El objetivo de la cámara

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martes, 31 de agosto de 2010

Muerte de algo de mí


No encuentro la calma en el espíritu, desde que retas a mis sentimientos, y ellos se dejan llevar ignorantes de caer en la misma piedra una y otra vez, como sufren y están deseosos de perdón.

No siento la corteza de los árboles cubriendo su morada de fortaleza, para salir victoriosos de las embestidas huracanadas.

Golpea cada vez menos la rabia y la dulzura con el empuje que me hacia vender mi alma al diablo por ser presa de tu cárcel de amor. Recojo los sin sabores en cada encuentro, y la boca despoja con vómitos la angustia de no encontrar los variantes necesarios.

Me muero cada vez menos con cada amanecer que nos separa, y en mi despertar mis ojos se encuentran envueltos en un parpadeo de dudas que me afligen. No reconozco al hombre que se sienta a mi lado. No le reconozco y siento maltrecho los diálogos que brillanban con luz propia.

Mi piel está morada de golpear tantas veces al error, pero no se encuentra desnutrida, las vendas cubren los enfados negandose a enseñar el verdadero color de la piel a los demás ojos, se desatan una y otra vez mostrando su larga cura.

Las ganas de luchar se insultan las unas a las otras para saber quien es más noble en la pelea, dejando sin fuerzas a nuestros cuerpos en el combate de la cobardía.

No me deshago de lo brotes que me queman por dentro sabiendo que los tuyos están apagados. Y siento desazón por no saber como matar a la bestia alojada en las profundidades de lo inoportuno.

No me reconozco y me pierdo cuando estoy con el hombre del pasado y me rencuentro cuando te rapto en los locos pensamientos de mi mente.

Me caigo mendiga de contrariedad, porque no recuerdas lo enganchada que estaba al refugio de la espera, cuando no estabas a mi lado.

No tengo libertad en mis venas para hablar de ti, sabiendo que la sangre recorre un camino complicada hasta los latidos del corazón y no han aprendido a mentirle.

No encuentro los versos que definan la que me ha dejado flaca ante los pensamientos que envías en cada canción muerta.

No sé lo que le puede estar pasado al cuerpo que me soporta y a la mente con la que navego, que ya no juego con las ilusiones, ni con los sueños… siento que mi amor se apaga, y mi cuerpo agoniza, dejando castigando a las palabras, en un luto hacia el olvido, y destrozando las ganas de bailar con vocablo que emocionanban los deseos de crear la eternidad de una vida juntos. Me dejan sola y moribunda ante lo que me queda del resto del camino por andar...

lunes, 30 de agosto de 2010

Nunca un adios fue tan largo



La cordura va y viene, pero los sueños siempre viven en la saliva de la boca de los poetas. El amanecer deja su luz apaga en el silencio... tuvo su momento y ahora muere dando paso al recuerdo...

Gracias por permitirme mostrar sentimientos... Hasta siempre querida amiga "Eiruceiram"

CERRADO POR DERRIBO CON EL PERMISO DEL SEÑOR SABINA!

viernes, 27 de agosto de 2010

Tic tac, tic tac


Suena el reloj, pero no es el mío, creo que procede de la habitación del pavor de otros, de otro hombre que no se juega a la suerte una oportunidad… desgana?, desinterés?, pasotismo, o agotamiento?... No lo sé, ni lo sabrá nadie, excepto su reloj y su miedo.

Suena, y sigue sonando, me molesta su sonido, me inquieta saber que no correo para apagar su cobardía.

Suena cada vez más, estará atrapado en su cama, tirado, hundido, rotas sus manos?. Es insoportable saber que sigue sonando sin ser cerrado la boca de ese objeto pequeño dentro de él, llamado miedo.

Llamaría al valor, de verdad, lo llamaría, ahora que nos conocemos mejor, para que lo apague, lo calle, pero no fuerzo decisiones sin valor de verse valientes sin ganas de serlo.

Como no voy a salir corriendo ante lo que me molesta, ante la incomoda forma de permitir dejar ladrando un sonido tan escalofriante, haciendo eco en los oidos, siempre pensé, que el mío era más macabro y estrepitoso, como saberlo?.

Miedo, miedo…sonido clavado en las pupilas de los enmascarados. Corre, corre,… hasta que las fuerzas te castiguen… y saquen lo mejor de la bestia, tal vez ella lo empuje, si puede fuera de tu ser, porque las ninfas escondidas no pudieron arrancarlo.

El pensamiento me atormenta en cada chirriar del reloj, desisto y dejo que el sonido se parta con el viento, se marche con él, porque esta muy familiarizado con su propietario y vive en él.

Entraría como entraba antes sin llamar en su mundo de sueños, pero prefiero quedarme en el mío, donde reconozco mis manos cuando tiemblas, mis ojos cuando lloran y la voz de mi conciencia sosteniendo las decisiones de mi mundo.

Entraría para devolver en palabras muchas cosas, pero no me deben nada ni debo nada, en paz quedamos y el silencio se adueña del camino que se para ambos cuerpos.

Entraría llevando entre los brazos cada párrafo acunado, sentido, como se siente el dolor agonizante del vacio cuando no se encuentran las explicaciones, como se siente la risa estrepitosa de las fuertes cosquillas, pero no me debe nada, ni debo nada para cargar con sus frases acertadas y desafortunadas...

Y el dichoso reloj suena sólo cuando estoy yo?...

Una voz tira hacia mi y me susurra apaga el reloj, apaga tu miedo!!.

jueves, 26 de agosto de 2010

Créeme


Cuando sufra por las heridas del mundo, cuando se pierdan las ganas, cuando no salgan las palomas al vuelo.

Créeme.

Cuando resalten las dudas, cuando me siga el miedo, cuando te pida ayuda.

Créeme.

Cuando imagine el final de la vida, cuando patine en el hielo, cuando las fases de luna se mueran.

Créeme.

Cuando mi pluma no escriba, cuando sienta espinas clavadas, cuando luche sin balas.

Créeme.

Cuando me parta las uñas, no aniden las grullas, y el viento se olvide mi.

Créeme.

Cuando me decepcionen amigos, cuando no guarden un sitio en la mesa, cuando salte las palabras de bronca, cuando sienta las brasas que queman.

Créeme.

Cuando la ignorancia se ria, me castigue la pena, cuando no entienda lo injusto del hambre en bocas de niños, y su esqueleto no cubra la carne.

Créeme.

Cuando lo lejano se pierda y lo cercano me aburra, cuando las cuentas no salgan y la letra no se ha la mía.

Créeme.

Cuando olvide tu nombre, cuando no salgan los besos marcados, cuando sienta amor y pecado.

Créeme.

miércoles, 25 de agosto de 2010

Arrebato de amor


Te quiero, te quiero, te quiero cuando no me miras, cuando no me sigues, cuando no me tocas…

Te quiero sin querer y sabiendo quererte, te quiero en cada ápice del día, en los rincones desérticos de la luces en la noche, en cada movimiento de la tierra, en la ruptura del agua al caer, en la saliva que trago con tu nombre en silencio y agritos. Me muero y resucito sedienta de quereres.

Te quiero y desgarro el te quiero, lo sostengo entre en el pecho que se revela devorándome por dentro, en la respiración que te cedo, en cada jirón de piel de mis entrañas, en las pavesas del fuego de los besos.

