El objetivo de la cámara

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viernes, 31 de diciembre de 2010

Vale la pena


Dejaría morir…, Dejaría nacer… cada vez que vives en mí. Tachar en la mente los trazos, cuando me recuerdas y no me recuerdas… Viéndome medio muerta…, feliz e infeliz…, vacía y completa…, fugaz y eterna..., ser libre y esclava…, pero juntos soñando despiertos, anidando en tu cama, sabiendo darte y sabiendo dejarte.

Saltaría al vacío para caer en los labios que susurran mordiscos y creen que no tengo en la boca pegada, la luz de la luna partida en pedazos, porque cada cacho se sienta y se tapa apagando su brillo, dejando a oscuras un mundo, que vale la pena.


Incluso enfermaría, y envuelta en calentura de ti, gritando en delirios, sabiendo que eres mío, queriéndome y sabiendo no hacerlo. Y cada línea escrita de historia con feos finales, haraposos momentos y grietas que sudan el llanto, la acompañaría hacia dentro del cuerpo, aun sabiendo que no hay bonitos reencuentros.


Buscaría en la sombra de los girasoles, su amarillo solar, y en las flores marchitas su tenacidad. Buscaría el amor en cualquier pareja del parque, Debajo de una escalera, o en la estación en la primavera, siguiendo su aroma de amor y dejándome atrapada con la mirada en un mundo de extraños, que no saben besar sin encender una estrella con forma de flor.

miércoles, 29 de diciembre de 2010

Deja que te mire


-¿Qué te pasa?.


-No sé, estoy triste. Y me siento fea y rara, no me veo como antes.


-No deberías…


-Es que me he mirado al espejo… y no me reconozco.


-¿Quién tú o el espejo es el que no sabe quien eres?.


-Ambos.


-No pierdas el tiempo con el espejo, mírate lo justo.


-Es que está siempre ahí por las mañanas y antes de ir a dormir.


-El que debería estar aburrirlo es él, siempre ahí esperando a que alguien se asome. ¿Y porque triste? ¿Te ha dicho algo el espejo?.


-No hace falta que hable, lo veo.


-El espejo no siente lo que refleja, no entiende de belleza, ni de alegrías…


-Si pero refleja la edad y el ánimo.


-¿Edad?, ¿ahora los espejos saben de eso?.


-Si ellos y yo lo sabemos.


-Pues que novedad…, Él no te ama, ¿Te ha insinuado algo?


. No, pero si su reflejo.


-Te habrá parecido ver lo superficial de un reflejo.


-No, porque ayer, y antes de ayer vi lo mismo. Tengo patas de gallo y mira a cada lado de la boca dos surcos que me cruzan las mejillas, ya no soy como antes bonita y sin ninguna marca.


-Tú lo has dicho sin nada, vacía… ¿No me digas que te preocupas por esas líneas?. Ahora vas a saber más tú y el espejo de lo que puedo ver con mis ojos al mirarte.


-¡Es terrible!, tú las llamas líneas.


-Lo que llamas tú patas de gallo, para mi ha sido el empiece de la sonrisa en tus ojos cada mañana y lo que tienes a cada lado de la boca las marcas de lo que he dejado con mis besos. -Hablare con ese espejo y le diré que no sabe nada de ti. Que no tiene ni idea de lo que has cambiado!, porque esas líneas nacen de la felicidad y son inmortales como los besos, cada una me hacen sentirte más mía que de nadie, porque todas las conozco y a todas las he visto jugar en tu cara. Y claro que estás triste, porque ahora no sonríes cuando te digo que llevo contigo desde que nacieron en tu rostro y espero verlas hasta el último día de mi vida.


-¿Te sigo gustan?. Con media sonrisa en la cara le pregunta a él. Silencio...


Si, cada día me presento a la nueva chica que veo y que envejece conmigo y beso sus labios para no olvidar que no han perdido el sabor, que guardo desde el día que la besé por primera vez.


Sonrisa de ambos...

martes, 28 de diciembre de 2010

Alféizar de mi ventana




Atraigo la respiración con el pensamiento antes de romper con la separación de la zona acristalada de mí cuarto, y busco fuera de la ventana un latigazo de vida nueva. Es demasiada vida para los pulmones y se estremecen. Y devuelvo a su cascaron la cabeza y el cuerpo. Es tentador sacar de nuevo la cabeza y contemplar la altura y sentir el vértigo y a la sangre pasear hacia las sienes.


Sigo pensando en volver a tentar a la suerte y salir, cada bocanada robada es un pellizco de energía que arranco a la brisa, sabe a profunda experiencia. No sé que hacer, si probar a devolver un poco de aire soplando fuerte, para sacar la rabia contenida y dejar que se la lleve lejos.


El lodo que queda en cada pulmón, sale a la superficie para ser limpiado, y sano mi alma. Hace frío y es pedir demasiado al invierno que vomite un poco más de su furia y bata sus alas por encima de todo. Ojalá desparrame un blanco esponjoso y tape las bocas de todas las salidas del mundo. Aquí dentro con nuestro olor de hogar y la gente que hace que la vida tenga un sentido, porque no hay mejor cosa que saber que todos los que amas están bajo el mismo tejado cubierto de nieve, y ahí fuera los problemas helados y sin posibilidad de entrar. Y yo feliz en mi refugio riéndome de todos ellos.


Pintar una postal brutal y crear un pequeño paraíso es impensable en el territorio de los quitanieves y la sal gorda. Si, los sueños pueden ser rotos por el cloruro sódico, en cuestión de minutos las placas se quiebran dejando al asfalto dueño de su sitio. Y a los problemas errantes, esperando a sus victimas. Todavía me queda ver como cuajan los pedacitos de vida helada en la ventana, antes de que vuelva a buscar fuera más caricias mi rostro. E imaginar y sentir que mi morada está cubierta de estrellas del frío y de arpas con cuerdas de carámbanos. Se va llenando el alfeizar de dados húmedos, se quedan ahí tan inmóviles y fuertes escalando cimas de sueños.


Me gusta que curioseen mi cuarto. Unos pegados más que otros en el cristal, adornando ese paisaje que me tienta tanto, para volver a sentir una y otra vez...

domingo, 26 de diciembre de 2010

Lo llamado Espíritu...














UN POCO DE SENTIMIENTO INVERNAL Y DE LUCES DE COLORES..., QUE LOS SUEÑOS SE MEREZCAN UNA OPORTUNIDAD Y LAS RISAS TODAS. UN BESO

jueves, 23 de diciembre de 2010

Sin comentarios



Me parece injusto que no sepan diferenciar la luz de la oscuridad, y me deja en estado de duda, que no puedan ver algo que no tiene sentido para la lógica más fondona. He estado parada entre la mañana y sus mitades, y he sentido el aullido del amanecer y el sollozo de cada uno de los rayos que morían. Sería fácil sentarse delante y sentir la frescura de las palabras, pero se congelan antes de llegar a los oídos. No me siento guía del mundo, pero si me siento capaz de dejar algo bueno, no me creo que este aquí sin tener algo que ofrecer a alguien. Sonrío cuando estoy triste y eso lo hago por desear dar calidez a mis palabras, sin tener un día alegre. Y no quiero contagiar a nadie de mi pena, siendo el dolor mío y fugaz….


Siempre he pretendido dar lo que doy sin dobleces, y sentir lo dado. No merece la indiferencia ser dueña de un ápice de existencia de mí ser. Lanzo como simiente al aire lo mejor que llevo dentro, pero todo no fructifica en positivo. Las rachas de conflictos llegan como las cosechas en época de ser recogidas. Será que hay que aprender lecciones de humildad y preguntar como se debe cuidar bien la tierra. Y coger la libertad con cada mano para enterrarla y se reproduzca. Son incapaces de soñar, ni robando los sueños vagos que se desechan en las pesadillas, y pueden hacerlo, pero no quieren, miran y dejan perder las ocasiones de sentir a la noche como excava en la mente un cuento. Intento ser sincera, llevar la realidad de un ejemplo de la vida, decir la verdad…, y me demuestran que no existe en su cerebro el abanico de posibilidades que pasean por el universo.


Que mal encajan las ideas, sino coinciden con la suyas. Tampoco es que me crea que tengo la razón escrita en mis manos. Son inquietantes los términos que usan ante la lucha, y no es necesario luchar con rostro de tolerancia parchando los prejuicios de un extremo. Venden a gritos lo que les conviene a ellos, sin pensar en como se pueden sentir el otro lado. Lo que mejor sería, es lograr lo que conviene a todos, pero dando pisadas cautas..., y escuchando.

Se volvieron presa de la impaciencia y ella es lista y sabe seducir y se calla cuando los atrapa. Me canso de observar que no son capaces de contar todos los dedos, y sentirse bien por solo tener que preocuparte de eso. Ven humo en las nubes, pero el fuego está en los ojos con los que miran. No hay tormenta que se forma en los labios del alba, sin comentarios contrarios, aunque suene a tragedia, que se vuelva para siempre mi silencio gobernante de la opinión de mí mente y de mí corazón.

miércoles, 22 de diciembre de 2010

Antes... y después




Ya no se lleva echar pan a los patos en el estanque, ni reírse haciendo muecas al asomarse en sus aguas. Ni siquiera se piensa en los abrazos a la hora de sentir la protección de un minimundo, y quedan para el recuerdo de antaño lo amable y humano.


La gente ya no se mira a los ojos, más bien siguen mecánicamente una línea invisible de repetición de un paisaje insulso. Se ha dejado de pasear debajo de la lluvia, y de sentir cada una de las gotas únicas, que nos ofrece la madre naturaleza. Cada gota ha olvidado su sitio y ya no donan su fugaz vida, para empapar la tierra y desaparecer de manera delicada.


No hay tiempo para un momento de sabor y de placer, tomando un buen chocolate caliente junto a la ventana, ¿y por qué no?, sentados en una mecedora. Y menos contar historias de miedo en torno a una hoguera. Ni pensamos con nuestro paladar en la comida de mama, y en esa sopa calentita de la abuela. Se desea algo rápido y efímero en la boca.


