñado como ha sabido estar en su sitio.

El otro día escuche un comentario que me dejo pensando un buen rato en la calle. “Tu padre es el hombre indicado para enseñarte que la vida se ve de manera diferente y estaba preparado para lo que le paso”. Eso ya lo sé. Pero no creo que lo que le paso a papa se lo merezca nadie, ni nadie esté preparado a cambiar su vida drásticamente. Y no es fácil para papa enseñarnos a tomarnos la vida mirando su lado positivo. Y estamos seguros que papa aunque vaya de duro habrá llorado de rabia en muchas ocasiones. Nunca lo ha hecho delante de nosotros, y eso no habrá sido nada fácil para él. No ha sido nada fácil para nosotros ver a papa rendirse y volver a levantarse.

Oigo el coche de papa, ya está llegando, yo también estoy con los nervios a flor de piel y más porque no he dejado de pensar en este trabajo, esto era un paso más para poder seguir hacia delante la familia. Se merece que le haya ido bien, no por ir en una silla de ruedas, sino porque no ha dejado de luchar y para ese trabajo sí que está preparado.

Iré a ayudar a poner a mama la mesa mientras llega, porque ahora papa tarda un poco más en bajar de su coche, pero eso ya no importa. Veo a mama desde la ventana que no tiene paciencia y sale a ver a papa al coche. Creo que no les había visto sonreír tanto desde antes del accidente…

No hay comentarios:

Publicar un comentario