Busco la droga del verbo amar, e intoxicar al alma con la belleza que emana
el cielo. Sabe a tan poco, cuando el viento curte al sol y lo desnuda de manera
lujuriosa. Sobra el aliento entre las sabanas, y falta el tiempo para llenar el
infinito de tantos detalles. Todo se
viste con la voz del eco y se acorrala a la almohada al rendirse a sus pies.
Dejar que el corazón se desprenda y caiga con los brazos abiertos sobre las
montañas. El hedor de la hierba trae recuerdos y llena los bolsillos de
primavera. Ahora mis ojos abren mas puertas cerca del abismo. La sangre se
siente pasión. A pesar que la noche me
arranque de ti por unas horas. Ser recluta de ese batalla que termina junto al
sol es lo que me hace volver a ti.