Los estribillos de las canciones se marchan con los chasquidos de dedos. Y desaparecen cuando llegan otros nuevos sin dejar una señal, ni un mensaje. Ahora se prefiere correr a buscar nuevos sonidos que dejan las letras sin un fondo de percusión en el alma.


No nos jugamos un beso, una oportunidad, ni un juguete lanzando una moneda al aire, hemos aprendido a poseer, con las estrategias de la mentira. Incluso de la sonrisa engañosa…


Ya no se queda con los amigos para sentarse en las salas de cine y penetrar en la vida de sus personajes, ni morder con los ojos cada secuencia nacida a golpe de interpretación y fantasía. Nos atrapa más su oscuridad y el solitario sentido de la historia. Es tan difícil llenar una mesa alrededor de gente que huela a familia y a amistad. Nadie puede, ni quiere saber que hay en cada plato, ni en el siguiente. Y menos comentar un pedazo de lo ocurrido en el día, ni saber los pedazos de los que se sientan enfrente.


Ya no se hacen las cosas por amor al arte, ni brota las ilusiones al conocer y llegar a lo que nadie ha llegado. Ya ni las estaciones se aclaran como repartirse los meses, y han dejado de ser el termómetro del mundo, viajan libres y no piensan que un día fueron un referente de cada semilla que crece en el suelo. Todo queda más alejado que antes por no sentir la motivación, que haga acercar y notar los sueños imposibles más reales, para al ir a rescatarlos.


Cada vez menos se coloca en una balanza lo que si, y lo que no vale dentro de los corazones. Ha dejado de enamorarse el mundo y sus seres, ya no reconocen la palabra románticismo, se fue muriendo a base de decepciones.


Los cuentos antes tomaban vida en las habitaciones con las voces crecidas, y han ido durmiéndose y cerrando sus hojas al no ser leídos, les han dado vacaciones indefinidas, porque ya no está de moda leer y sentir la infancia a edades adultas.


Ya no lloran ni los tristes, ni los emocionados..., se ha encontrado un sustituto que va mutilando las sensaciones cuando van surgiendo al contemplarse con rapidez en el espejo cada mañana. Algo que no echamos de menos y no nos preocupa, es reconocernos a nosotros mismos y lo bueno que llevamos, aunque estemos hartos de mirarnos en el retrovisor del coche...


Se pasa de las pequeñas cosas por su tamaño tan ridículo y se han arrinconado todas en montones inservibles, antes llenaban nuestros pulmones de armonía: "el respirar la fragancia del romero en el camino", "el olor de la fruta fresca troceada","el pan recién hecho", "el aroma maternal", " las sonrisas al otro lado del teléfono"...


Y nos hemos perdido hace tiempo, dejando atrás lo que nos dieron de la mano los recuerdos.

lunes, 20 de diciembre de 2010

Y calla...



Palpita sin sentido las llagas, el dolor…, Palpita muerta, seca y fría la voz de un niño lejos de la mano de su madre. Palpita por momentos la antipatía y la simpatía cuando ninguna es suficiente.

Y calla…la nostalgia, el susurro y un poco la vida. Palpita para salir hacia fuera, lo oscuro y siniestro, la raza más pura de lo malo, y sigue hacia delante la noche por dentro. Palpita el ruido huyendo de un camino de espinas, para convertirse en atrayente sinfonía. Palpita la manera de ver la verdad, cuando la mentira la atraviesan con la espada.

Y calla…la nostalgia, el susurro y un poco la vida. Palpita esa flor incompleta de pétalos, el riachuelo sin nombre, la alfombra de hierba que no desprende olor. Palpita el viento, ruge, siente y sabe llevar el calor de la hoguera, de las llamas… Palpita la caja donde se guarda lo arrebatado al día y a la noche, la suerte, la ilusión y la caida de ojos de cada reflejo de la luz de lo desaparecido.


Y calla…la nostalgia, el susurro y un poco la vida. Palpitan las agallas, el valor, el miedo entre cortado y el sol te regala su mirada, siendo dueño de la tuya. Palpita el loco amor, furtivo, pasional, ese del que no se habla por ser fuente de pecado. Palpita la luna en sus diferentes estaciones, cada rotura de la palabra en la brisa, la música cuando no tiene a nadie al lado.

                        Y calla…la nostalgia, el susurro y un poco la vida. Palpito y sonrío…

sábado, 18 de diciembre de 2010

Soñadora de sueños



Te has convertido en soñadora para buscarle, llevártele lejos, atraerle cerca y dejarle atrapado dentro del cuerpo. Abres los ojos para soñar despierta y contemplar tu sueño mientras lo sujetas fuertemente. No quieres saber como salir de los sueños de ojos abiertos y menos de los creados con ellos cerrados. No quieres sentir que a él le pueden soñar otros ojos.


Ni quieres enterarte de que puede vivir en otros sueños. Es su sueño, ella lo ha creado, el que nunca se cuenta para no ser robado, lo pintó sin casi colores en la paleta, en un momento donde el blanco y el negro se peleaban por cubrirlo todo. Y supo dejarse llevar para sentirse segura y real, porque era feliz así. En ese espacio entre la verdad y la mentira. No sueña con un príncipe a caballo, ni un hombre perfecto..., ni con un hombre vestido de elegante caballero… Sueña con él, y sabe cuando y donde podrá tenerlo. Es como ella lo había imaginado, es incluso mejor. No lo comparte ni conmigo, siendo ella mi sueño.


Ni habla de él, porque teme que vaya a desaparecer, y ella continué ahí. Creo que si lo pierde la perdería a ella. Porque los sueños se mueren juntos. Él tiene suerte de tenerla y dejarse querer por ella. Y creo que lo sabe porque sigue junto a ella, dejándola soñar.

jueves, 16 de diciembre de 2010

Estrella mojada



Tirada en la playa de sábanas de una cama fría, se deslizo sobre mi cuerpo desnudo una botella de cristal, donde quedaban los sueños tapados con el crepúsculo. Presa en ella vive una estrella con luz de farolillo de mundo de barrio ideal. Y las ganas de romanticismo cubren la piel de las noches simples. Ni los cuentos de hadas saben de instintos carnales para ser escuchados. Los deseos se parten entre dos mundos y los sostengo entre la nuca húmeda. La ilusión navega dentro de un golpe de ola, con rumbo hacia lo rocoso de la almohada.


Cada brote de la noche se deja tapar con mi cuerpo. Y se destapa cuando vuelvo la mirada. En la constelación de los parpados, busco la estrella que me falta para completar el brillo de los ojos que se han frenado por la falta de entusiasmo. Borracha del vaivén, me adentro con inocencia en un océano de altas dosis de quemazón..., Las regiones prohibidas enloquecen en el viaje de sabor a dulce vida. Lanzo las redes destapando a los besos para salir a pescar, y atraigo seducido al aire. Ebrio bebe en mi ombligo lo que no bebe en ninguna otra cama.


Al marcharse el sol como cada día, lo líquido de mi cuerpo no deja de flotar encima de la botella, esperando a colmarse de erotismo. Nado entre la espuma de cada sueño oculto, dividiendo en un brindis a la noche y al día. El cuerpo queda sediento al sudar, y se vuelve la carne espejo de mis mentiras. El cáliz y la lengua se unen para darse ese placer de tragar a la mujer que se oculta en el fondo de un vaso abandonado.


Sola y lejos de ti el agua plateada centellea entre mis caderas, dibujando el reflejo de la luna en ellas, y volviéndolas bellas todas las noche. La tristeza se evapora con el abrazo del cielo mulato que me protege. Me dejo llevar por lo cristalino de una frase que sujeto en el pecho, antes que se pudra en mí esta sensación de hermosura. Me salpica cada momento de amor y de desvelo, de falsas ilusiones, me arranco la frescura y la vida. Apago la fe y la sin razón... El líquido de la saliva que baña el paladar hace avivar un corazón amante y lleno, para dar algo, algo, algo ó todo, todo, todo…de forma desbordada.

miércoles, 15 de diciembre de 2010

Borrón y cuenta nueva



Te odio, por no saber quererme, por no cumplir lo pactado en cada caricia y clavarme en las heridas besos infieles de cariño. Te odio por no salir corriendo de tras cuando me enfado, y te paras en un lado equivocado.


Te odio, cuando no sabes que hacer, y espero un abrazo, un susurro, incluso una flor seca. No miras, ni escuchas, ni hueles. Ya deberías saber que te dejo rastros de mí ser y no me dices nada. Espero que no vuelvas. Te miro y no se quien eres, no te conozco, no se por qué choque contra ti, y me sedujo tu fatal antipatía. Delito del destino. Soy más que tú, elevada a la décima potencia, pero has conseguido restar en mi vida, en vez de sumarla. Vuelves en busca de insultos, de malas caras y de dolor, eres demonio con piel de amante. Eres centro del olvido, fuego sin leña, y un conjunto de chistes caducados.


Ya no eres ni saliva en la boca, ni deseo perturbador de las pasiones. Pero te odio sin fin, pero con un principio acuestas. Que ya no cuesta ni llevarlo a todos los lados. Me vengué dejándote de querer, saliendo de tú vida, sacando cada trozo de sonrisa de mi alma. Me vengué, pero no sabía como sacar la verdad y la mentira de ti.


Destruyo con un chasquido de los dedos esa fuente duradera y enraizada en las entrañas. Ahora pasas de ser algo remoto de mí existencia y llevas camino hacia el destierro de la simpleza. Ya no siento esa profunda sensación que me atrapaba. Eres un poco del pasado, nada del fututo y mí presente es felicidad sin un Romeo de cartón.

martes, 14 de diciembre de 2010

Compañero de habitación


Suena el móvil mientras voy al volante…


-“No subas a la habitación, han llevado a su compañero y está muerto en la cama-“. Ella me lo cuenta nerviosa y afectada. ¿Cómo?, no jodas!, ya va el segundo que se muere a su lado.


-No subas, espera abajo, parece que no ha resistido la prueba, está muerto-. Me dice.


