Añoro día tras día besar la boca con
la que sonríes. Y sigo el vaivén de los sentimientos para lograr mover las
hélices del mundo, de tu mundo y conseguir que no despiertes y sueñes lo más
bonito que te pida el corazón tener. Quiero encontrar al viento, para no salir
de cada caricia que aviva las ganas de secuestrar a la brisa que te envuelve.
Necesito tener tus ojos cerca, porque sé, que perecerá mi alma en la distancia,
y en la distancia me rindo al anhelo, y a la fragancia de tu piel que corretea
entre las nubes.
Cada gota de la lluvia empapa la
garganta, como me empapa esa ausencia de los besos. La tarde se ve nubosa y sin
cobijo de brazos. La almohada me ayuda en la búsqueda de un poco de tu aroma y
entre sueño y sueño me vuelvo ansia viva por tocarte. Y recojo un puñado de caricias
de una tela que fue tuya…
Es tarde ya y todo se vuelve
silencio… nace un dulce recuerdo entre la débil luz de la luna y los sueños se enganchan
a tu cuerpo, a tu piel ardiente... Y fuera ha llegado el frío y lluvioso invierno.
La luna guarda el sabor de los labios, de los susurros que encienden cada una
de las noches apagadas. Por eso la rodean tantas estrellas, como susurros y
besos se entregan…
Dejo de ser soñadora cuando se
dilata las estrellas y vuelvo para vivir la realidad y dejarme penetrar por las
voces de las aves sin hogar… se van uniendo cada palpitar en el cielo. Cada
bueno y mal pensamiento se esconde entre las ramas de los arboles desnudos,
cada laguna con y sin fondo refleja una amor sin limite. Un agua llena de
emociones.
Si no muero esta noche, será
porque echaré el freno al recuerdo, y detendré las ganas de sentir tus brazos
asfixiando mi cuerpo, de sentir la piel pegada la una a la otra, los labios que
suplican el contacto…
Lucha mi corazón ahogando la tormenta
entre las sabanas y caigo atraída de nuevo en el recuerdo porque tu mirada hule
a primavera de pasiones.
Que gris es el día sin un te
quiero cara a cara, que poco brilla el sol con la callada de las golondrinas. Necesito
decirte, un te adoro que llevo tatuado en la piel.
¿Cómo se recoge las hojas tristes
del suelo? la calle sopla fuerte pero no se borran nuestras huellas de nuestros
paseos de amor en la ciudad de las luces.
Que largo es el camino sin cortar
las margaritas y sin perseguir a las mariposas. Sin ti ni florecen las
mariposas entre los flores, ni las margaritas quieren salir a volar con sus te
quieros enloquecidos...
¿Cómo saber si hay luz detrás de
una corazonada?. Solo sé que la luz se ha girado hacia el lado del color de las
sonrisas y ha teñido de kimera al corazón.