El objetivo de la cámara

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lunes, 29 de agosto de 2011

El último paso


No sé que me pasa, ojala lo supiera. Como sabia cuando te quería, cuando te echaba de menos, cuando deseaba tus besos. Ojala lo supiera y así de una vez podría entenderme un poco más. Quiero y no quiero, y evito ver cosas que no pasan desapercibidas para nadie. Estoy en un by pass de sies, de noes y no sé...y de ordenar mi vida. ¿Cómo se ordena el pasado?. Es pasado ya, ¿y el futuro?. No lo tengo todavía escrito en la agenda.

Puede que me atraiga otro, pero no consigo saber lo que realmente quiero, solo sé que no eres tú, no creo que bese como tu, ni huela como tu piel, ni pueda mirarme como me mirabas a solas. Tampoco es que me atraiga solo ha sido un intercambio de saludos y nada más. Es un extraño de tantos que me cruzo. No eres tú y eso es lo que menos me gusta de él. Y de mi, porque ninguno va a ser tu.

Hace minutos que he hablo contigo por el móvil. Y el silencio es desierto y el agua esta lejos al otro lado. Dejas la mente desvestida y cansada…, siempre tu voz tapa el sol con las nubes …,no todas las nubes traen agua ni mal tiempo... Y el hola se ha olvidado de decir adios. Parece que está apunto de llover cerca. Parece mentira que añore la ropa mojada.

Algún día, yo escaparé de mi misma y de ti, y tu nostalgia…

sábado, 27 de agosto de 2011

Mejor acompañada de la soledad


No es por nada, pero ya ha llegado la hora de concederme permiso para saber donde, cuando y quien va a estar junto a mí. Me doy permiso para saber que es lo que me gusta y no separarme de ello.

¿Y que voy a hacer con la gente que me ha ido dejando decepcionada?. Ellos se dieron el permiso de perderme y perderse lo mejor de mí. Aunque no lo saben, ya no tienen permiso para volver, ya es tiempo de construir y dejar a cada persona en el sitio donde ellos mismos eligieron.

Creo que la palabra decepción lleva una P en medio para recordarnos que esta unida a las palabras perdida, pesar, y de partida de lo que se guarda en el sitio más perfecto dentro de uno mismo. Recuerdo mi primera decepción, y mi última decepción, recuerdo todas, todas ellas van marcando. Echo de menos querer con esa intensidad, pero me frena ese detalle y esa P que se queda atrapada para siempre. También sé que la palabra perdon empieza por P, pero a estas alturas eso ya no cuenta. Perdonados estan, pero cada uno en su sitio.

La decepción es libre dentro de mí y me deja presa dentro de los recuerdos. También recuerdo a quienes he decepcionado, y eso duele más que cuando decepcionan. No me refiero solo al amor… hablo de esas personas que me han hecho sonreír, llorar, aprender.... De esas que he creído que nunca me decepcionarían y yo decepcionaría. A veces pienso en todo el tiempo tan mal gastado y lo mal que se puden hacer las cosas, por eso la decepción se clava más profundamente. Lo malo de esto es que a todas esas personas que alejas porque ya no confias en ellas les sigues queriendo de alguna manera, y pensando en ellas..., aunque ya no es igual.

Este año he puesto a determinadas personas que ocuparon un importante lugar en mi corazón en otro sitio. No es fácil hacerlo, pero si lo es cuando se lo han ganado a pulso. Cuando digo ponerles en otro sitio me refiero a que ya no les ofreceré el 100% de lo mejor que tengo y ya no me dolerá descuidarlos. Cuando decepcionas..., ¿no sé que hará la gente?... será un antes y un después de todo. Se marca mayor distancia, y ya no es lo mismo, una simple mirada a los ojos y aparece la duda, se olvidarán hasta que canción es tu favorita, porque ya has dejado de importarles. Puede que no?...

He llegado a una conclusión terrible, no quiero amigos, algunos me han quitado el sueño, y las ganas de soñar. Ni tampoco quiero a nadie a mi lado que me haga perder la cabeza por amor. De aquí para delante de vida solo puedo sobreponerme de las decepciones que vengan de la familia. Y cuidarme de no perder en cada apuesta y mandar todo a la porra con algo que no está bien hecho. No querer amigos suena fuerte, pero nunca los he necesitado y ahora que los tengo los necesito menos. ¿Como deshacerse de los buenos amigos, de los viejos amigos, y los medio amigos?. Pasando de ellos?…, no cuidándolos?, no mostrando nada de nada y por qué no? ya que más da decepcionarles a todos, si ya no los quiero cerca. No teniendo a nadie podré encontrar un aislamiento de sentimientos. Todo esto puedo sonar a miedo. Y lo es.

Dicen que todo el mundo tiene que ser amado y amar. Olvidaron unos detalles al hablar de el amor. El amor es bipolar y no siempre es verdadero. La soledad es una buena pareja, siempre me ha querido y ha estado ahí participando cuando más la he necesitado. Con ella yerro menos, ya que soy pura imperfección.