-No me sorprende, el no quería hacérsela. Era viejo y vaya prueba más dura-, le obligaron a firmar la hoja de autorización-…. Fui testigo de aquello el día anterior. Intento asimilar rápido lo escuchado. También estoy afectada....


-Se lo han cargado!- me dice ella, y cuelga. … apago la radio... Silencio. Y más silencio... Sigo conduciendo de camino al hospital. He salido de trabajar y es la hora de comer, las ganas se cortan de cuajo. Y la mente se retuerce por el camino. Suena de nuevo el móvil… Paro el coche, en seco.


-Dime-, contesto muy rápido.


-Estoy muy nerviosa sube estoy en la sala de espera, sube por favor- La voz está agarrada por el disgusto. Ufff!!. Vacilo que hacer, muerte…, caras triste…, y frío en el cuerpo.... Ganas no hay de subir. Pero me lo pide ella. Y no hay más que dejar el pensamiento fuera para no detenerse. Mientras espero el ascensor para subir a la 8ª planta medito. Que decir, que hacer y como aguantar las emociones. En cada piso pienso mucho, no lo puedo evitar, y me ahoga un poco la situación. Joder me toca ver al muerto! Pensaba que iba a ser un día tranquilo. En los últimos pisos, siento tristeza y pena. Me pongo en el lugar del sufrimiento.


Tengo el estomago revuelto. Allí estaba ella sentada y mirando al suelo, su cara cambio al verme, siente un poco de alivio cuando la beso y la abrazo. Pregunto: “ está muerto?, donde le tienen, se le han cargado?, quien hay en la habitación?..., quería saber todo y no saber nada.


-Lo han traído y dejado encima de la cama, no se mueve. Si, está muerto. Y su mujer está llorando y golpeándole en la cara para resucitarle,-. Trago saliva corrosiva, y suelto un taco fuerte. No estamos nada más que nosotras en la sala. Ella está temblando, sus ojos están impresionados y desfigurados cada uno de sus gestos. Su reflejo y su ánimo son absorbidos por mí. Me pide que la acompañe a la habitación.


-Vamos a ver a papa esta en la cama, el muerto está con él. ay madre, va a ser que si voy a tener que ver al muerto!. No soy capaz de decirla que no. Pero no quiero. Es una putad… pero ella me lo pide y accedo. Echo un poco de locura a cada paso. Estoy tensa y busco el rol de dura. Me asomo despacio. Con dos segundos tengo más que suficiente para llevarme en la retina el conjunto de todo.


Mi padre en la cama del fondo, mirándome fijamente y yo en la puerta, quieta. No puedo ni atravesarla, es como si no quisiera entra. Pero desde fuera se ve todo. Él esta encima de la cama, no tiene una sabana colocada cubriéndole la cara, lleva puesto su bata de rayas marrones. Esta tan rígido!. El cuerpo es extremadamente esquelético y yace tranquilo, sus brazos caen a ambos lados de su cuerpo, como si durmiera. Los ojos están hundidos y pegados, lo peor es su espeluznante gesto con la boca, la tiene abierta y sin dientes, no lleva la dentadura postiza.. Los pómulos sobresalen marcando la forma calavérica. Las sienes definen un hueco a cada lado de la cara. Su mujer llora desconsoladamente a pocos metros. Y yo sigo en el umbral de la puerta mirando sus viejas manos.

No digo nada, no sé que decir, ni que hacer, permanezco inmóbil. No entiendo nada, si está muerto por qué no le cubren?, no prueban a reanimarle. Nadie de bata blanca o verde está en escena actuando. Por qué?...


-Vámonos- Me dice ella desde dentro. Susurro lo siento antes de dar la espalda a todo aquello. Las preguntas queman mi cabeza.


Papa ha dicho que daba la sensación que respiraba. Busco la lógica. En los cadáveres queda energía y sale a fuera. Me quedo con la frase, parece que respira...



Suena el móvil.



-Ya voy para casa- la digo a ella. -Está muerto, pero papa dice que respiraba ligeramente-.


-No puede ser- ella me contesta. -Lo sé, le habrá parecido-. Ambas sentimos un escalofrío.



Al llegar a casa, necesito llamar a papa, no he cruzado palabra con él, sé que lo habrá entendido, la situación era muy fuerte. Necesito saber si está bien. Está en primera fila de todo y no es muy agradable tener a metro y medio alguien tieso. Me dice que su compañero de habitación está recuperado y se esta levantando.


-Que?- Joder que disgusto, no estaba muerto?. Pregunto perpleja.


- No, solo anestesiado, no nos lo habían dicho-. Me dice papa.


-Pero es que son imbéciles en el hospital?-. Al conocer la verdad, me salen algunos insultos más. La que se ha montado, caigo en la cuenta de lo ocurrido, por eso las batas blancas pasaban, de entrar y de molestarse lo más mínimo. Me cabreo, no entiendo la falta de sensibilidad y el gran error por la ausencia de una pequeña explicación.



El resto del día la sensación de angustia y malestar permaneció en mi cuerpo. Si llego a estar allí y se levanta el compañero de habitación de mí padre sin conocer la explicación, la que se muere es "la mua", vaya susto!!!

domingo, 12 de diciembre de 2010

La ciudad dormida



Da incluso miedo con el coche adentrarse en las calles a las horas donde el sol no las pinta con un rostro más amigable. Palpita una sensación de no querer seguir, pero sigo por llevarme la contraria a mí misma. Continuo mientras la música de la radio entona un poco el ambiente de tristeza y soledad que envuelve todo. El coche me protege es lo que quiero pensar, pero no puedo dejar de sentirme débil entre tanta calle dormida de gente. El silencio, ese que no sabe donde meterse cuando nace el día y su atronador bullicio. Lo tengo tan cerca al matar el rugir del motor. Giro la llave, y ahí esta todo en sigilo y quietud. Los latidos en el pecho rompen con golpes inquietantes al mutismo de los 4 puntos cardinales de mí cuerpo. El ambiente del cielo lo cubre todo, y sus aves de la noche, no se ven, pero sus ojos siguen al solitario de las sombras por donde va y se siente su presencia cerca.


Las farolas alumbran poco y dejan esquinas perdidas de luz y de calor ficticio. Todo esta iluminado de carteles que solo son leídos por los sonámbulos de la noche. Cambia la ciudad encendida, y los miedos van recorriendo un camino por delante llevándote ventaja. Me pierdo hasta por el recorrido que mis pasos han tallado tantas veces. Y dejo de pensar, y empiezo a sentir los olores que van resurgiendo por donde paso. El alcohol vomitado de no hace mucho tiempo y el fuerte olor que emana del alcantarillado. Prefiero huir y penetrar por ese ligero aroma de verdor que nace al cruzar el parque.


Los anuncios sin voz destellan un nombre y empapelan la nueva imagen de los portales, dándoles un aspecto de nocturnidad despierta. Hasta los pasos se oyen diferentes, un sonido "atubado" y perdido. La respiración se vuelve precavida y su vaho va cargando con brillante música al viento. Podría mirar hacia atrás, pero no dejo nada que quiera volver a recoger. Ni siquiera dudo, porque sé que el miedo está en cualquier lugar. Con cada paso rápido lo voy abandonando de una forma costosa.


La lluvia ha convertido todo en perfecta pulcritud, al despertar en mitad de la nada, surge esa necesidad de buscar el origen de las cosas entre sus calles más peligrosas. Al tocar mis pies el suelo siento el contacto luna tierra. El magnetismo que se cuela dentro de mí. Sé que no debería desmarcarme del camino hacia un único objetivo. Encontrar el reflejo de la calma que a veces se asusta de la noche. Cada paso, se vuelve más temerario, más imprudente y hasta excitante. Contemplar como la noche abriga con su negrura a la ciudad, y se vuelve más atractiva para hacer el mal. Casi es algo que se pide. Pero también huelo en el ambiente esa influencia que es muy atrayente de paz y reflexión.


El frío paraliza las ideas a veces, pero no es tan fuerte como para dejarlas en el olvido. Lo monocromático de los reflejos en los escaparates recuerdan que hay que dar color a la ciudad, aunque esté dormida. Los semáforos se hacen dueños de cada código, y ya no se ven con la obligación de mantener un serie de repeticiones absurdas y buscan la estampida de cambios al gusto y simpáticos. Se domina un poco todo menos la fragilidad, y se tiene todo al alcance de poder tocarlo, romperlo y destruir de forma demoníaca. A la vez fluye la serenidad, el orden...


Los colores tibios y tranquilos, se acercan para reducir la parte bestial de dentro del enfado. Todo depende de como sople el color de la brisa. Prefiero subir al coche y dejar todo pintado en un cuadro de imperfecta belleza, donde la noche colgó con la cara dormida de la ciudad.

jueves, 9 de diciembre de 2010

Paseo por las nubes



Parto deslizándome entre la calima, y me llevo la debilidad de mi cuerpo hacia el río, el cual acaricia en su paso a la piedra fría y la deja totalmente empapada de historias en su recorrido. Me pierdo de camino hacia ese valle donde cada nube se sienta en la ladera y respira un poco de lejanía. Ahora al apoyar mi frente en el cristal calado, puedo palpar ese frío que se adentra en este pequeño espacio, el gélido invierno se queda entumecido. Se encoge la ciudad, y sus ciudadanos. Tirita el armazón de cemento, le toca aguantar la tirada de escarcha en el suelo, y con un esfuerzo tenebroso deja cada sentimiento perdido en lo más profundo. El hielo resbala sudor cuando ya no se siente acogido por la terrible tempestad invernal, y se despide ese blanco pálido y acuoso al llegar el medio día.


Anoche pude comprobar extasiada como un puñado de estrellas se metió en las curvas del mar insípido de mis fantasías. Su brillante luz me cegaba los sueños de ese confuso espejismo, y empecé a teñir cada una de las ideas melancólicas de color turquesa. El vaho de mi boca convirtió al cielo estrellado, en una noche cubierta de un telón de saliva tibia. Recostada en los cristales de nieve en lo alto, iba atravesando junto a cada rayo de luz la espesura de su color ceniza, las gotas de agua dejaron limpia de rastros tristes la cara.


