El objetivo de la cámara

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jueves, 27 de octubre de 2011

Lluvia sobre mi




Lento, el tiempo pasa tan lento. Las paredes se muerden la lengua ante todo, y ahí las partículas de polvo me señalan la ventana. El viento se echa a la espalda la mochila de nubes y hojas muertas. Como no iba a llegar mi triste y lluviosos otoño!. Mi respiración va lenta como las partículas. La mente se queda con mi cuerpo, los segundos parecen horas, días...

Nadie asoma su curiosidad, nadie tiene tiempo, nadie me sabe contar un cuento. Está todo el silencio conmigo, con las paredes, y ellas siguen quietas. Invisible parecen los días, y se pasean enfrente y casi no los veo.

¿Quién se acordara de nosotros después de todo?. Como nadie se acuerda del último otoño y de su tiempo. Podría escuchar desde aquí a la lluvia como suena y chapotea su verdad.

Necesito saber por que grita tanto ahí fuera, escuchar que es lo que la encierra en sus charcos. Y yo la explicare que es lo que la sequía de mi cuerpo muerde. Huele a serenidad, podría cogerla con las manos y beber, podría sentir empapado el cuerpo y sacudirme las gotas de libertad que rebosan de los tejados. Pero sigo quieta y lenta.

Hoy solo prefiero escucharla en su silencio de agua muda e inmortal al lamento. Van pasando gota agota y yo sin verlas. Nadie se acordara de nosotros, como nadie se acuerda del otoño pasado y menos de su tiempo. Dejemos que la lluvia suene mientras suene bien...Estoy aqui dentro de la musaraña de agua. Dentro de ella, dentro la escucharé lo que la atrapa en mi ventana y la contaré lo que me atrapa entre estas paredes firmes. Su tiempo es tan lento.

lunes, 10 de octubre de 2011

Un cuento de hoguera



Una vez me contaron una historia de espíritus en la que se decía que el alma pura nace en dos porciones en diferentes momentos y sitios, y que cuando se juntan se convierten en una sola. Lo malo es cuando se vuelven a separar. Una de ellas muere en los brazos del olvido y la otra agoniza en búsqueda de ese algo que no halla. Asusta todo esto la verdad. Su único destino es vivir juntas para siempre una vez que se han fusionada ambas partes. Por eso hay personas que no se miran a los ojos, temen toparse con su conexión perfecta y no saber conservarla. Esquivan la mirada de todo el mundo, y son capaces de ir caminando con los ojos cerrados. Han llegado a pintarse ojos sobre los parpados para engañar a lo inevitable. En algún momento los han tenido que abrir para saber donde estaban. Ambos trozos nacieron gemelos necesitando ser uno algún día. La fuerza de atracción los ha ayudado a conseguirlo en muchas ocasiones.


Encontrar a esa parte que te da la vida, pero puede matarte si la rechazas, o te alejan a la fuerza de ella, vuelve loco a cualquiera.

Los indios predecían los encuentros de las almas durante las noches de luna llena. Hay casos en que se produce a la luz del día, y sin que estas personas se han concientes de que su pensamiento respira en un solo cuerpo.

Me asusta morirme en esos ojos cerrados con parpados pintados, y me asusta no hallar esa alma gemela, y sobre todo no sentir.


Hace más de 500 que años un joven indio unió su alma al de su caballo... Esas almas convertidas en una, siguen vagando. El alma de un hombre y el alma de un animal no era aceptado dentro de la magia india de aquel poblado. Aunque estuvieran hechos el uno para el otro. En el más allá se tendrían que volver a separar. No hace más de medio siglo que se hablaba de que había un lugar donde se podía escuchar los suspiros de aquellas almas rechazadas. E incluso una estela se podía ver durante los eclipses de sol, el único momento para volver a sentirse libres, volver a sentirse infinitas. Y una sola.