Te quiero, te quiero, te quiero, te quiero… y me duelen rabiosamente las costuras de mi cuerpo…

Te quiero con la camisa de fuerza puesta, loca por los abrazos prohibidos, con la cruz acuesta esclava ante tu cuerpo desnudo, con las caricias que tatúan mi espalda con latigazos de amor.

Te quiero naciendo mi alma, muriendo mi ser, llorando mi sangre y gimiendo mis pulmones...

Te quiero cegada por las sábanas que nos envuelven en la mañana, en la noche y en las horas que no tiene nombre. Te quiero en cada suspiro, en cada sueño fundido...

Te quiero, te quiero, te quiero, te quiero…

domingo, 22 de agosto de 2010

Sal en las pestañas



Todavía con la sal en las pestañas y los ojos hipnotizados por el azul intenso del agua que cristaliza la sensibilidad de la mirada, dibujo en la arena con los pies, la sombra solitaria de mi nombre sin ninguno a su lado acompañándole. Mi mente busca el de él, pero encuentra vacío, mi pensamiento se resiste a unir las dos palabras, porque mi corazón ha perdido su bombeo pasional, al unir el suyo con el mío. No busco que el mar se las lleve en su caricia a hacia lo más profundo de su lecho marino.

Dejo al mar que sostenga con el agua el borrador de cada garabato que he marcado en su suave y calida piel de arena en la playa, con la mirada perdida en su suave vaivén, me pierdo y siento en el pecho una fuerte añoranza de poder compartir con alguien lo que el viento ha robado del mar.

Se silencia el agua con la música de los latidos de mi corazón, me consuelan las olas saltando y desean compartir el sonido del agua y su frescura, con la melancólica sensación de soledad que empapa lo más profundo de mi respiración.

Las olas llegan heladas y me sacan del mundo de fantasía en el que me encuentro sumida, mientras miro al horizonte imagino como sería la vida de los que están en el otro lado. Fantaseo con un lugar lleno de cosas nuevas por descubrir, un mundo donde nadie ha estado y el mar esconde con su gran cortina marina...

A pesar de que la playa está casi vacía, me parece llena, egoístamente me apetece hablar con el mar y susurrarle las canciones de mi alma, es tan bello y hermoso poder estar mirándole de frente sin casi pestañear, pero no estamos solos. Podría esperar a que oscureciera y ver como la noche lo maquilla de manera diferente. Y como se desenvuelve su agua entre mis dedos de los pies borrando el camino que dejo a las espaldas.

Entierro mis manos en la arena abrazando la playa con deseos de que ella haga lo mismo, busco sentir su calor recogido de todo el día. Siento como me sujeta, para que no me marche y desea tenerme retenida y extraer de mí, la idea soñadora que transmite mi cuerpo tumbado en su regazo.

Desde aquí me abordan olores tan diferentes, pero no matan el olor a sal y a libertad que me llega con la brisa. Los olores vienen con la espuma de las olas que va cabalgando, por encima de sus azules para divisar la inmensidad del océano y recoger el néctar del mundo submarino.

El viento se pone juguetón y golpea con fuerza, es agradable sentirlo en la cara y ver como a pesar del movimiento de gente, la quietud se localiza en el espacio que la playa me ha prestado para sentir su placer. El agua, se tumba con calma a mi lado pensando en salar la piel y dejándome tatuada su sabor marino.

Al rozar mis labios con la lengua, noto los restos del beso que el agua me ha dado en cada contacto con ella, las caricias de los labios que el mar recoge, las guarda como besos románticos sin dueño. El mar detecta en mi mirada las heridas y miedos, que guardo en secreto. Me pide que los entierre en la arena, que los olvide y que saque mi sonrisa…, y brota mi sonrisa.

Prometo con la luz de mi sonrisa al manto turquesa volver a besarle, volver a mirarle con los ojos clavados en su corazón acuático, y volver a sentir la arena entre cada uno de los rincones de mi piel, y seguir mimándola con mis caricias...

Y le hago poseedor de lo más valioso que tengo, le entrego los sueños de cada una de mis noches, hasta que volvamos a encontrarnos, para que me los devuelva empujados con las olas hacia la arena, dejándolos junto a mis manos en el rencuentro.

El cielo ha estado en los primeros días cansado y no ha podido lucir su mejor rostro, y las nubes han vagado libres, dejando un tono triste y solitario en la playa…, la furia del sol ha salido al final, para dedicarme un poco de su fuerza, por lo menos me hace feliz pensar que está ahí porque quiere verme antes de que me marche.

El mar está en calma, hasta que me ve partir. Dudo en girarme para llevarme su última brisa salada. Pero lo hago impulsada por el deseo de dejarle un beso en el aire.

Deshojando...




Deshojo palabras que ya no florecen quebradas, ni surgen efecto, mordiendo las dudas de verme por dentro, y saco las ganas de llenar el mundo de musas que giran y baten al vuelo las almas, llevando muy lejos sin límites, la dulce balada, cantada con ojos cerrados y labios sin besos.

Deshojo dolor solitario, que anhela un cuerpo empapado en lágrimas, yaciendo hundido en el suelo por el sufrimiento, de noches sin fuego.

Deshojo los sueños alegres y tristes, que van zanjando etapas de un silencio muy alto, sonoro efluvio de sangre que nace y salta, y se despelleja volviéndose pura, que arriesga a veces y bloquea los pies en los pasos de ida hacia los intentos.

Deshojo los pétalos, que giran en busca del suelo, en busca de calma, y encuentran, el pisotón de zapatos sin ojos, ciegos, enfermos de resquemor, aplastan hiriendo la flor, hiriendo cada una de los restos que suelto, cansada de tirar al aire la loca ilusión.

El trino de aves envuelve la vista de falsas sonidos, se marchan formando figuras simétricas, girando veloces, pasando encima y debajo de árboles que cierran el manto verdoso, guardando el calor, anidan los pájaros que cantan y gritan en su resplandor.

Te sigo soñando, sensible se encuentra la rima cautiva se marcha, y sacio la espera con dardos de sueños que dañan las venas, la sangre que brota, los golpes machacan y el olvido se pierde, volviéndose seco y cargando con fuerza contra las quimeras.

Fantasma de risas que duermen en la cama sabiendo decirme en voz muy baja el nombre del miedo, la letra se rompe cuando me despierto sudando, temblando, y sonámbula vago sin salir muy y lejos, cansada de ser errante sin sueño, me caigo en pedazos, sin ganas de nada, sin ganas de vida. Sudando olvido.

Dolida y errante mareo al alma, que vuela muy alta que no siente casi, que frena la vida. Que pide perdón y a veces machaca a cada pedazo a la razón.

Me siento confusa, manchada, perdida sin luz, sin sol, sin una mano que guíe los pasos con gotas de amor, con flores felices, azules que lucen con nubes volando, que a veces empapan la cara con lluvia y negros colores, que tiñes las flores de sabia ilusión, volviendo los tonos que gritan sedientos de amor.

lunes, 16 de agosto de 2010

La chica de los ojos tristes

¿Que susurra la margarita a la amapola?. Lo que la han contado la luz de los ojos de los que caminan a su lado. Ser presa de unos ojos verdes, es ser poseedora de los sentidos de dos almas. Se envuelven en lo más profundo de una y dan formar a un solo espirito de comprensión, llegando a alcanzar el misterio de esa vida. El deseo de penetrar hacia los enigmas de los sueños y las pesadillas se vuelve imparable, cuantas más confidencias esconden las flores, más necesitas robar su néctar y saber los secretos de los que se acurrucan a su lado.