Que emocionante era ese naranja difuso que se perdía en el fondo de cada rincón del firmamento!!!. Los pedazos más traviesos, se escapaban para quedarse en las cabezas metálicas de cada farola, dando un color cítrico a la arteria de cada callejuela. Entre cortando la respiración se podía oír como se pasea por el óleo de la vida una canción de bienvenida, que sin quererlo mis labios susurraban a la luna. Era tarde y sentí de nuevo las ganas de saber como se desintegra una estrella y pasa de un barrio a otro para morir.


Sentí el deseo de salir planeando de tras, pero me quede quieta y las deje marchar en libertad. Que gritos daba la lluvia, y que gritos daba la incompleta noche en la calle. No dejaba de llamar mi atención cada pequeño movimiento de fuera y cada estrella de la irrealidad colisionaba contra el vidriado, encendiendo una sonrisa de claridad. Allí era donde se apoyaban mis cansados ojos. Se respiraba cada vida que llegaba, el verdinegro dibujado en la comisura de la noche. Olía a hierba fresca duchada. La belleza de un mundo húmedo me contemplaba desde fuera y acariciaba los ánimos. Pude percibir como nacía de dentro de la tierra el aroma de esperanza, inundaba las nuevas ganas de salir a chapotear con el cielo, y a reír con cada pequeña ilusión que afloraba.

lunes, 29 de noviembre de 2010

Amor Platónico



De reojillo te quito la sonrisa, me la llevo. Me acerco con el pensamiento. Suspiro y vuelvo a suspirar. Toco con el pie tu sombra y me da un escalofrío. Estas cerca y a años luz. Me sigues en mi ilusión. Y se me escapa en cada despertar del día las fantasías.


Anoche no estabas, ni anteanoche. Busque con obsesión el perfume que me apreso en los sueños prohibidos. Trago saliva si te acercas y si me preguntas algo, no sé ni lo que me has dicho. Aturdida, sonrío. Estas a pocos centímetros. Los ojos me traicionan y dejo caer en los tuyos un parpadeo de coqueteo fanfarrón.


Te ríes y me sonrojo. Que labios!, ojala fuera dueña de un instante de ellos. Al marcharte te llevas mis sentidos y apagas la luz del mundo que me rodea. Anoche no estabas y se paro mi mundo.


Cada vez que escucho un poco de ti, corren mis brazos a sostener esas palabras, hipnotizada de deseos las guardo como si solo fueran para mí. Me seduce seguir pensado que puedo continuar envuelta en la piel de tu cuerpo desnudo. Dejo caer la inocencia para que te acerques y la recojas en cada encuentro premeditado.


Todos los días espero ver a lo lejos en la espesa niebla una figura difusa. Me resisto a pestañear, y el corazón me golpea fuerte y enseguida me siento imantada hacia la oscuridad. En la penumbra te dejas perder como cada fin del día. Y yo sigo escondiendo la palabra te quiero en globos, para que se la lleve el cielo lejos.

Las sonrisa del arco iris


La lluvia comienza a empapar mi cabello, carga contra mí, es suicida, se lanza sin compasión hacia el suelo. Grita, yo sigo el camino. Me sigue dando en la cara con ayuda del viento. El resto se salva porque lo cubre el abrigo. No la hago caso, me persigue calle abajo. Es tenaz y se vuelve brusca. Anda deprisa y mis pies se aceleran para dejarla atrás. No cogí el paraguas y ella lo sabe. Me da fuerte. Me paro en seco y me giro. No hay nadie solo nosotros y sus charcos. ¿Qué la pasa?, ¿qué la duele?. ¿Por qué me sigue?. Quiero que me deje... No sabe que no quiero estar con nadie. Es terca y yo más. Me cobijo bajo un árbol joven, es ridícula la situación en la que me encuentro, no tiene hojas y es escuálido. Disimulo como si me sintiera protegida. Ella no es tonta, se ríe y sacude con gotas más gruesas. Vale! Ya esta bien!. Salgo y la hago frente. Suaviza su azote. Esta triste, y sola. Es media tarde y no se ve a ningún ser por la calle. Recupero un poco la visión y me doy cuenta que no es más que el reflejo de mi corazón. Y de repente noto el sol, el arco iris curvando una de sus mejores sonrisas. El árbol sacude gotitas y me empapa con las últimas lágrimas vertidas del dolor. Los 7 colores del arco iris de mis ojos me recuerdan que es tarde para arrepentirse, pero pronto para seguir el camino.

sábado, 27 de noviembre de 2010

Ella es diferente


Si doy un salto hacia el ayer de algunos años, solo puedo recordar su sonrisa, y mi seria indiferencia. Si, la sonrisa es algo que no puedo dejar de olvidar. Su aspecto sencillo y su timidez que la envolvía entonces y la sigue de cerca ahora...


El ayer más cercano me ha repleto de sentimientos hacia ella. No sé en que momento se coló dentro de mi intimidad. Siempre he sido tan celosa de no dejar pasar a nadie a mi mundo, hasta el punto de que todos pensaban que era fría. Ha ella la he abierto mil veces mi corazón. Escondido mi rostro podía ser real y yo misma contándola algo y escuchando algo, lo que fuera.


La he mostrado lo más ruin, la parte dura, y blanda de mi corazón, mis secretos, mis miedos.... Lo oculto y lo de fuera. Ella me ha dejado parte de su vida entre las manos. Ella es diferente, es mejor que yo, creo que por eso me engancho. Cuantas noches he golpeado este teclado y buscaba consuelo. Ambas. Me he dejado enganchar de su compañía. Tiene cosas muy buenas que no las he encontrado en nadie. Y una bordería graciosa, que no la ha sacado todavía conmigo...


Había complicidad y “filin” entre nosotras, me iba descubriendo a mi misma a través de ella. Gracias a ella mostré esto, lo que hago mal, pero lo hago, escribir. Creo que muchas veces la he robado la energía, y he sabido coger con y sin permiso sus consejos. Era dura de pelar, pero el tiempo me dio oportunidades de alcanzar su vida. Y la torpeza de perderlas.


Ahora la he decepcionado, sé lo que es ser decepcionada. Lo he sentido y es horrible. Esperaba más de mí. No conseguí estar a la altura. No creo que vuelva a conseguir ni estar a la altura que había conseguido antes de que pasara todo. La sentó fatal, la dolió, la hice daño…, creo que lo he pagado en mi alma. Chillo durante los días siguientes. Nunca, la verdad es nunca había sentido eso tan fuerte por nadie. Creo que nunca había querido a alguien como la quiero a ella. No me dejo querer, ni quiero hacerlo. He pensado tantas cosas, lo importante que era para mí. Incluso alejarla del todo, para no poder hacerla más daño por otra chorrada. Y egoístamente no quiero que me vuelva a morder la pena. Parece que el fallo aquí no es lo que cuenta si es muy grave o muy leve, sino el error. Nunca pensé en hacerla daño, y menos a ella. Pero ahí esta. Si me lo hubieran dicho hace semanas no me lo hubiera creído.


Así que a lo mejor dentro de unos meses mato a alguien y me veo en la cárcel. A este paso no puedo decir de esta agua no beberé. Porque puedo ser tan ruin como cualquiera. Si, suena a exageración y estupidez lo que estoy escribiendo. La escribí para que supiera como me sentía, no buscaba excusarme ni perdones rápidos. Creo que la entiendo, yo soy igual o peor, desconfiada y no se como perdonar cuando me hacen daño. Estaba acostumbrada a escribir mail a viejos amores de este tipo, con nuestros momentos buenos y malos. Pero nunca lo había echo a una amiga. Sacando lo más mío y sentimental. Y dejando la palabra te quiero en carne viva.


Quería hacerla entender lo valiosa que es. Si, me respondió a ellos y he podido sacar conclusiones, ya no me llama por mi nombre, ni tiene tintes de despedida cálidos al final. Mirando lo positivo me escribe. Y un hola despoja. Espero que ella cuando me tenga enfrente me de un patada en la espinilla, por lo menos me dolerá algo del cuerpo. Pero conociéndola no lo hará.


Creo que cuando la tenga delante intentaré penetrar en sus ojos, aunque no la guste y se sienta incomoda. Nos falta dar pasos, que van a ser diferentes a partir de ahora. Creo que me lo merezco, de los tropiezos se aprende. Y he aprendido muchas cosas positivas de ella. Esta lección me faltaba. Sé perfectamente que suena todo a tontería y lo es, pero necesitaba vomitarlo de alguna manera. Hay tantos problemas que ambas nos rodean y que tiene gran importancia, no estas ñoñerías. Pensándolo con frialdad, ojala todo nuestro dramas fueran solo por cosas de este tipo...


La idea estupida de la semana es volverme invisible y desaparecer, para conseguir hacer desaparecer esa influencia y ese cariño que tengo hacia ella. Ante mi defensa de todo lo escrito podría decir que he dormido una media de dos horas cada día de esta semana, y el riego de coherencia esta cansado. Espero que el fin de semana me active y vuelva a crear una nueva versión de mi, mejorada. Podría escribir mil veces los siento con sangre, pero no se como hacerlo. Ni si tengo la suficiente sangre en las venas. Y firmaré con un estaré ahí siempre. Creo que de momento, me voy a perder muchas cosas de ella ( a partir de ahora guardará bajo llave sus secretos), y ella se perder cosas mías (cerraré mi mundo de nuevo). Pero suena triste hasta por escrito.


Ella diría si leyese este post, que todo esto suena a radical y a locura. Esa soy yo, un desastre, con mucho cansancio. El tiempo volverá a sacar lo mejor de mí, y espero que se lo pueda dar. Y deseo hallar nuevamente esa valiosa llave, para volver a tenerla cerca como antes. Ella es diferente...