En un acto de brujería unos indios quisieron llevar la buena suerte y conseguir que llegaran al lugar sagrado al poco de morir ambos en circunstancias extrañas. Siempre con la intención de salvar el alma del indio y no a la del caballo. Pero claro, ya no eran dos almas, sino una sola huyendo constantemente. Sólo tenían una oportunidad de salvar a ambas, cada 100 años durante el eclipse de Sol. Generación tras generación fracasaba en su intento. Y aquella tribu no descansaría jamás hasta que no consiguiera que su joven indio fuera hacía la luz sagrada. Un alma sin guía vagando, suponía que las almas venideras quedarían atrapadas para siempre entre las llanuras, apoyadas sobre las aves. Por ese motivo hay tantas allí arriba.



Puede parece esa unión humana-animal como si fuera un gran error del destino. Eso de elegir un alma equivocada y que vaya encontra de sus dioses, puede cambiar el transcurso y el destino de después de la muerte de aquella tribu de guerreros supersticiosos. Eso nunca se sabe, las almas se unen por algún motivo inexplicable. Ellas eran puras siendo una. El ser humano sin ellas es mero material imperfecto y desconfia de si mismo.


Lo que poquisima gente sabe la verdadera historia de lo que paso el día de su muerte. El joven indio vendió su alma a la de otra tribu, sagrificando su salvación para permanecer siempre junto a la de su caballo en la tierra. Sabía que solo la suya terminaría muriendo separada de su mitad. Condenó a su tribu por su felicidad eterna...


Mañana hay eclipse de sol, se podrán oir y sentir cosas...Son solo historias que se cuentan entorno al fuego. Cierto o mentira...

domingo, 9 de octubre de 2011

Entregarse


Me he rendido a la parada del penúltimo tren en mi puerta, al fuerte olor que emana la presencia amiga, al otoño que tirita temiendo al frío y al que dirán de él.
Me he rendido familiarizada de nombres, dejando los blancos vacíos en las pupilas. Y como ya no voy a volver a sentir a la madurez de las mañanas, despacio quedarán sujetas las riendas de esas aventuras que jamás nos atrevimos a vivir...por cobardía.

Puedo pedir que escriban de nuevo los versos del pasado, que nadie ya piense en mí, que nadie ya diga miedo. Que nadie guarde secretos, que se abran todas las puertas, y germine la nostalgia de párrafo en párrafo.

Cómo callar a la voz de las voces?, tapando a lo incontrolable, separando el reflejo de su luz. No alcanzo a saber como ver sin ser vista. No alcanzo a saber lo que es ser metáfora en lo escondido.
Me he rendido cubierta de piel de sirena, ahogada entre la lluvia marchita, vestida de vidas vendidas.
Y todavía no he sabido escapar del voy, y del ven hacía mi la fuerte entrega.

Me he rendido en esta guarida de escombros...en está noche colocada sin estrellas.

… y tal vez he dejado a un lado lo que tú llamas amor…

lunes, 3 de octubre de 2011

El sofá


Ni si quiera sé donde llegaran estas palabras… Siempre dedico un rato para sentarme junto a mi madre, creo que se lo debo y es algo que ahora puedo hacer y me aterra el día que sólo quede en mi recuerdo ese momento.

Casi todo el día me pasó escuchando los problemas de otros y cuando llego a casa… Me sobran historias de gente que casi no conozco, y las fuerzas me fallan, pero toda esa gente me deja su vida en las manos. Y me siento responsable de poder hacer algo, aunque sea solo escucharles y animarles un poco.