La chica de ojos tristes se sentaba en la hierba, junto a los brotes verdes y las siluetas silvestres de las flores…

…Vestía discreta, serena y sostenía su sonrisa, que iluminaba su semblante. La cubre la espalda su pelo rizado, protegiéndola como un manto. Nada parecía lo que ella mostraba. Sus ojos me miraban fijos. Con ganas de entregarme lo que reservan en el silencio y la soledad. Con una aislada mota en su cara, su rostro se convertía en reclamo para las miradas de curiosos. Su lunar solo servia de despiste a los ingenuos que nada más sabían quedarse en ese detalle. El sol la había marcado con la señal de la fortaleza en su cara. Sintió muchas veces los latidos de su corazón cabalgando en ambos lados de su pecho, en respuesta a sus dudas. La sensibilidad se escondía huidiza, con pavor de ser dañada. No quería volver a exponerse al riesgo… Pero sus ojos la traicionan declarando su estado interior, se cristalizan ante lo cruel, el lamento del débil, la dureza de la vida..., y sin saberlo, dejaba escapar su gran emotividad hacia el mundo, a través de ellos.

Celosa de mostrar sus ojos, los guarda detrás de las lentes que la delantan aun más, desprendiendo la claridad de sus sentimientos. Sus pupilas visten la pena. Sentí al clavarse mis iris en los suyos la necesidad de explorarlos, de saber que esconden…. De navegar en sus sentidos y de rescatar al naufrago que vive en su isla de cielo esmeralda. Su cuerpo liberaliza raciocinio y lógica, desata encantos y "antipatías" con sus ideas pujantes de sinceridad, que no desestima usar tantas veces como las fuerzas la acompañan en su cruzada. Maneja su voz segura, extravertida, clara, y endure sus palabras para cubrirse a si misma, como si ella no tuviera problemas, de cara a otros ojos. Pero no es solo lo que se ve lo único que hay detrás de los ojos de las flores. Busca caminando por un parque los ratos de retiro, para encontrase con las lágrimas, para verterlas sin pudor. Y ellas salen con profunda pasión, caen desmontados sus sueños de futuro, rotas las ganas de seguir, y tristes, muy tristes... Recogen las amapolas cada perla de sus iris. Las margaritas y las amapolas se abrazan con los golpes juguetones del viento mientras la observan...

Su corazón visita esos ojos para recoger la visión de la sonrisa de la gente que la rodea. Las flores la cantan con dulzura, intentando curar su alma, pero no le calman la amargura. Siente enfado, dolor, rabia… pasa por todo y deja de pensar en sentir, para vivir de manera egoísta y vacía. Se ha quedado capturada por la desconfianza, desencantada…. Una parte de ella está cubierta de desamor que la ensombrece la visión de la primavera cuando pisa a las flores. Está llena de desanimo y la asusta no verse capaz de volver a coger una margarita para deshojarla en un "si me quiere" o "no me quiere", que la vuelva nuevamente la luz a sus ojos tristes. Tardé en acercarme a ella sabiendo que era fácil llegar, pero casi imposible que me dejara entrar en su morada de la intimidad. Ella capto enseguida, que mi muralla también era impenetrable.

El olor y los pétalos de las rosas me ayudaron a sincerarme y contarle mis secretos. Cada día me cedía algo de ella, dábamos ambos un paso más para entendernos. Nos hicimos poseedoras de las tardes, cerrando el dolor con las ramas de los árboles y dejando a los sentimientos libres, el aire se convirtió en cómplice de las oportunidades de estar juntas. Y rodeadas de confesiones. Los instantes paralizaban el tiempo. La chica de ojos tristes dejaba fluir su dolor, y marcaba una senda hacia la ternura de mi corazón. Lo pellizcaba. Y me enseño a ver la vida de color esperanza... Sabía sacar la bondad a pleno pulmón en cada respiración. Viven todavía en ella las ilusiones, aunque lo niega con cada movimiento de su cuerpo, y cada noche sigue soñando con príncipes azules.

Ahora las flores me preguntan por ella. Ya no las visita tanto como antes, pero sus mensajes escritos con sus ojos, van captando la luz y enganchándose cada día más a la tonalidad verdosa de la vida. La brisa los lleva haciendo llegar su voz y sus ánimos, a los que se les olvida la belleza del florecimiento de la emociones. Y saben que ella volverá a entusiasmarse, y el romanticismo paseara para siempre de su mano.

domingo, 15 de agosto de 2010

Carta en el silencio






Aquí me encuentro sentada como otras noches en mi silla de metacrilato naranja despidiendo los últimos minutos, hasta que llegue la fecha del día en que nací, ya hace…, no importa la edad, voy cumpliendo y eso es lo que cuenta. Podría hacer un balance y buscar la comparación del año anterior, pero seria trágico echar la vista atrás, incluso masoquista para mi corazón, pero los meses en ocasiones me han hecho cobarde escondiéndome y no enfrentándome a los recuerdos, pero también valiente perdonándome.


Después de pasar tantas cosas malas, cosas que pude y no pude controlar, ahora lo sé, y sé como los errores me han martirizado, pero más bien he martirizado a las sensaciones, por querer borrarlo todo de la mente de un plumazo, llegando a culparme de la realidad de los acontecimientos. He podido entender como la inocencia controla a la falta de experiencia, y a veces duele el amor maltratado y las heridas cicatrizadas, pueden abrirse y cerrarse mil veces, y en cada ocasión su dolor hace gritar a las perturbaciones del infierno interior. Pero ya su aullido es menos denso, y es agradable oírlas en la lejanía. El sonido ensordece las ganas de vivir muchas cosas, que antes emocionaban al corazón y a cada punto cardinal de mis ansias de saber todo, y controlar todo.


Sin perder ni un momento el norte del camino sigo con deseos de seguir luchando y de salir adelante en la vida, pero es diferente el prisma ahora, es más maduro y algo más meditado. Los pasos, no es que se han lentos hacia los objetivos, más bien, elijo mejor el objetivo y las ganas de llegar las conservo hasta el final, por no frustrar mis capacidades y ver como aparecen las decepciones por el camino. Es fantástico como cada vez voy siendo más yo, no el yo egocéntrico, si no la mujer que teclea en un PC lo que su corazón, y su mente la dictan. Las circunstancias han dejan huella en la mirada de está solitaria. Ya mi personaje “Eiru”, esté que suele escribir de todo de forma enmascarada por temor a ser juzgados los sentimientos es libre de poder desaparecer. Sonríe dejándome el camino despejado y sabiendo que en el fondo nunca ocupo un lugar importante, si no los momentos precisos para que a través de ella diera con la luz de las emociones intimas, siempre han tenido la necesidad de salir hacia afuera, y las reprimía por miedo a saber lo que realmente sentía.


La fragilidad se ha apoderado de mí en muchas ocasiones, hecho que contrarrestaba con seriedad y una profunda mirada que penetraba al que tenia en frente, sin dejar opción a acercarse su iris con el mío. Tal era la fragilidad de mi alma, que no deseaba tener la imagen de mujer débil y la rechazaba, me dolia ser vulnerable, ser así tan sumamente sensible. Y fui por eso endureciendo mi personalidad y haciendola introvertida, para proteger mi alma y mi corazón.


