El objetivo de la cámara

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viernes, 6 de agosto de 2010

Humo


Los ojos se ven hipnotizados por las formas sinuosas que eleva el aliento por encima de los labios, cuando el aire mastica el tabaco quemado lentamente, el deseo de encumbrarlo muy alto es enorme, tan enorme que el aire invita a un baile, que comienza en la comisura de la boca y es terminado en el olvido de la siguiente calada.

El tacto del filtro hace de las suyas, besa a la lengua en cada viaje de ir perdiendo un poco de vida. Demuestra ternura encendida cuando regala caricias entre los dedos, su fea intención o bella intención, es ganarse la confianza de la mano. Sin darse cuenta el olfato, que está embelesado por lo atraído del inconsciente se pierde, y el humo aprovecha la situación, para borrar los olores del resto, los encubre haciéndose único en el ambiente, masacrando los perfumes de pureza que se encuentra por el camino. Espera tranquilo, para adentrarse en ti como único olor que juega, entrando y saliendo por otro camino.

El gusto y el aroma que se pasean por cada uno de los sentidos del cuerpo te poseen, buscan como los pulmones se llenan de la gris silueta en cada aspiración abrazando lo inhalado de la boquilla.

Enciendes con suavidad el cigarrillo, lo tomas entre los labios ofreciéndole un tierno mordisco, inquieto y deseoso de probarlo, aspiras su humo con la pasión que la boca ofrece su mejor apertura, el rostro muestra la satisfacción, lo saboreas como se saborea el pecado, y envuelves el aire, vistiéndolo con una nube de humo que muestra tu ser, y le dejas conquistar el cielo de tu boca a ratos, escapandose misteriosamente se fuga, con lo que roba de ti en cada ocasión que se lo permites, se lleva un poco al hombre que llevas dentro.

Sabores con cada calada un diseño de formas que desaparecen fundiendose en el más allá de la nada, pero no dispuesto a que se terminen, eres preso de seguir imaginado más y llenado el aire de lo que se vacía en tu pecho, dejando consumido al pitillo que sujetas en la mano.

Gozas de su control cuando lo sueltas según el deseo de tu boca, y notas de manera intensa como te toca el paladar, y el paladar le devuelve el toque quedándose su sabor dibujao en la ocuridad de la garganta. El tabaco deja la boca con el sabor amargo como dejas la colilla en el suelo pisoteada al ser abandonada. Sólo el suelo es poseedor de los restos, depués de saciar con ella la ansias. Vives con el sabor enganchado en la ropa, y lo buscas si desaparece de la piel y del aliento.

Los labios sujetan el cigarrillo tentando mis celos, tentando mis estados de ánimo, tentando las ganas de seguir siendo mujer, para convertirme en vicio...

Hubiera deseado estar entre tus manos, y me sujetaras con la firmeza con la que le sujetas a él.

Hubiera deseado estar entre la boca y penetrar como penetra el humo, llegando hasta lo más profundo de ti. Pero has ido envolviendo su sabor placentero con sabores de fuera.

Ensucias la mezcla de humo de hogar y humo de bulevar, sacando lo peor del vicio y de mi. El humo dibuja en el aire la hebra desigual de un camino que no parecía fácil…

Los besos que sueltas a mis labios son despedidos con menos deseo, que cuando se los sueltas al pitillo.

Guardas un vacío en la mirada, contemplas la lejanía, y en silencio los demonios de sus hojas secas te poseen, es un manjar trucado que ha sido bañado de sustancias que trafican la voluntad.

Te vuelves adicto a él y leal, desmasido leal, y demasiado confías en él. Has abandonado todo de ti y no puedes separarte ni un momento de su tacto, le das un protagonismo desorbitado y fuera de lugar, dejandome fuera, tengo que verte como pierdes a veces el control por él, y dejas en duda la capacidad de decisión de ti.

Siento celos, y muchos, de los pensamientos que le dedicas, de la adicción que te persigue, de las ganas que pones cuando lo sujetas, del sabor que te deja en la piel y en la boca. Siento celos de la visión de tus ojos que reflejan el embrujo en el que estas envuelto a ratos.

Sueño en ser la niebla de tu boca, llenar tu aliento con las formas de mi cuerpo, y darte los sabores y colores más allá de negro alquitrán, que se quema y deja el amarillo tatuado entre los dientes.

1 comentario:

  1. Bueno, ahí te dejo esta, no encontraba nada mejor.
    http://www.youtube.com/watch?v=TUbnO0cH1F0

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