Fases de ideas


Después de alejarme de lo cotidiano, de la aburrida soledad, que llamo con voz invisible al sonido. Loca busco salir de la farsa de algunas personas, después de huir de las mismas paredes y seguir sujetando en la percha los trajes con los sueños sin cumplir. Es más complicado no reconocer, que se puede seguir llevando en el bolsillo las ideas que asuntan por ser nuevas, y también como las viejas se cuelan en él, para no olvidarlas.


En esos días perdidos en el tiempo, pude colocar los puntos sobre sus “ies” y deshacerme de cargas laborales y quitarme el polvo que ensucia la piel. Los días han dado para dedicar tiempo a cosas que no entraban en los planes, he pensado un poco en el pasado, si realmente quiero que se vuelva mi futuro. En cada oportunidad que dejo para coger otra. Y tengo que reconocer que el viento ha soplado en mi pensamiento sin quererlo un poco cada día. Supongo que el verano se marcho y la brisa suave se fue con el. Me giro por momentos para recordar el viento otoñal que mire de frente no hace mucho, entonces saque valor para saber si los sueños que movía eran algo más importante.


Si se pudiera comprar la valentía y manejarla entre los dedos, colocarla cerca del corazón para calmarlo cuando se asusta. Respirarla, abanicando el aire para atraer su ausencia en la atmósfera. Recuerdo como la mirada de la luz podía mantener a los ojos tranquilos en cada uno de sus movimientos. Me asusta pensar las consecuencias de encontrar el valor, y poder hacer algo dañando a alguien, e incluso a mi misma cuando deje a un lado la apatía de mí ser… Ahora el invierno ha hecho que mis pies se enfríen, que el corazón de poco de si y que no sepa valorar un poco el alma de quien adoro.


El invierno carga fuerte y deja de seguir al del año pasado, para quedarse un rato. Despojada de fuerza descubro que hace meses me helaba bajo el sol. Y hoy me quemo en el invierno de cada pensamiento.

Mojada de pecado




No, no sé lo que siento, me faltan las ganas de respirar y cada una de las vidas que surgen en cada bocanada que sale de cada pulmón, me van salvando y alejando de un fin, que busco encarecidamente. No encuentro el yo, yo, yo, ni las palabras…, esas que saben decir y hablar de sentimientos. Quiero, no mejor dicho deseo, no, realmente necesito escuchar un poco de ti. Robar esos momentos, sentirme mejor persona. Que rabia me da ser peor que ayer y saber que mañana y pasado seré veneno bajo la piel.


No hay excusas, no me puedo cubrir de mentiras caóticas. Cada vez que miento a mi corazón, el tuyo se parte, cada vez que se parte, el mío deja de existir y corro hacia ti para sujetar tu cuerpo. El llanto emerge con furia y me ahoga. Que mal me siento cuando veo que se apaga la vida. Las flores no huelen como ayer. El camino es corto, ya no queda ni lugares donde viajar, porque no puedo ir a donde vas. Estoy muerta de dolor, mientras sujeto un cuerpo muerto de ti. ¿Qué puedo hacer? gritar, golpear y salir corriendo no me ayuda. Como puedo saber si morir me llevara hacia ti.


Como seguir si te quedan segundos, te llevas la visión de la vida, la ilusión... Me das la mano, y se que ese calor de despedida, no lo sentiré jamás. Estoy destrozada, me duele cada imagen que dejas. El cuerpo me pesa mas que el que sujeto, ya no se quien sujeta a quien. Estoy en medio de la vida y la muerte. Te apagas y yo como estatua de polvo me alejo hacia mi torre del infierno. Estoy sin ti. No encierro nada más que mi culpa, que necia es a veces. Sale a recordarme cosas y de repente se marcha sin avisar la muy…, y me deja sola, con la tristeza y el pecado, no supe decir perdón antes. Y tarde, es el castigo.

Enemigos


Los enemigos de los sueños se acomodan raudos en su idea de cogerse el mejor sitio en cada iris de las desterradas estrellas. A veces saben que ojos van a ir a mirar su luz y que ojos van a ir a dejarles el llanto. Son enemigos de los que no se muerdan la lengua. La noche les ha echado hacia la espesura del olvido.


Tragan con el rechazo, y saben que nunca podrán dar la vuelta de regreso. Mueren muchas veces por el camino. Y callan muchas mentiras que hicieron daño. Son los elegidos para ser enviados hacia la región de la noche solitaria. A pesar de ello, algunos no se da por vencidos. Y escapan desorientados, para aprender de la dulce nocturnidad que envuelve la mente desabitada de conciencia.


Prefieren morir, que dejarse perder solos en un sitio de arrinconamiento. En pocas ocasiones han sabido el motivo por el que fueron concebidos, y les permiten estar conviviendo con la amistad de la eterna somnolencia, hasta que ya no quede nada de ellos al despertar.

viernes, 26 de noviembre de 2010

Sin valor



Nací sujetando el pliegue que oculta las ideas mediocres y divinas. Me he tenido que levantar y he vuelto a caer una y mil veces. He tenido que dar todo y apretar las ganas con fuerza contra la ventisca en los viajes a todo trapo. Estoy joven y fuerte. No hay nada que deje de lado cuando giro sobre mi misma.


Me mantengo bien. A veces dejo caer un poquito de equipaje. El movimiento brusco me supera y es inevitable no ser imperfecta. Me hicieron del color de la luna llena en penumbra. No tenía futuro para deslumbrar en las grandes fiestas. A pesar de que yo me veo bonita y lo soy.


Ayer me arrinconaron y llevo así varios días. Me aburre esta rigidez y apatía que tengo encima desde que entiendo el papel que me ha toca soportar. No sé como voy a poder llamar la atención si no estoy a la vista, ni soy una valiosa joya. No me siento bien, porque ya no me usan.


Espero que los sencillos deseos hagan que me parezca a una estrella en lo alto de allí arriba y vuelva a ser parte de ella.

domingo, 21 de noviembre de 2010

Bosque

Llama que no amansa su furia, cuando ama quemando los bosques, arrasando la esperanza silvestre, crepúsculo muerto que nace dejando al día y muere al alejar el amor cuando es destrozado. Risa inquieta que navega en los ríos de sequía romántica. Y dardos de hielo que matan las riñas de amores pasados

Cielo de estrellas oscuras, azules y de galleta. Bailan en circulos y piden pasar hacia dentro, como acordeones con ritmo alegre hacia las tibias ramas de los árboles.


Pupilas mojadas de fuentes ya secas, charcos sin brillo y esquinas cuadradas cubiertas de mentiras y curiosos.



Aire sin risa, pálido y en definitiva salvaje. Desperdicia las palabras llevándoselas lejos y caen en el olvido, aunque algunas rebotan en lo negro de lo oculto y menguan en lo blanco del los ojos.

Pensamiento de una mujer



Siento fuego en la espalda cuando oigo arañar a los gritos en la puerta, se desgarra la naturalidad del momento. Y me acongoja la sensación de dolor insoportable que retumba en la casa. Está ahí muerto de llanto, empapado en sufrimiento, cansado y gimiendo con las entrañas entre abiertas al público, que no puede aplaudir al terror.


Estoy perpleja de los gestos. Me duele la carne de no sentir calma. Ayer soñé que viajaba al mundo de lo desconocido. Donde nunca he estado y donde siempre debería estar. Estoy sacando la garra de león que llevo innata, para evitar que se hunda la plataforma donde se sostiene lo que más quiero. No hay muchas ganas de aguantar. Pero sigo. Estoy busca, que te busca, en cada momento lo mejor. Exprimo la ilusión de las caras serias y decaídas. Y les entrego el jugo de la esperanza. Es lo único que tengo de momento, sólo eso. Tengo la risa perdida, lleno carros y carretas de ironía burlona, para desdramatizar la situación y poder calentar un ambiente tenso y ácido...


Me asusta pensar que no tendré las mismas fuerzas en cuanto pasen algunas semanas. Tengo miedo de no saber hacer lo apropiado cuando se debiliten todos. Tengo miedo de que piensen que soy la fuerte y decepcionar a la tripulación. Como no seguir, si es lo que esperan. Hay que seguir, no podemos dejarnos llevar por la tristeza. Es complicado dibujar la sonrisa en el viento. Pero me hace feliz saber que de momento la voy dibujando a golpe de lo absurdo en las caras pensativas y desprendidas de lo positivo. Ellas son más fuertes que la que tripula este navío de dolor. Aunque no lo parezca, soy yo la que absorbo su energía y valor. Soy yo la que merezco pedir perdón. Son lo mejor que tengo y las necesito. Estaré allí calmando los ánimos, moviendo el mundo y arrastrando a quien sea por sostenernos en pie.


Ayer también me dio tiempo para salir a ver como se apaga el verdor, como se mueren las hojas y tapan el césped que tantas tardes apoye mi cuerpo. El frío me dejó indiferente, cuando me senté en el suelo. El sol estaba más que empobrecido de calor, me acompañaba, y sonreía. Esta siempre ahí, es viejo y me conoce. Espera a que ponga la cara bonita cuando le miro. Están tarde que no sé ni que hora es. El tiempo me ha dado tanta conversación entre los silencios, que amanece con seriedad el día.


Estoy echa polvo, pero me repongo en segundos. No sé ni como lo hago. Pero mi mente es la que me da imágenes que enriquecen instantes de sabor dulzón y agradable para saltar y soñar en un mañana sin tantos miedos.

viernes, 19 de noviembre de 2010

El hombro sensible


La sombra hechizo el camino un día, y comencé a seguirla ciegamente. Dejaba su curva en el suelo para hacerse notar diferente y creo que escondía muchas historias detrás de aquel negro borroso. Nadie decía nada del que la acompañaba, ni de ella misma. Se guía por impulsos secos y lentos. El día estaba encapotado y triste, daba ganas de no enfrentarse a él, ni a lo que se espera tras la puerta, al girar la llave para depués salir.


Persigo cosas que ya han desaparecido. El tiempo es el culpable y el ladrón. Las últimas hojas tapan los pies por el camino, y el viento sospecha que le voy a contar algo al oído y se esconde. No es nada, solo es cada sentimiento apoyado en mi hombro. Para que me ayude a sostenerlos.