Por la tarde cuando llevo a casa me pide mi madre que me siente con ella en el sofá. Está llena de ganas de contarme su día y sus cosas. Su día de ama de casa. Y yo siempre con escasas ganas de escuchar a nadie. A veces me siento culpable de no sentir interés, porque realmente lo que cuenta es algo sencillo, y solo busca contárselo a alguien y compartir un rato juntas. Pienso en eso muchas veces y me esfuerzo incluso cuando mi día ha sido agotador y terrible. Nunca hablo con ella de mis problemas. He creado ese rol de mujer dura y ella cree que lo soy. Supongo que alguien tiene que serlo en está familia. Mi dolor queda solo para mí y a ratos expuesto en esté risorio blog. Siempre viviendo en silencio, es algo que llevo haciéndolo toda la vida. Ahora me es complicado sentarme a pedirla un consejo. Una madre es siempre una madre y de alguna manera siempre sabe hacerme llegar un ánimo o una pequeña idea coherente. No se atreve a preguntarme que me pasa a veces, pero en sus ojos lo noto. Entra mil veces a mi habitación, me ofrece chucherías…. Y me pregunta que tal mi día. Mi respuesta siempre es bien, bien mama…

Mi madre ha sido la persona más importante en este recorrido que llevo andado, la admiro profundamente, porque ha entregado toda su vida a nosotros y jamás ha pedido nada a cambio. Ni lo va a pedir. He metido mil veces la pata y siempre me ha perdonado y ha estado ahí para levantarme del suelo. Y luego darme una charla de 3h, uff!!!. Qué bien sabe poner los puntos sobre las ies!!!…

Ha estas alturas los baches y momentos duros que hemos compartidos ha fortalecido mi carácter y nuestra unión, y mi respeto hacía ella. Porque es muy jodido ser madre de una persona con discapacidad. Ella es tan creyente, que sino existe Dios, debería ser creado sólo para que lleve razón, y no caigan en saco roto tantos momentos de dialogo en silencio con él. Mucha fe nos ha inculcado en los malos momentos y de alguna manera es nuestra tabla de salvación...

Cuantas conversaciones e historias nos ha ido dejando a sus hijos en todas nuestras etapas, y ahí están en nuestro recuerdo sus lecciones de infancia, de adolescencia y de... Ella sigue enseñándonos cosas... Y aunque parezca increíble hasta hace una semana no me he dado cuenta de quien era realmente mi madre. Creo que un hijo no ve cosas, cuando no quiere verlas. Parece que una madre siempre tiene que tener todas las respuestas, ser fuerte y no temer a nada.

Como iba diciendo, hace unos días me senté con mi madre, estaba mirando el álbum de fotos de cuando eras pequeño, y todos mucho más guapos que ahora. Al ojear las fotos nos mirábamos la una a la otra con melancolía. Sus ojos me decían, “no puede parar el tiempo, no pude”…

En sus manos sostenía un puñado de postales y cartas viejas. Todo aquello con forma de pasado era nuevo para mí. No sé, pero no conocía todo aquello que me empezó a mostrar. Eran las cartas que mando a mi padre y las postales que envió a mis abuelos cuando mis padres vivían en la otra punta del país. Digamos que se movieron por muchos sitios, 38 casas diferentes ha estado mi madre. 18 momentos ha tenido para reinventarse y comenzar de nuevo. Todas escritas de su puño y letra, llenas de sentimiento, sufrimiento y mucha sinceridad. No como ahora que los mail no tiene sentido de la expresión, ni olor, ni se pueden sujetar entre las manos…

Esa madre fuerte, sin grietas y perfecta perdía fuerza al leer todo aquello. Siempre hablaba en ellas de nosotros, de sus preocupaciones, del futuro…. No es que no supiera que mi madre no fuera puro sentimiento, una romántica y soñadora como yo. Todo aquello escrito dejaba abierto su corazón de par en par... Tantas sensaciones brotaban allí. Fuera, sentadas en el sofá las dos estábamos apoyadas la una sobre la otra. El tiempo se paró para nosotras y sus cartas entre los dedos, y retumbaban las palabras según las leía en mi mente, me trasportaban a su vulnerabilidad. Es una mujer fuerte y que ha sabido aprender de los golpes y sobre todo ha sabido valorar su mayor bien, sus hijos.

Gracias mami por dejarme explorar por tú pasado, sentir tus pensamientos y saber que siempre junto al sofá tendré a alguien esperándome para charlar…