El miedo ha sido siempre un cruel compañero que no me ha dejado en ocasiones disfrutar ni decidir. Decidía él. Creo que ya a veces decido yo, y el miedo va temiéndome. La osadía refresca mi rostro a veces sin inmutar a mi vergüenza, y me agrada saber que puedo dar un paso sin correr 7 hacia atrás, pero sigo sintiendo miedo todavía y mucho. Ya no me importante tanto controlar mi mundo, y sacar lo mejor de mi a cada momento. Esa especie de responsabilidad absurda la he ido abandonando, y me he dado cuenta de que era un lastre demasiado estúpido de llevar a cuestas. Es muy difícil ser perfecta en tanta imperfección humana, nunca por más que una se esfuerce, nunca alcanza un estado de satisfacción pleno. Pero no sé, ahora lo perfecto llega sin esfuerzo, bajando el listón y dejando a un lado las ganas de ponerme zancadillas a mi misma. Será la edad que voy encontrando los equilibrios y los razonamientos lógicos?.


Después de mostrar un poco de mi, de lo más mío, mis pensamientos más secretos, mis miedos, mis anhelos, mostrar realmente la mujer que vive en mi, me siento rara, supongo que no es fácil salir a la luz, cuando mis ojos han mirado tanto tiempo dentro de la oscuridad. Confío en ir dando con personas que me miren sin sacar conclusiones erróneas y sepan enseñarme y pueda ofrecerles algo de mi corazón, que es lo único que todavía tiene rincones de pureza sin dañar, no muchos, pero alguno queda. Y triste es reconocer, que siempre las malas influencias, las malas vivencias..., provocan un cambio negativo en una misma, en su personalidad y se nota por desgracia al echar la vista a trás al pasado...

Es casi hablar de utopía, cuando se habla de sentimientos, amor, sueños, emociones..., suena cursi y fuera del mundo al que nos ha tocado encajar. Por eso habrá que seguir mostrado los dientes, la seriedad y los ojos penetrantes que cohíben a muchos en ocasiones, para evitar ser carretera de degenerados…



Pero "Eiru" sigue siendo parte de mí esecia, y me recuerda cada instante ser sensible con el mundo y la verdadera mujer que soy, con sus defectos y sus virtudes. Con más defectos que virtudes.

sábado, 14 de agosto de 2010

Sensación


Es una percepción tan extraña la que me sigue después de la tempestad, el agua deja penetrante en el cuerpo la manera de sentir el mundo de manera especial, con mayor visión de la hermosura y lo monstruoso del universo.
La sensación se pasea libre por debajo de la piel, sólo con el sudor brota volviéndose la carne contradictoria, por querer mantener presas a las emociones, para evitar que se sienten cerca del agua y dejen de amar al cuerpo cautivo.

La luz del alma mana verdades y mentiras, peces que desgarran y peces que acarician, ambos nadan en perpetua armonía con los deseos de futuro radiante, ahora en medio del océano de charcos navego.

Insensato es hablar de alejar algo tan valioso como la vida y sus emociones, que van debajo de la epidermis del corazón, debajo de cada uno de los gestos de las estaciones, debajo de las lágrimas de los animales que escuchan las palabras cuando lloran si son hirientes.

La voz de las sensaciones guarda secretos en silencio, guarda su tono de energía que la mantiene bella siempre, está ahí quieta en un mundo de mansedumbre y ata a la ira. Cada vocablo me mira cada día, hago que las palabras se desorienten cuando intenta retener una sensación nueva y captar los colores de mi aura, desvío el arco iris de la mirada, insiste en retener una imagen de pureza en la voz de mis latidos, retener una voz que paralice la visión de los sueños no encontrados.

Viajo por mi interior sin un rumbo marcado, la calma es la guía y la sensibilidad la brújula que me mostrará el camino de vuelta, y escucho los consejos de la soledad, que dan con la verdad en cada rincón de la vida, vida llena de entera certeza, que nubla la engañosa irrealidad humana.

No he reducidos las ganas de viajar en las gotas del rocío que caen de las hojas, ni he despedazado las velas izadas con el resplandor de la sensatez, pero si he dejando a la locura como capitán de un mundo de lunáticos, para poder entender las dificultades. Ya no persigo a la melancolía que naufraga en el olvido, no lo necesito.

Hoy, si hoy, no encuentro esas sensaciones de rareza en la boca, y deseo moribundo que me pesca hacia una red de pasivo corazón inquieto, de protección sin peligro, de presos sin esposas, de vagabundo sin banco y de esclavo sin latigazos. Hoy parezco capaz de ponerme al frente de los juicios de conciencia malos y cambiarlos por los buenos. La vida salta de manera risueña y deja percibir el néctar de las flores en las laderas de los quebrados momentos.

Me repongo de las conmociones de los desaciertos que no medí con certeza, el tiempo se alía y me deja mandar todo a pasear por las brasas ardientes de lo nunca vivido. Dejando calcinadas los sensaciones, que debilitaban mover el cuerpo hacia donde el corazón tripulara.

El miedo gruñe a veces, la cobardía se adueña de instantes que flojean las piernas, que flojean los ritmos cardiacos, la serenidad me deleita con ideas de superar lo superable, de llegar a lo alto estando arriba, y de bajar por lo fácil si sólo es preciso bajar.

No me falta la duración de un día para gobernar a los segundos, se sientan a mi lado devolviéndome los instantes que me desgarrón a dentelladas.

No me faltan las risas, la tristeza se arrodilla a mi lado para levantar mis ánimos hacia las estrellas.

No me falta el amor, amor tengo rebosante, que bombea ansias de ser el esclavo de unos ojos y está lleno del sabor a lo que sabe lo bueno y desechado lo malo.

No me falta las fuerzas de las decisiones, el cansancio prudente, me recuerda parar para respirar el aire.

No me falta nada, o casi nada para llegar a la locura y dar media vuelta y encontrar la vía de la cordura.

Sólo falta que otro corazón se gire y sienta al unísono la fragilidad de un universo lleno de cristales rotos…falta mover el mundo hacia un lado para que el otro tenga más sitio…falta cargar con los pesos justos, que hagan que la balanza se vuelque hacia el lado donde nunca se curan las heridas...

jueves, 12 de agosto de 2010

Herida






Duele, duele… como duele la ausencia de las uñas clavadas en la espalda, evocando a las alas invisibles de los dedos subiendo por la nuca.

Como duele el vacío de tu cara en la carne de mis pechos, que ocupaban la saliva de los besos ya no existentes, ni siquiera en el templo de mi ombligo, que esperaban el suave mordisco ardiente.

Como duele el silencio de las aves que sobre vuelan por las olas, cuando apoyo la sien encima de tu pecho durmiendo.

Como duele las llagas de cristales trasparentes en mi piel, sin nadie en frente abrazando las heridas, ya no reflejan vida en la mente, y está rota en pedazos la saliva de la boca y el deseo de cambiarla de los labios.

Como duele poseer la respiración jadeante y no el bombeo de los ritmos excitantes con trotar de sabor musical de susurros que sacian la ausencia.

Como duele vender la rabia con monedas de rencor, que llegan como dardos al rojo corazón.