Se acercan hacia mi con su alma empapada en cada ojo. Lágrimas que no quieren quedarse dentro para siempre. No es tristeza, están bañadas de impotencia. Caen tan rápidas que no da tiempo ni a contarlas. Cristalizan el abrazo roto de llanto mudo, susurran al oído que no saben que hacer. Y la silueta en el suelo se adelanta para guiar a ambos. Cada cuerpo cercano se siente tembloroso ante el frío del mío. Mis manos están como témpanos que se van deshaciendose poco a poco. Consumen la expresiva candidez, roban la energía y la mirada de los ojos destraidos que me acompañan. Me llevo su húmeda tristeza en el hombro y doy la sonrisa conciliadora de un momento. Que nadie se atreve a irrumpir. Ni siquiera la inoportunidad de algún desalmado.


Estoy llena de abrazos, vago buscando más para completar la absurda colección de la tristeza. Mi alma reposa en silencio. Y ya no sé como parar la venida del dolor. El hombro carga con lágrimas de color negro, con olor a alcohol, con frases sin rima y desperdiciadas... No me quejo espero saber cual es el mejor momento. Busco la palabra amiga, el temeroso consejo y la fuerza que no tengo para regalar, sin pedir nada a cambio. Me llevo su dolor en el lado izquierdo. Cerca del corazón. La lluvia se posa en él cuando salgo a fuera. Se da cuenta de que aquel pequeño ángulo de dolor, es solo para agua salada, no dulce del cielo con azul alegría.


Estoy atrapada con las emociones encendidas, y merecen que selle aquello con un gesto de bondad. Me siento única, al no haber nadie con un hombro que sepa recoger el llanto, y guardarlo.


El arco iris muestra su sonrisa y cada nube me da suerte en lo alto. Parece que la niebla de hace un rato se ha ido a descansar. Cargo con pena de otros, con rabia. Surge lo guardado en el submundo de las dudas y los conflictos. Ahora sale todo hacia arriba para dejarlo marchar. Se ha manchado la ropa y el viento que aparece tarde, seca cada una de las manchas húmedas para aliviar tanta carga. Acaricio la zona y siento cada historia, cada momento y cada mirada vertida en la ropa. Se corta la respiración recordando...


No juego con mentiras, cuando el corazón late a su mismo ritmo. Entendiendo su rincón del dolor, del miedo... No me falta ese lado de mí cuerpo cálido y sensible para prestar en cada momento, pero si las palabras en ocasiones. Ellos saben que estoy allí, incluso antes de comenzar a seguir a mi sombra. El hombro es poseerdor de los abrazos, del cansancio y de la confianza tan esquiva a veces...

martes, 16 de noviembre de 2010

La suerte estaba echada


Me acuesto con todo planificado, hasta donde va a salir cada una de las estrellas. La noche es corta y no sabe esperar a que pueda buscar el sueño que relaje mis ojos. Casi sin darme cuenta, puede saber con un simple pensamiento del más acá ó del más allá algo, que me dejo poseedora del guión de un día que nunca me hubiera gustado protagonizar. Aquí estaba, quieta ante dicho pensamiento sujeto con fuerza. Que vino hacia mí sin pedir permiso. Y le abrí la puerta, también es verdad que buscan cobijo en alguien que les dedique un instante. Aunque ahora recuerdo que en mi puerta puse no quiero saber más.


Me siento victima cuando atraigo esto, pero mí loco pensamiento, golpeaba dañando la cordura. Lo quise dejar en casa. Si, me empapaba la locura, porque esto es una locura, lo que puede pasar por la mente y dejar marcado una idea trasformada en futura realidad maldita. La sensación quedo colgada como si no hubiera pasado, lo preferí. Pero nunca he sabido como se puede tener las guías del tiempo con tanto tiempo, para saber que esto iba a pasar. Solo me falto saber quien era la verdadera victima. Pensé que yo, a lo mejor lo deseaba. Aunque no lo sentí dentro como una hecatombe de mi alma, pero lo sentí de alguien cercano. De esas veces que reconoces la sensación, pero asociada a algo malo. Y acerté de pleno. En está ocasión no me asuste del acierto. Me ha dejado en un estado de bloqueo paralizante.


Tuve nuevamente buen tino para adivinar lo malo. Paso lo que tenia que pasar, y nada lo evito. Luego, siempre mi alma se queja, porque no le hago caso, no quiero saber, o si, pero no de esta manera, no asociado al dolor. Estoy triste, dolorida y con un espesor raro en el corazón. No sé por qué sucede, y sé que hay algo que lo atrae, los designios del universo, la energía, o para lo más escépticos la casualidad, te ponen en la manos el conocimiento de un mañana con drama. En el momento en que me puse por la noche a decorar el cielo, ojalá hubiera pedido a una de las estrellas negociar. Pero ya era de día y la suerte estaba echada.

martes, 9 de noviembre de 2010

Al este


No hay lugar al este sin que venga el viento y pregunte por la ciudad de las sonrisas. En la desbandada de hojas y papeles se siente el aroma de los paseos, mezclándose entre las calles los sabores amargos y dulces de la vida. Lo rancio, se desecha y no hay cabida a que entre en cada esquina, el fruncir de los ceños solitarios. La oscuridad antes de encender las luces despierta con un suave ronroneo a las calles.


Los bostezos dan su tono de color y las palomas vuelan lanzándose con fuerza desde los balcones, y comienzan pintando el aire de color de paz y llenando de oportunidades a la dormida urbe. La impaciente y joven ilusión acomoda todo en su lugar, para que luzca con fuerza el levante. Los bancos fríos alcanzan un poco al sol robando su manta de hilo dorado, para calentar a la suerte. Se cargan las nubes de agua recogida de las lágrimas del vicio y del drama. y huyen escondiéndose en el alcantarillado del firmamento, cuando su peso es inaguantable desde lo más alto de la paciencia.


Me encontraré con ellos al este del edén. Cada corazonada se da sin preguntar nada a cambio. Cada latir de la profunda amargura se olvida en la fosa de los acontecimientos. Hoy los buenos amigos bañan el alma de los gestos malos, que con su suciedad estropeaban este lado de sentimientos buenos. El bosque, lo verde y frondoso florecen buscando la razón de la vida, las ilusiones marchitas, la tibias palabras y los perdones que se esconden detrás de las sombras. Aparecen para quedarse con la realidad de cada día. Camino despacio por la calle y siento que me encuentro al este de mis problemas. Las flores alzan sus pétalos abrazando a las débiles motas de polvo que sobrevuelan en busca de un rincón para disfrutar en calma y de la belleza. La gente, el volumen de sonidos, la alzada de cada estatua de un mimo en el parque llenan de carcajadas el color gris del pavimento.


Hoy hay que reír, hoy no se sueña con monstruos. Hoy dejo empujar la parte cómica para que salga a escena y dar a la brisa el toque que la falta. En la ciudad de la alegría no existen las malas caras. Se es feliz, porque es la única prioridad. En este lado está la gente que no llora. Es el sitio más adecuado para reirse de la vida y de uno mismo. Se corre para tocar a la tierra mojada en primavera. Se corre para que los carámbanos del miedo se deshielen de los tejados. Aquí viven los mejores, no hay nadie por encima ni por debajo, ni diferentes raseros...


La sonrisa es la ley y la carta de presentación. Te puedes encontrar en cada rincón a los finales felices y a las versiones que nunca se contaron de los malos, para defender su inocencia. Aquí, se ve el lado positivo de la tristeza. Surge ser uno mismo y cada sonrisa enciende el apagón, que sufrió los sentimientos en el otro lado.

lunes, 8 de noviembre de 2010

Algo de...



Muero y sigo muriendo de ganas, por respirar con la boca que sonríes. Enloquezco en infinitos intentos por llevar la contraria a cada uno de mis instintos, moviendo el mundo y las hélices en contra del viento.



No, no quiero salir de cada caricia que aviva las ganas de comprar esos ojos, aunque el miedo me haga pensar que hay un mejor postor detrás de todo esto. Canto ensordeciendo a la lluvia, para que me empape la garganta seca, por la ausencia de los besos, y me devuelva con cada gota, lo que arrastro celosa de nuestro paladar.



Muerdo entre delirios la almohada en busca de un poco de tú aroma. Y recojo un puñado de dentelladas de una tela con sabor a lágrimas. Es tarde y a pesar de eso, sigo entre narcosis enganchada a su cuerpo y a la piel ardiente. Fuera ha llegado el frío invierno y no tengo ese abrigo en la cama. Nado en cada uno de los ríos de sus labios en busca de los susurros, que encendían cada una de mis noches apagadas. Cierro los ojos buscando alcohólica la irrealidad. Me dejo penetrar por su mundo, que ya no es el mío. Perdida por cada bueno y mal pensamiento, cada marisma con y sin fondo...


Echo freno al recuerdo, y detengo las ganas de sentir esa fuerza sobrenatural que me empuja a seguir abrazándole. La piel pide sentir nuevamente una caricia... Los labios suplican el contacto en los ciegos y vacíos pensamientos que se escapan todavía. Detengo todo y ahogo a la tormenta, hablándola y haciéndola falsas promesas. Ya no volveré a detenerme en ninguna estación de poetas. Cruzo los dedos, dejado un hueco a los sueños por última vez...




Que gris es el día sin un te quiero, que poco brilla el sol con la callada de las golondrinas. Como las hojas lacias caen encima del lago de soledad en busca de un reflejo de frescura. La calle sopla fuerte, borrando nuestras huellas de aquellos paseos de amor inquietante.


Que largo es el camino sin arrancar las margaritas y perseguir a las mariposas en una secuencia de "ñoñerias" imaginarias. Como saber si hay luz detrás de cada resplandor del sol. Si la luz se ha girado hacia un lado, y el color de las sonrisas se han teñido de monocromía triste.

jueves, 4 de noviembre de 2010

Un trozo de costilla





Con el labio roto, la sonrisa quemada y las piernas cosidas en un cruce de no dejar profanar la rabia. Vive enferma de miradas que la acuchillan por dentro, se desgarra en un frenado de golpes. Está en una isla naufragada, el alma vuela hacia un bunker escondido, para evitar convertirse en polvo al oír el atronador golpeteo de fuera. Su corazón no la suelta de la mano, para que busque el valor que les falta a ambos. Se ha convertido en la sombra del odio, del temor... Escala el suelo. Cae de golpe!..., apretando los dientes tintados de sangre de nuevo escala con sus dedos temblorosos y arrugados hematomas la pared, que sostiene parte de su cuerpo dolorido y maltratado.

