No
hay un diario que sea capaz de coger al vuelo una emoción más…el mío se ha
sentido estos meses inquieto y lo he puesto contra la pared castigado... Incapaz de saber sentir, incapaz de soñar,
incapaz de ver lo que nace cada día y engrandar a lo sencillo. A veces llorar
llena de aire fresco y otras veces deja empapada por días la sonrisa y el mirar.
Y acentuó a las contradicciones que se retuerce de no sentir y de sentir. No
quiero engañarme lo de no sentir no ha sido cosa mía… se fundió esa estrella
que iluminaba a la soledad. Pero ahora sufro porque no soy capaz de ver a
oscuras. Ni puedo acompañar a la luna cuando es nueva…
Necesito
aislarme… y perder la pista de mi misma… porque sé, que si sabré regresar a casa…
no tendré más dudas.
Me
pregunto cada día que me pasa, y por qué me siento así, muchas interrogantes ¿¿?¿?¿?.
No quiero ni siquiera contestarme porque hacerlo es hacer sangrar a la emoción.
Algunas
personas creen que ya no tengo corazón y les gustaría ver una radiografía…y sé
que lo tengo, lo sé, puedo oírlo latir…, no como antes late, ahora no sale de
su escondite. Miedo a querer no es. Es no saber como querer, es no saber como
llegar mejor a todo. Cuando se quiere tanto y te fallan se muere tanto…, y he
muerto tanto tanto que no se si sabre sentirme viva. Y él respira muy flojito,
late flojito. Incluso diría yo que ha encontrado la manera de olvidarme. Y me
encuentro en una engañosa nube de felicidad. Es muy fuerte reconocer que me
niego a sentir y a querer…, no sé querer mejor, no sé sentir mejor…no sé como
encender esa estrella sin perder la quietud de mi alma. Ese es otro que se
rindió mucho antes… y sin alma se contamina todo.
Se
piensan tantas cosas a lo largo de la vida. Ahora es como si la vida necesitara que
pensara…. Por cada no acierto cambia la visión. La palabra acertar es mero
espejismo. Quiero quedarme mejor con la
palabras aproximar. Y poder dejar cada palabra huérfana e insultada, pero no se
lo merecen.
De
repente me he puesto a hacer balance de la vida… no es porque he llegado a un
cumpleaños con una cifra complicada… Necesito saber lo ganado y lo perdido. Me
siento perdedora con corazón de ganadora, o tal vez soy ganadora con dolores
que me mienten… por eso la coherencia me ha dejado…por eso no sé que decir ni
hacer a veces.
¿Qué
he perdido para sentirme así?…
Tal
vez la confianza y peco ahora ya de no tener esa templanza, o esa utopia que duele y se llama amistad y
que me deja en una reflexión inmortal. También puede ser que perdí el deseo de
amar hasta asfixiar las ganas de llegar a los limites, o la visión de un horizonte
más allá del horizonte dibujado con tinta imborrable, o quien sabe si ya la
memoria se culpa gimiendo en voz baja.
Ahora debo soportar esa embriagadora sensación de tocar el cielo diminuto
con las manos. Ahora no debo salir
corriendo. Y cada suceso, cada problema, cada caudal desviado, deja frío al
tiempo, me deja fragmentada con los ojos mirando al mediodía…porque la noche se
ha quedado sin su estrella. Y la luna sin su mejor compañera.