Como duele la venganza en los labios y se venda con saliva de perdón, engañando a la razón diciéndola no, no, no...

Como duele sentir el odio entre los dientes sujetando las medias verdades y escupiendo las mentiras, que se vengan encubriendo la angustia, y ellas guardan los secretos ya callados, y te hacen sentir ahora ser un sueño, no soñado.

Como duele guardar las caricias de las manos, los mordiscos con los ojos, los abrazos que traspasan la espalda, y las ganas de sentir, que se empieza en un final sin tu nombre.

Como duele los recuerdos tóxicos del amor enmarañado, caido, arrastado y olvidado.

Como quema las palabras que no acortan la distancia y como yace el olvido muerto en el suelo sangrante.
Como duele los finales tristes cuando lo romántico se escapaba entre los dedos.

Como queda más tranquilas las espinas que clavaban en las manos, y la fragancia de los pétalos, ilusionaban a la vida, como narcotica pasiones de volverla del revés.

Ayer eras alguien, ayer vivías en mí, y morías en mí. Alimentabas de manera rápida lo sentidos y de manera lenta desecaste las ilusiones.

No ya no me importa, ya no soy la que sentía y sabia que la vida era un mapa sin su cruz. Ya soy la mujer de hoy y he dejado de ser la de ayer enganchada al dolor.

lunes, 9 de agosto de 2010

Sol




El astro rey camina salpicando esquirlas y rasgando las nubes con voz encendida en la lejania valiente, y no espera ni un segundo para lanzar su fuego naranja con destellos de amarillo pálido de forma que tímidamente siega con su amarillo brillante y cautivador los rascacielos de la gris ciudad, en el ocaso de los lamentos.


La metrópoli sueña en seguir descansando de las frenéticas sacudidas que hace estremecer a sus edificios la masa de movimiento que vive encima y debajo de su núcleo urbano cada día.

La ciudad duerme y abre sus ojos ondeados por cada uno de los rayos que saltan de terraza en terraza, rayos traviesos y pequeñós en sus inicios y que acomodan su mirada en los jardines, buscando reírse un poco de las flores y revoletear con las mariposas, traspasando sus colores vistosas de sus alas.

Las fachadas en su verticalidad se limpian las legañas de la profunda noche, donde en cada ventana encendida todavía flotaban tantos sueños, ahora ya de día se escapan hacia las nubes, desprotegidos por la falta de oscuridad.

Cada ventana recuerda sus pequeños ocasos antes de dejar a la noche ser ella, volviendose ennegrecida para dar un poco de silencio al pavimento duro en cada calle, en cada pequeño mundo, que duerme sobre el frio cemento. Esos seres de la noche que vagan furtivos de la responsabilidad, y son despreciados con la luz solar, nadie quiere ver, ni que muestren la miseria a cara descubierta con la luz del día.

La noche exhausta se marcha, robando en un descuido un ligero pedazo al día y el día le devuelve una abrasadora herida, para que le sea devuelto lo que no es suyo.

Desde hace ya tanto que juegan ambos, que la loca memoria recuerda de una forma infinita la soberania solar en el universo, su edad desciende del momento en que el mundo dio su primer grito de vida, y el seguro de si, se sentó junto a él para alumbrarlo todos los día, prometiendo adueñarse sólo de un poco del cielo.

El sol aparece cuando las noches se cansan de dar penumbra a la libertad. Los destellos de luz potencialmente fuerte se agotan de saltar de un sitio a otro compitiendo con las sombra en un baile de no dejarse coger y dejarse tocar con coqueteo.

Su lamido de calor tapiza con una fuerte sequía por donde se pasea, y ralla cada parte que acaricia, cuando quiere acariciar, que si se embraba, achicharra, penetra y fustiga con un ardiente sofoquina, cayendo en un apresurada debilidad a la tierra, se empeña en abrir los surcos de sus tripas y tira sus colores hacia los tonos más pálidos, los apaga con su fuente encendida.

Su forma de sueño dorado, es deseado por todos, es como la moneda de oro que preside la fortuna de los que sueñan con poseer la luz de la vida y el fuego de la calcinación. Con brazos de aguja e hilos de oro, teje entre nubes terrones de fuego, y a veces sacude saliva caliente entre despistes, por no saber controlar su bestial energia sobre las aves, ellas vuelan alto ó bajo según su sonrisa o su enfado.

Se podría decir que sopla calor haciendo el amor con la piel, es tan intensa su pasión que la desgarra, y ella se deja, lo sufre, y disfruta antes de sentir las heridas, pero el, no conforme siente pena por no poder estar siempre a su lado, mimandola, tostandola con tonos de hermosura. Siente que la lava en su mirada provoca que nadie le mire, que nadie le dedique las decimas de un segundo. Las miradas están cegadas por mirarle a los ojos de frente, se han dejado tentar por el color dorado. El fuego es su don, pero muerde el mundo y deja zarpazos en las campos peinados de sequia.

Decían que era rey, decían que era fuerte, decían que nunca le habían visto llorar y brillaba por encima del resto, se sentia fuerte por ser único. Y sujeta entre sus dientes ser el poseerdor de la fogosidad del tiempo. Presume de poder seducir entre sus manos el tiempo de borrasca, sin derramar una gota al suelo.

Le gustaría saber por que nadie se acerca, por que la noche le huye. Por que el hielo se escapa entre sus dedos, y las gaviotas giran a su alrededor sin saludarle después de verse reflejadas en el agua de espejos azules. El ilumina siempre de forma incansable, se esfuerza por llegar a los mas profundo del oceano, para alumbrar a los corales y a las sirenas, mientras cantan con su voz fascinadora.

Miedo al miedo




Tengo miedo a que el dolor me visite y se quede de ocupa en mis entrañas y no deje que viaje la ternura y la comprensión en las heridas.

Tengo miedo a que no te gires cuando te marchas llevándote la luz de mis ojos y el gesto de mi sonrisa de un vistazo.

Tengo miedo a decepcionar a la soledad sacrificándola y arrinconando sus deseos de compañía, cuando yo no la deseo.

Tengo miedo a que las yemas de tus dedos toquen mi corazón y lo hagan llorar o reír y vuelvan a saltar las chispas.

Tengo miedo a que los cinco continentes de mi alma se separen, aislando aun más nuestro cuerpo y sólo nos quede la lejanía de los recuerdos.

Tengo miedo a desechar la flor que germina dentro, porque ya no creo en la primavera que abría el balcón de mis emociones.

Tengo miedo a quedarme estancada en los besos del pasado que llenan de calor los labios, las caricias languidas que la piel guarda y las palabras que vuelan ya muy alto y frágiles.

Tengo miedo a tropezar en las arenas movedizas de los consejos equivocados en bocas de insensatos, que no sienten la canción que escucha mi corazón, para dejar de llorar y poder empatizar con el sufrimiento para calmarlo.

Tengo miedo a que las ideas se turben en aguas pantanosas, por no saber entenderme y entenderte. La ideas brotan despacio haciendo fisuras en la razón.

Tengo miedo a dejar de soñar y empezar a soñar los sueños de otros, y despertar en un vacío de la frustración, quedando indefensa porque mi ser no era conciente de su pensamiento, y todo se ha disipando en la nada.