Para poder salir al mundo, disfraza su helada mirada con gafas de sol eclipsado y maquillaje de tono secreto. Sale a la calle a sentir la libertad del viento y a que la lluvia mime sus llagas...





Quien hay detrás de las lágrimas al brotar?. Detrás de los muros de la falsa felicidad convive con los fantasmas locos del silencio y la bestia de pantalones, que escupe una verborrea inhumana y macabra. Su paisaje se llena de una monstruosa sensación, al ver que nunca se acaba el horizonte de horrores. Quebrada de espanto ha olvidado sus ganas de ser mujer, para volverse trébol sin suerte, pisoteado. Cada astilla de su dolorido cuerpo escribe finas palabras con sangre vertida. Cada puñetazo marcado en su piel, cada pitillo apagado sobre sus poros, masacra su dignidad. Se muere su piel y la hace morir un poco a ella. Esta en el abandono. Situada como imagen ficticia de un mundo de hadas de todos sus sueños. Son todos aplastados y convertido en tinieblas, ya no sabe como poder sobrevivir a tanto quebranto de huesos.


Ella, camina con la espalda curvada, tiene miedo a salir de allí viva, porque sabe que las amenazas la esperan en la siguiente esquina. Sus palabras suplican la búsqueda de la coherencia en un ser que esta minado su cerebro y desterrado sus valores como hombre protector. Y él no para de devorarla con destelladas de cólera.


Las manos de la cobardia chorrean sangre. Con cada golpe apaga su hombría, deja de ser hombre, para convertirse en rata de cloaca. Los latidos de su corazón la sueltan de la mano dejándola sola por un instante, van pereciendo por segundos su ganas de vivir. Espera a que la noche la calme y su luz atenúe a la realidad. Huye con excusas, huye del dolor con perdones. Se la ha olvidado que no está sola ante su demonio..., ve su final cerca. No tiene ganas de respirar, una de sus costillas se fracturo y no se dio cuenta. Esta caída y no tiene fuerzas para sacar a la mujer luchadora que lleva dentro. Se ladea buscando la rendición. La bocanada de sangre que la viene a su garganta la manda a un estado de inconciencia.


Los tímpanos se revientan y rasgan por su camino el tejido de susurros y dulces palabras, que con amor guardo en un pasado, ahora su amor no es amor... La cabeza es un saco de golpes, sin arena. El suelo se pinta de su silueta. Ella está envuelta en desaliño y la tapan todas sus sangrientas heridas. Sólo se aprecia su desfigurada belleza machacada, que se despide de su cuerpo. Se va dejando apresar y llevar lejos de allí, donde podrá descansar en paz para siempre.

lunes, 1 de noviembre de 2010

País con sentimiento


El país toma la palabra, con voz seria observa y calla dejando su mirada clavada en el suelo. Este está sembrado de flores marchitas con pensamientos que frustraron la verdad de las ilusiones. Todavía guarda ese fuerte olor a sentimientos duramente sentidos. No puede dejar de avergonzase al echar la vista atrás y casi sin respirar, deja ver un hecho que marco un clamoroso y alboroto pesar. Hace años los tiros le ensordecieron y la sangre le dejo señalado con un tono gris, que hoy en día todavía las palomas viajan, para ir vistiéndolo de calma. Le dejaron marcado sus entrañas de tumbas, de muertos, de seres con un rostro y apellidos de consanguinidad, pero con banderas opuestas.



Su recuerdo abre heridas, y avivan viejas rencillas de un pasado ya tan lejano, pero que parece que está a la vuelta de la esquina. Se siente tan compungido, este viejo país, y no entiende cosas, que no le fueron explicadas. Solo recuerda a su gente, como se dejo la piel en cada amanecer. Ahora le toca luchar a él. Con la rabiosa intención de no dejar caer a las impulsivas mentes que van llenando su tierra, en las mismas piedras y volver a ser el campo de batalla de los hogares de los niños, y no tan niños.




Desea sentir que la España se vuelve, el lugar de los sueños. Busca contemplar, que sus campos se han vuelto un remanso de futuro, y nazcan las ganas de sacar de sus tierras el manjar de cada fruto. Su corazón palpita ansias, ya no tiene las fuerzas para volver a ver levantar un arma. Ni para ver encañonados a sus hijos. Su tierra esta demasiado empapada de odio, para seguir regándola aun más, hasta llegar a putrefacta todos los rincones de su viejo rostro. No puede dejar de mostrar la repulsa ante las armas, tan vil metal y mortífero. Porque las armas matan, y destruyen creando un dolor irreparable en el orgullo de una nación.




España el lugar donde fue arrasado lo más bello, el paisaje, la sonrisa de su gente, las ilusiones de un mañana con ganas de vivirlo... Hoy sigue con miedo, guarda cosas que solo el tiempo borrará. Entre sus manos esconde las diferentes formas de mostrar las realidades, que cada uno vivió, o le fueron contadas. Pero todas con un final lleno de perdedores. ¿Vencedores? la muerte, el dolor, la soledad y el rencor.... Moribunda victoria que nadie alcanzo y llenaron de horror y de cadáveres casi todo, la otra parte se lleno de vacío.



La peor catástrofe, fue tener que sentir a su pueblo con brutal diferencias. Y temblar al saber la manera en la que se dejaron llevar. Disparar hacia caras familiares y amigas, era terrible ver como la sangre, la misma sangre, se divide en dos partes, esas almas un día nacieron del mismo vientre. La profanación de la tierra donde cada familia sembró los deseos. Una hermandad rota y a punta de pistola, cargando balas de miedo. El rojo desdibujaba un paisaje, rompieron el de blanco y negro, para quedar sumidos en lo lúgubre. Todo iba quedando devastado, lleno de pobreza.



Como aupar el ánimo de una nación?, como sacar de una tierra herida el manjar de los alimentos?, como levantar de nuevo la cordialidad?. Había que reinventarse y volver a alzar todo, sobre todo los ánimos. El hambre era los buenos días de cada mañana, la imagen de color ceniza y ruina rodeaba cada rincón. Y había que aprender a vivir de nuevo, y sentir que de aquello se podía salir.



Ha gritado tantas veces el país a la vez que los tiros en las calles solitarias, que ya está afónico. Un pasado con visión de blanco y negro, y un presente con colores pálidos de recuerdo. Todavía se siente el olor a muerte, la luz con resplandor de sufrimiento, la pobreza chorrosa en los barrios. El miedo era un dictador en la sombra. En ese momento nadie sabía nada. Los conflictos se habían calmado a base de ríos de sangre del color que fuera. Una lucha donde se trataba de controlar un país, controlado por la soberbia de sus gentes.

domingo, 31 de octubre de 2010

Pompa



Estoy sola, llena de calor y frío, seca y húmeda, feliz y cortante de tristeza. Estoy en medio de un mundo, que se vuelve mi refugio y mi cárcel. Está adaptado casi a mí, pero sin ser a mi medida. No hay ventanas con persianas, el cielo me tapa y la fragilidad es la cortina invisible en medio de un verdor cegador. Duermo con una fuerte sensación de debilidad, que me viste y se ha acomodado en el pijama de letras que me protege.


Llevo un rumbo tan ligero y a la vez que tan efímero. Con destino hacia el azar y empapada de espejos románticos, sobrevuelo los sueños... No sé lo que puede pasar si fracturo y enderezo un habitáculo con forma de corazón, pero con sentimientos llenos de ecos lánguidos. Enciendo una hoguera en medio de la noche para alumbrar la oscura volatilidad que me envuelve.


Estoy colocada en primera y última fila del todo. Es fantástico tener el mundo a mis pies y los pies al revés del mundo si giro mi morada de blandas paredes. Voy viajando solitaria con vistas a un universo de cielo azulado, que tacto con los dedos y temo perder con las uñas, y despertar. En su interior acompaña la escualidez de seres vivos.


Ni un misero mosquito devora la piel. Ni la sombra de los muebles deleitan. La lámpara de arco iris se agita en un movimiento sesgado para revelarse. Espero a que el viento, la suerte, la casualidad..., rompa y salpique un poco el pensamiento de jabón al morir la burbuja en la que vivo.

viernes, 29 de octubre de 2010

Ya no...



Adiós extraño de primeras impresiones…, conocido de casualidad..., amigo…, gran apoyo…, amigo especial..., amante y sueño... Adiós espejismos, monte sin escalar, parte muerta, pozo seco del pasado. Adiós día sin sonrisa, y noche de espera.


Adiós pasión desgarbada en los amaneceres. Sepulcro de horrores. Es casi hasta doloroso no sonreír cuando te marchas. Es casi hasta imparable mantener la vista sin cerrar las palmas, para notar el tacto de la nueva piel.


Adiós escenario de la imaginación, fortaleza derrotada. Calle con agujeros en el asfalto. Adiós mentiras de labios escondidos. Hasta nunca estampida de corazones desiertos. Y desanimo encubiertos por el apagado de las farolas en las calle.


Adiós besos sin equipaje de vuelta, palabras hechas sin ganas, espina clavada… No miro, no me giro, ni siento la idea de hacerlo, ni surge la vacilación de dejar algo, ni la duda de pararme ni a tomar aire limpio. No voy a salir corriendo. Ni me voy a escapar montada en un corcel y perderme en la llanura. Camino despacio, con la seguridad que dan las nuevas oportunidades, suelto lastres, y echo a volar. Floto en la satisfacción de poder reencontrar en las nubes a la vida e invitarla a tomar algo.

jueves, 28 de octubre de 2010

Pequeño viaje

Deshago la maleta, no recordaba todo lo que había metido. He dejado algo donde fui, pero también encuentro cosas que me traje. Ayer no me apetecía ni mirarla. Creo que porque sé que en el fondo no quiero darme cuenta que no habrá más viajes. Que olor desprende, es entre ropa asfixiada y melancolía atrapada entre dobleces.