Tengo miedo a verme las debilidades del otro lado del espejo y el temor se adueñe de la cúspide de mi mente, clavando arriba en lo más alto la bandera del resquemor.

Tengo miedo a ser la última romántica, que se pasea por el mundo, esperando a que la conquisten, cuando conquistar esta en estado de corazones enajenados por amor, y el pavor mate los versos poeticos y las pasiones imposibles.

Tengo miedo al conformismo y a perder las ganas de luchar y no levantarme de los bajones de la vida, y no saber encontrar segundas ó terceras oportunidades.

Tengo miedo a que la vegetación pierda el verde esperanza, el sol el naranja creativo y el mar y el cielo pierdan el añil intelectual que calma la sensibilidad de los sentidos.

Tengo miedo cuando miro las flores, porque sólo tienen una primavera para enamorarse y las hojas de los árboles un solo otoño para caer de tristeza al suelo.

Tengo miedo a ilusionarme del viento sabiendo que mi piel siente la brisa susurrante del aliento de amores que ya creia olvidados.

Tengo miedo a que la noche termine de convencerme y traspase mis sueños, secuestrando la claridad de sus finales para que siempre la acompañe.

Tengo miedo a no equivocarme, y no sentirlo, porque tanta verdad y seguridad en mis razonamientos, puede ser un fantasma engañoso de la soberbia.

Tengo miedo a imponerme algo imposible, porque me jugare todo en la ruleta rusa del empeño de salirme con la mía, pisando a lo que más quiero.

Tengo miedo a no encontrar consuelo cuando lloro, a no sentir a nadie cerca, a saber lo que quiero y no cogerlo, a ser tentada y no arrepentirme, a fingir sonreír por haber olvidado ser feliz.

Tengo miedo a que se desgate la vida y su mecha no alumbre con su luz las cavidades de mis anhelos, allí guardo los traumas que me persiguen en el silencio, y temo no poder enfrentarme en la penumbra a ellos al final, cuando sujete el valor en mis manos.

viernes, 6 de agosto de 2010

Humo


Los ojos se ven hipnotizados por las formas sinuosas que eleva el aliento por encima de los labios, cuando el aire mastica el tabaco quemado lentamente, el deseo de encumbrarlo muy alto es enorme, tan enorme que el aire invita a un baile, que comienza en la comisura de la boca y es terminado en el olvido de la siguiente calada.

El tacto del filtro hace de las suyas, besa a la lengua en cada viaje de ir perdiendo un poco de vida. Demuestra ternura encendida cuando regala caricias entre los dedos, su fea intención o bella intención, es ganarse la confianza de la mano. Sin darse cuenta el olfato, que está embelesado por lo atraído del inconsciente se pierde, y el humo aprovecha la situación, para borrar los olores del resto, los encubre haciéndose único en el ambiente, masacrando los perfumes de pureza que se encuentra por el camino. Espera tranquilo, para adentrarse en ti como único olor que juega, entrando y saliendo por otro camino.

El gusto y el aroma que se pasean por cada uno de los sentidos del cuerpo te poseen, buscan como los pulmones se llenan de la gris silueta en cada aspiración abrazando lo inhalado de la boquilla.

Enciendes con suavidad el cigarrillo, lo tomas entre los labios ofreciéndole un tierno mordisco, inquieto y deseoso de probarlo, aspiras su humo con la pasión que la boca ofrece su mejor apertura, el rostro muestra la satisfacción, lo saboreas como se saborea el pecado, y envuelves el aire, vistiéndolo con una nube de humo que muestra tu ser, y le dejas conquistar el cielo de tu boca a ratos, escapandose misteriosamente se fuga, con lo que roba de ti en cada ocasión que se lo permites, se lleva un poco al hombre que llevas dentro.

Sabores con cada calada un diseño de formas que desaparecen fundiendose en el más allá de la nada, pero no dispuesto a que se terminen, eres preso de seguir imaginado más y llenado el aire de lo que se vacía en tu pecho, dejando consumido al pitillo que sujetas en la mano.

Gozas de su control cuando lo sueltas según el deseo de tu boca, y notas de manera intensa como te toca el paladar, y el paladar le devuelve el toque quedándose su sabor dibujao en la ocuridad de la garganta. El tabaco deja la boca con el sabor amargo como dejas la colilla en el suelo pisoteada al ser abandonada. Sólo el suelo es poseedor de los restos, depués de saciar con ella la ansias. Vives con el sabor enganchado en la ropa, y lo buscas si desaparece de la piel y del aliento.

Los labios sujetan el cigarrillo tentando mis celos, tentando mis estados de ánimo, tentando las ganas de seguir siendo mujer, para convertirme en vicio...

Hubiera deseado estar entre tus manos, y me sujetaras con la firmeza con la que le sujetas a él.

Hubiera deseado estar entre la boca y penetrar como penetra el humo, llegando hasta lo más profundo de ti. Pero has ido envolviendo su sabor placentero con sabores de fuera.

Ensucias la mezcla de humo de hogar y humo de bulevar, sacando lo peor del vicio y de mi. El humo dibuja en el aire la hebra desigual de un camino que no parecía fácil…

Los besos que sueltas a mis labios son despedidos con menos deseo, que cuando se los sueltas al pitillo.

Guardas un vacío en la mirada, contemplas la lejanía, y en silencio los demonios de sus hojas secas te poseen, es un manjar trucado que ha sido bañado de sustancias que trafican la voluntad.

Te vuelves adicto a él y leal, desmasido leal, y demasiado confías en él. Has abandonado todo de ti y no puedes separarte ni un momento de su tacto, le das un protagonismo desorbitado y fuera de lugar, dejandome fuera, tengo que verte como pierdes a veces el control por él, y dejas en duda la capacidad de decisión de ti.

Siento celos, y muchos, de los pensamientos que le dedicas, de la adicción que te persigue, de las ganas que pones cuando lo sujetas, del sabor que te deja en la piel y en la boca. Siento celos de la visión de tus ojos que reflejan el embrujo en el que estas envuelto a ratos.

Sueño en ser la niebla de tu boca, llenar tu aliento con las formas de mi cuerpo, y darte los sabores y colores más allá de negro alquitrán, que se quema y deja el amarillo tatuado entre los dientes.

jueves, 5 de agosto de 2010

Hielo en el cuerpo








Hace frío, mi piel siente la ausencia de mimos, y la carne está como el témpano esperando a ser traspasada por la luz de tu cuerpo cuando se aproxima.

Los latidos duermen hipotérmicos, yacen frios, sin calor por el anhelo, buscan el contacto con la excitación cuando me miras pidiendo eso…, o pidiéndotelo yo…, ambos lo deseamos, nuestros cuerpos lo desean...

Hace frío y mucho…sigo esperando tu llegada, siento el frío y me duele…

Caigo en la cama, está vacía, sin vida, y sigue fría…, mi cuerpo no alcanza a llenar la superficie del infinito que me cubre a cada lado…, de alguna manera nos cristalizamos juntas, helandolo todo.

El espacio es inmenso, hasta tétrico en la oscuridad, el silencio se envuelve entre las sabanas, la garganta esta gélida, la falta el deseo, la provocación…, los abrazos se retrasan, los mios piden sentir el paraíso donde nos perdemos en el más allá juntos.

Respiro silencio, el frío no hace que frene las ganas de sentirte, necesito la combustión que surje cuando estás conmigo…

Las curvas del cuerpo pierden su movimiento, como glaciales se quedan quietas, inmóviles y frías, tan frías, y solas…esperan que llegues candente…, y enciendas lo que parece muerto en la lejanía del cuerpo.

miércoles, 4 de agosto de 2010

Sólo un detalle







La distancia sería sólo un detalle,
si los besos no llegaran a los labios.

Los labios podrían perderse,
pero conocen su destino, lo hacen suyo, lo poseen...

Los besos pueden parecer un instante y nunca deberían ser soñados. Pero naufragan en la saliva del recuerdo.

la boca buscaría ser ladrona,
sino se donara el aliento que la calma en otros labios,
pero nunca se pierde en lo ajeno.

El destino dejaría de ser inevitable, sino
encontrara en el final, los abrazos, las caricias...

La espera sería eterna,
sino se conservara el perfume de la piel del amado.

Los abrazos serían sólo un capricho,
si se pierde la mecha que enciende la pasión de los detalles.

La vida sólo sería un detalle más,
sino la explorara a través de tus ojos. En cada encuentro renazco.

martes, 3 de agosto de 2010

Casi 33 Primaveras






La noche esta en su mitad de vida, hablo demasiado de la noche, será que se ha vuelto una vieja amiga de la soledad y los pensamientos más íntimos, o mejor mis pensamientos la acompañan como todas las noches, de manera menos silenciosa que en otras ocasiones, hoy estamos con un ruido de fondo, porque se oye los restos de la fiesta de un grupo de chicos que buscan el suelo para aliviar su cansancio un rato, lo necesitaran antes de seguir quemando su cuerpo a golpe de sacar lo mejor de la noche.

En está ocasión, hago un balance de lo que tengo y dejo de tener, pero no es que necesito tener, tampoco es eso. Rescato lo mejor y lo peor, de más de tres décadas que llevo encima vividas. Que se dice pronto, suena a joven en boca de los muy mayores y a vieja en boca de los chavales que siguen voceando fuera.

Es impresionante como la sociedad nos convence, y nos dejamos convencer, se oye decir, o se lee, o de alguna manera se deja caer en las conversaciones que pueden surgir en el día a día la palabra "la crisis de los...". Dar un paso es bueno, pero duele, la crisis de las edades duele?. Parece que sino duele es que no importa envejecer. Repasemos las crisis que no he sufrido, pero que debería sufrir, y amargarme.

Nos perdemos de pequeños, yo diría que los 3 primeros años de vida, por lo menos para mi memoria esa edad la pilla muy joven para retener aquel momento de chupete y pañales, las fotos me la recuerdan y dan ganas a veces de volver a ser un renacuajo de nuevo, un poco para evadirse por completo del mundo, el pequeño mundo del pasado, nos atrae en algún momento. Joder que bien viven los niños de ahora!!!, nosotros somos la "generación Macgyver". Con una cuerda y un palo hacíamos un arco..., y así cientos de juguetes..., éramos más baratos, e inmensamente más imaginativos...

Vas cumpliendo años, uno, tras otros, hasta llenar la mano, y estas hasta orgullosa de hacerte mayor, los diez suenan a dos manos, ya te toca mirar al suelo para usar los dedos de los pies, para poder seguir sumando.

Entras en la época de la adolescencia, aquí es el inicio de la lucha, tienes que defender la intimidad. Deseas llegar a la mayoría de edad, pero a veces te interesa el trato infantil, vamos que como la edad, estas en un momento de estupidez, que dura unos años, hasta que te bajes de la nube. Es la hermosa edad de descubrir y que ten de hostias por ir de listilla, pero aprendes, y mucho, van llegando las decepciones.... Y sin olvidar el acné que ese si crea una crisis de emociones. Surge de todo, el amor, los amigos, los estudios, y los peligros que te atraen con locura pero te sabes resistir, aquí es donde algunos se pierden para siempre.

Y por fin llegas a los 18, ya te empiezan a hablar de la palabra responsabilidad. De cárcel si cometes un delito, de plantearte un futuro... que agobio!!!, si hace dos días no me preocupaba de todo esto. Pero pronto te acomodas y vas cogiendo gusto a la mayoria de edad, puedes decidir más sobre el mañana, ganas confianza con la gente, y ellos van depositando en cada momento más, y más responsabilidades, da satisfación, porque con ella te sientes mayor y crees saber todo del mundo, y sobre todo, tienes libertad, que siempre has deseado.

Pero claro la dorada juventud va pasando sin darte cuenta, hasta que un “criajo” por la calle te suelta, " señora me pasa la pelota", la madre que lo par... al crío!!!, me ha echado la vejez encima. La crisis en ese momento se asoma. Pero pasas, estas en los maravillosos 20, 21,22,23,...29 joder, que rápido va esto!!!, que ha pasado en esos 9 años?, si ya estoy abandonándolos, uuuf!!! La crisis llama, y fuerte!!!

Empiezo a notar la llamada crisis de los "años que se suman". Los 30, es el cambio de digito y me siento igual que con 29, pero parece que tengo que poner otra cara, me piden más? me van a exigir más?, ya no puedo hacer el payaso?.

Crisis!!, Crisis!!, Crisis!!, Crisis!!, Crisis!!, Crisis!!, Crisis!!. Controlo la situación todavía.

Me tocara escuchar "ya tienes las 33 primavera". O frases desgastadísimas "la edad de cristo"., "sigues igual", "ya es hora de ir planteandote una familia, que se te pasa el arroz", "un año más y uno menos"... La crisis no me afecta, me hacen gracia los comentarios que van soltando y tengo que dar remate a las frases con humor. Creo que peor será las frases con los 35, la terminación en 5 es peligrosa.

Estoy contenta de seguir cumpliendo taco tras taco, de seguir sintiéndome a veces vieja y otras veces estupenda. He venido aquí para dos días y no pienso en amargarme por un número, y menos repetido. Además tengo lo que necesito a mis casi 33 años, una pequeña pero estupenda familia, amigos contados con los dedos de una mano, y problemas a puñados que más quiero??. Y otra cosa la más importante ganas de seguir avanzando.

Lo mejor es, poder llegar a saber lo que esperábamos de nosotros mismos, y si por el camino cambiamos de idea, pues estupendo, rectificar es de… lo que sea. Pero nunca debemos convertirnos en la palanca de freno de nuestra propia vida y perder las ganas de hacer cosas, los limites nos los ponen otros con sus prejuicios...

Para tener crisis con los casi 33, que optimista son estas últimas frases, a ver si al final esto de tener crisis no va a ser tan malo y nos han engañado?.

lunes, 2 de agosto de 2010

El negro enfado


La noche oculta un lado ennegrecido y tenebroso que algunos nos atrae, y un lado albino y simpático que buscamos en la soledad de la ventana de nuestra habitación, cuando queremos recordar un momento mágico del día.

Esconde un lado de espanto, y un lado de tranquilidad que calma el ambiente... pero últimamente esta rebelde y enfadada, no muestra su lado bueno, no sale la risa de sus estrellas, ni la luna es tan lechosa, ha dejado de posar en lo alto como antes, presumía de su larga cola negra con brillos celestiales.