En lo más profundo he puesto lo más delicado, lo que quería dejar al final, mi orgullo. No es fácil dejarlo en casa. Y siempre lo llevo. Los vaqueros respetan su espacio y dejan un poco de sitio al miedo. Creo que el miedo es como un vaquero, lo llevas puesto y va con todo y contigo sin desprenderse.


A veces suelo poner en la maleta fotos en blanco y negro de cuando ni siquiera era consciente de que me dejaba atrapar por la fantasía y soñaba con explorar el mundo y cargar con sus problemas. Al mirarlas puedo hallar un rostro limpio de heridas y me hace sonreír ver que no se ha paralizado mi viaje de vida y sigo aprendiendo y tropezando. Ahora el rostro que veo en el espejo, es un rostro más cansado por los años, que no perdonan.



Dependiendo del día con que se mire, puede parecer bien vivida ó mal vivida, mí existencia en este mundo. Mejor dicho, por exigencias del guión es una vida que me ha tocado vivir y no me quejo, al contrario. He podido robar a cada día momentos imborrables..., Pero más vieja está la maleta y se calla ante mí. Guarda recuerdos y secretos en su interior. Además es poseedora un papel donde está escrito una palabra: "Busca lo mejor en cada cosa que mires". La puse hace mucho tiempo, para que no se me olvidara nunca lo importancia de los pequeños detalles. Hay días en que se necesita coger del cuello al ánimo y salir para delante y ver todas las cosas buenas del camino.


Me siento bien, cuando llego a la parte donde tengo que desenvolver y sacar los pequeños amuletos... Esos objetos que ni siquiera creo en su poder, pero la gente que me quiere me han ido dando y se han convertido en un poderoso compañero. Si tuviera que elegir entre ellos y mis fotos, me desesperaría, ambos me han robado sentimientos. La ropa sucia es escasa, pero también la traigo, y ahora toca devolverla el semblante y guardarla en el armario de forma impecable.



Y como buena superviviente, llevo mis víveres de subsistencia, comida perdurable en días. Puedo comprobar que quedan pequeñas migajas de lo que inicialmente era un festín de chucherias. Es un poco raro, pero es una forma de mantenerse segura al llevarlas. Me hace pensar, que en el estomago de la maleta hay comida por si arrecia el infortunio en el trayecto. Lo mejor de todo, es poder compartir lo que se lleva. Nadie espera que en esa maleta roja se esconda un tesoro de emociones y de sabores. Siempre es una sorpresa con sonrisa el momento de descubrir el pequeño almacén a otras personas, creo que por eso también lo llevo.


Sólo me queda viajar con la mente a los mundos donde nadie va ir...

La felicidad


Soy la felicidad de los ángeles de la guarda, de la broma, del humor, de la sorpresa..., y sobrevuelo delante en cada apagado de su sonrisa.


Soy el paño de lágrimas de las frases hambrientas de amor, que no huelen el olor a pan recién hecho del corazón.


Soy el oso de peluche con corazón de espuma, que estrujas entre los cuentos de hadas en las noches de infancia.


Soy la llamada que te hace salir de un infierno a golpe de escuchar y saber que el camino es corto en compañía.


Soy el rascar de cuerdas de una vieja guitarra afónica por el polvo, y todavía recuerda como hacer bailar un quejido en su interior.


Soy la luz que se engancha en los ojos y vive en ellos adornándoles de flores con olor de libertad.


Soy la foto donde te quieres quedar a vivir.


Soy la bandera que pintas en la arena en busca de un mundo mejor y sabes, que el mar llevará el rombo.


Soy la carcajada que péndula en el rencuentro de la gente de abrazos lejanos.


Soy las miradas que no les hacen falta las palabras....


Soy ese olor a hogar que pervive en cada tejido puesto.


Soy el susurro del viento en las noches sin estrellas, el agua enamorado de la tierra, los rayos de luz en el bosque, el arco iris después de una tormenta, la calma...


Soy la suerte, que te busca con las ilusiones.

Soy ese sueño, que al despertar cambia el rostro de las paredes con color esperanza.


Soy la ventana, que sostiene un rincón del mundo y guardar en cada respirar la alegría en su vidriera. Soy la felicidad, que va desgastando sus fuerzas, para acompañar a los que han olvidado la palabra perdón. La felicidad eres tú y soy yo, y ambas sabemos encontrarla, la una en la otra.

lunes, 25 de octubre de 2010

Absurda rima de Rock


Agujas rotas. Puentes sin construir. Moneda con más de un cambio. Salas de hospital cargadas de siniestralidad. Y faldas levantadas por la curiosidad.

Viejas fotos rotas, comida por el parque de la ciudad, caballeros sin sombrero de copa, la ley de la aniquilación perdurará en cada parada de la estación. Un cigarro de despedida, una fresa en el pastel, cajas de música con estruendo, el abanico de la abuela en un viejo arcón.


Dientes de dragón, píldoras de la traición, refugiados todos en la misma casa, y cayendo en una dura discusión. Rebaño de ovejas bobas que no pastan sin pastor, frases que bailan con la muerte, reino de judas y de un gran señor, óleo pintado a fuego, y yunque a golpe de color.


Gato negro y su fantasma no dejan de visitar la habitación, ruleta rusa que no dispara, ángel de la risa que se prepara. Hostias de moteros que saben caer al suelo, rincones donde las arañas juegan al escondite, mangas de jersey cortas por los brazos de un ladrón.


Mujeres de pago y deudas, caben todas en el callejón, esperan con gran dureza el frío y la prostitución, enemigos de uno mismos, espejo que refleja el dolor, pañuelo de lágrimas sosas, vínculos afectivos con sangre, sudor, duelo y horror.


Guerras sin atino y tiros con balas de cartón, mechas apagadas y farolas en cada dirección.

domingo, 24 de octubre de 2010

Matar el pensamiento


En la oscura sensación de la podredumbre humana, guardo un puñado de gérmenes, que consumen la frágiles ideas de la razón y la sin razón. Hay días que no bebo de los labios del conocimiento, y la sed convierte mi boca en la cueva seca de la peor comunicación. Y me siento presa de la ignorancia, me persigue a golpe de ponerselo fácil. Las decisiones inapropiadas las cojo siempre de la mano, la que está más cercan del corazón.


Estoy despedazada y hecha un trozo de pasotismo arrinconado, con camino hacia las malas maneras. Prometo cambiar y dejar de ser lo peor, para no ser nada más que un punto de indecisión en una hilera de respuestas destinadas al circulo viciosa del que me retroalimento días tras dias. Piedra tras piedra, es como día tras día, es tropezar y caer una y otra vez...


Las palabras quedan en la ausencia de la saliva. Juegan a esconderse, porque no saben como salir por miedo a ser encontradas y se termine con ella. Ahora estoy en estado de exterminación de todo. Hasta de lo que me hacia diferente. Sacar un trozo de palpitante corazón, un trozo de razonamiento desmesurado, y escribir con lo sentimental. Esa fase moribunda que voy apuñalando cada día, me hace volverme canalla y no jugar limpio con lo que me hacia encontrar una salida en la melancolía.


Cada noche abandono las fantasías con vagos y despedazados pensamientos que no llenan, pero vacían la manera de saber poner un mundo de locura en un trozo de sueño. Escribir de amor duele, ni sé como la sensación se apacigua, y como ayuda la ausencia de energia a hacerlo. Escribir de sueños duele, pero más duele soñar con detalles de un pasado sin futuro real, escribir de temores duele…, se rompen las ilusiones, sacar los miedos acobarda. Rompo en pedazos mi fragilidad.


Duele sentir y ponerlo por escrito, y mata el deseo de hacerlo. Pero morimos ambos cuando me resisto. Me escondo para no tener que escribir, una locura!, cuando antes, lo que escribía era escondido. La caída libre de cada sueño, de cada uno de los miedos, es tenebroso, y son acompañados con la duda de no pueder soportar saber que no habrá más. Una vez que los grilletes se separen de su carne clavada, el dolor debería esparcirse y desaparecer por completo.


He tenido que aprender de la peor forma, como pesa cada pensamiento perdido!, ya no escribo buscando la fina línea entre la realidad, la locura, y la melancolía atragantada en un cansado cuerpo, que soporta durante largos años los pasajes de buena y mala fortuna.

Sueño Azul



Anoche soñé que el mundo se reía del otro lado triste. Soñé que la risa bañaba la sequía y me hundía en un mar de espera. Cada movimiento ondulante, me llevaba hacia un mundo submarino de escenario encantado y lleno de enigmáticos colores y vidas en paralelo. El pecho se iban ahogando sin oxigeno, y manchaba el agua con lo que guardo en cada pulmón. Fui soltando lo que me enganchaba a mi pasado, y al recuerdo terrenal. Nadaba y era divertido envolverse en giros, dando volteretas a contra reloj y sin tiempo acuestas. No tenia miedo, ni siquiera sentí las ganas de salir a la superficie.


Me llenaba los ojos con la oscuridad y los secretos que más abajo me esperaban. Sonreían llamándome por mi nombre marino. Podía llenarme los bolsillos de agua salada y no preocuparme de que se secaran al final del camino. Tenia ganas de correr dentro del agua y lo hacia. De escalar las rocas hundidas por la tormenta y lo hacia. Pero nunca salir a ver de nuevo el sol. Estancada en medio de aquella maravilla, me extasiaba la complejidad de cada color, la fácil unión a ritmo suave que el agua imponía con la barita de la tranquilidad. Me mostraban el oler a paz en su conjunto.


Cada rincón era nuevo, cada hueco albergaba conocimiento, esperanza, sueños y curiosidad. De la boca nacía ya las últimas burbujas que se despedían para volver hacia lo más alto. Y allí me quedaba en los más abajo.