Las sombras tiznan su oscuridad siempre con fuerte olor a resquemor, aprovechan el cansancio del día, para apagar sus tonos, los funden, y se enfrentan a la luz, la asustan de la peor manera, hablándola de los peligros que lleva la oscuridad escondidos. La cuentan la tristeza encerrada en los deseos no concedidos por las estrellas fugaces, que gastan su energía volando en sentido contrario a la puesta del sol. La noche respira compungida, se ha vuelto verdugo del día, pero la moneda cambia y el día se vuelve vengador de su verdugo en el ocaso.

Envuelve en tiniebla el crepúsculo y la aurora del día siguiente, hace marcharse a la noche dejando su ceño arrugado, huye! perdiendo en ese momento por falta de fuerza. La luz penetrante salta con fortaleza llenando el cielo de claridad. En ese instante el día reina sabiendo que la temible noche volverá, cuando vuelva a debilitarse cansado de dar lo mejor durante el día.

Noche manchada de luto, de sangre, cuando las fieras devoran a sus presas, marcada de rasgos oscuros, de grises sin luz, que vuelven al miedo la sombra del culpable. Ángeles negros, que sobrevuelan por el suelo, cayendo en silencio después de fracasar en su camino hacia la luz difusa.

La capa ennegrecida sostiene a las nubes dejando muerta la coherencia, surgen de ella, las ideas de las cabezas de los no tan buenos. Son llevadas a extremos inquietantes, trazadas y dañinas, matan lo humano, y siembran el pavor y el desconcierto de no saber donde esta su lado de misericordia, que equilibre la oscuras decisiones.

Fría y larga noche que monta en cólera cuando no se la mira, como se mira al día, está envidiosa, por no poder poseer todas las horas, las de penumbra y las de luz. A veces abraza el rostro cortando la piel con sus fuertes sacudidas, cuando baila por las calles sin guía. Sin amo. Solitaria, porque todos duermen y la dejan de lado.

Asciende con ráfagas oscuras, lo abandonado en el suelo. Levanta con locura lo encontrado por el camino con ayuda de la temperamental ventisca. Saca la fiereza rabiosa, esta herida de no poder dar luz a la luna, con la intensidad con la que brilla el sol, y tiene que esperar a que ella la robe.

Noche celosa del alba, tiene que aguantar ver el crepúsculo y su belleza y como van naciendo las ganas de hacer cosas. La han contado como queda la ciudad en su ausencia, los carteles se apagan cuando se enciende el día. Las farolas lineando las calles de luces amarillas son extinguidas, silenciadas, el día empuja y se hace dueño del ruido, de la gente, los rayos de luz envuelven el ambiente.

Solo la queda que arda el cielo en llamas en la negrura, para protagonizar su momento, la luz de las pavesas intermitentes a lo lejos, dan forma al fondo del escenario carbonizado, gritan las luces de colores en el firmamento, visten la calma con ruidos muy fuertes, llenando todo de una fuerte gama de vida, muy corta, pero vida, que chispea en lo alto, con olor a petardo, con olor a fiesta, que invitan a sacar su carcajada y volcar todo el entusiasmo a la noche, cientos de ojos la miran moldeando el escenario de luces artificiales que avivan su esplendor.

Apacigua su enfado y vive su momento, volviéndose más bella que el día...

domingo, 1 de agosto de 2010

¡NO a la sinrazón!

Que difícil es la vida, o que difícil la presenta el mundo, o que difícil camino quedaba libre por andar… Que cara pone a veces, cuando no se puede evitar lanzar un quejido de desagrado. La garganta, expulsa todo para que lo escuche los vientos más altos, llevar algo que atraganta, es mandar las sensaciones envueltas en desconcierto hacia la desazón, tener tanto tiempo dentro lo que envenena, va matando!!!, y necesita salir y que el aire lo lleve, en un mensaje para ser escuchado, aunque creo que ya los mensajes se pierden por el camino. Ya a la vida no la dejo continuar mostrándome las cosas, las muestra demasiado bellas y no me deja ver la dureza hasta que no tengo que cruzar por ello. La palabra NO, es complicada de sujetar entre los labios, es el poder de las decisiones y ajusta el equilibrio, cuando la sobremanera de pasarse es desorbitada. No me han enseñado a defenderme con las armas apropiadas, no se negarme ante las cosas, o los “sies” me dan motivos de mandar a la negación fuera de mí. Llego al extremo de parecer inútil y torpe ante las cosas que pasan y se repiten una y otra vez, sin más. Que fácil seria poder hacer lo apropiado sin cargar con el temor de equivocarse, sin destrozar lo que es tuyo, porque lo has perdido con una mala decisión. Como dejar de poner la mejilla, si hace tiempo que pongo el cuerpo para que me lo aplasten. Nadie se da cuenta de lo malo que es pisar a otros?, de lo canallesco que puede ser andar por encima, no oyen los lamentos?, no notan los charcos en los pies de las lagrimas vertidas por los atropellos?, o piensan que es la lluvia, que deja su rastro sereno después de la tormenta?... Menuda falsedad se encubre con excusas y lágrimas de cocodrilo, menuda imagen se pasea por la urbe de oficinas con mujeres que dan la sensación de vagar como una servidora y otras, la mayoría de vagancia profunda y abuso desmedido. No siempre pienso en lo importante que me motiva, aunque si lo pienso, pero los sucesos que tengo para levantar las ganas de montar un nuevo plan, van cayendo hacia el olvido. Creo que he planeado recoger el ancla y las velas y buscar otros puertos, o por lo menos pasearme alejada lo más posible de la costa, porque ya no me hace sentir marine de la razón. Ayer contemple petrificada la imagen de lo innombrable, supongo que todo se puede etiquetar, pero en esta ocasión los términos escatológicos se agolparían por intentar ser todos los primeros, y son demasiados para una sola palabra que defina está situación. Volver a ver la misma película de terror que puede sufrir un ser, y seguir sonriente, y tener que esperar hasta el día siguiente para poder vomitar lo visto, va devorando el alma, y cada vez es más lento limpiar las heridas. Como puedo llamar al conjunto de canalladas que pueden hacer, sin sentirse culpables, hechos fortuitos?. Viven cada instante subidos en el tren del viajero que aprovecha cada ruindad. Todas salen del mismo patrón y caminan con el mismo pie de lo inaudito. Viven en su mundo de felicidad?. Sinceramente creo que no son tanto felices, porque no son capaces de desear mejorar un poco su vida y la del resto, ya se ha podrido su esencia hace tiempo. Las palabras se vuelven vagas, malas, falsas, y pelotas… llenan un nido de avispas donde queda contemplar y volverse una más, pero es un disfraz de rayas que su fondo es seguir siendo la trabajadora para otros. Deseo que cambien las cosas, y no sólo se quede en un espejismo caduco, quiero sentir que realmente cambian, para no volver a sentir su estado de podredumbre. Nunca pensé que levantar la voz, quejarse, sufrir por enfrentarse y querer que te escuchen, duraría unos escasos meses. Será que es producto de latigazos del destino, para levantar la cara a la ciega justicia. Pero creo que su visión es escasa, los jefes supremos, no ven, porque ellos tal vez dejan hacer, y saben del mal, callan!!! dando rienda suelta a hechos injustos y deplorables. Estará de moda llegar tarde?, ¿estará de moda no trabajar?, estará de moda, que el mundo no vea las desigualdades del ser humano?... Habrá que poner de moda en mis labios la palabra NO!!!.