Lo que tengo muy claro es que no quiero decepcionar a mi familia, antes prefiero decepcionar al mundo entero y que me coloquen en algún sitio mal sonante... Ya lo sé que pagaran justos por pecadores y yo misma me perderé en alguna parte, pero todo esto es mí delito y lo que llevo dentro del pensamiento durante más de 1 año.

jueves, 18 de agosto de 2011

¿Hasta cuándo?


Hasta donde llegue el viento y decida volver sin permiso ataviado de riesgos, me quedo sin fuerza, sin aire, sin aventura, que vaya a caballo de tu boca a la mía. Para aninorar el espacio de una falsa indiferencia. Quebrada y buscando el sigilo.

Hasta donde despierte las ganas y se apaguen sin ventaja, a saber quien dirige, porque ya no queda casi nadie enfrente, me apago como mecha sin aceite. Y me marcho prematura.

Hasta que la mentira pudra el alma del aspero, correré en su contra, sin mirar hacia atrás trenzaré una estela. Huyendo, valiente.

Hasta donde los sentidos se cubran por los glaciales y se resistan a saber de los fracasos, muda, sorda, ciega y sin cuerpo, me sostengo en equilibrio. Y sabiendo que estoy cerca del peligro y de caerme.

Hasta donde la percepción se rindan y el recuerdo las trasforme en juicio, me trasformo para siempre.

miércoles, 17 de agosto de 2011

Saltando de lado a lado


Estar cuando más se está sobra papel y presencia. Estar sin parecer estar crea duda y ausencia. Estar sabiendo estar de aquí de allí, y de mas allá, es mucho estar y poco abarcar. Toca saber esperar y más o menos ponerse a valorar y llegar a un punto que se resta el respirar. Mejor no!. Porque se duda ya del sitio donde se quiere estar.

Pensar y crear en lo que fue, lo que se dejo y lo que mermo puede suponer acabar con lo que se podrá encontrar y hallar. Siempre es pensar en el ojala y seguir, que más da, cómo?, dónde? y con quién?. Estar si se sabe estar. Ser siempre uno, ser fiel al fin y al cabo es llegar. Y a veces estas sin estar del todo y vas y vienes para extrañar, aunque se peque de sentimental. Ese lado que sale y no sabe callar.

Sé que no he estado al estar, la voz, el pensamiento, una palabra escrita llega para alcanzar y no sé hasta que punto volar. Seguro que no siempre se está en ese lugar que te han dejado. He buscado no quedarme y no volver. Sería empezar para no ser nada. Y nada no es ser, y menos estar. Digamos que se está por un tiempo. Deseas que estén, y luego viene el que pasará.

Ahora debo estar pase lo que pase, pero sólo sé que voy a estar con quien me ha sabido esperar. El ser, estar, el amar, desear..., y venga una noche tras noche soñar, pero ahí está el miedo…, si, si el miedo termina por saber y hacernos caer y perder. Vamos a ser nosotros mismos pese a quien le pese.

lunes, 15 de agosto de 2011

34




En esa levedad de agosto donde todo llega más tarde o más temprano, pudo guardar en el bolsillo junto al norte herido por el trueno mudo los inicios de los olores no florecidos aún. El tiempo y su brújula marcaban las 3:00 h. en punto de un día que respondia al nombre de 16. Mientras el grito de una niña despertaba al aullido. Y las palabras te quiero y el principio del poema sonreían al mirarla. Los zapatos sin suelas decidían aplacar bordeando la montaña de sabanas de hospital. El viento empujaba a la vera de la orilla, a la vera del agua y de su arrebato. Y las estrella se acomodaban en sus ojos y los halos del sol entre sus pestañas. Feliz cumpleaños!

domingo, 14 de agosto de 2011

Olvido


El momento del quizás se vuelve tiniebla y el crujido atronador de las puertas expira. Como la escarcha en el pelo gota a gota corre.

Se han amputado las alas de las hojas de los libros con segundas oportunidades, y el viaje sin destino de lo grabado parte. Mengua los limites y se desliza en acordeón una palabra, varios números hacia la punta de la lengua, aturdidos se despiden.

Esa identidad cadavérica se mantiene colgada de una cortina de humo que huye por la ventana, y deja al paladar inerte.

El hoy sabe a ropa vieja tapada de dudas y el ayer a ropa con alto precio etiquetado.

jueves, 11 de agosto de 2011

Inocencia



Cuando en la plastilina lata su núcleo y se convierta en duende de un bosque efímero y capaz. Febril y descalzo el sol bajará los peldaños para descansar sobre el polvo sediento, y su luz podrá

encontrar la forma de la umbría que se acurruca en el musgo herido por las huellas diáfanas. En esa atracción calcinante se pacificará la carcoma de los árboles ajados. Y se pulirá el azul de las copas repletas de madurez.

El bosque guiñará sus ojos saltimbanquis y rebeldes, quedando boquiabierto, y a la espera de que vuelva a menguar en un oxidado verde y moldeable puzzle de guardería de cristal, junto a los cuentos.

Con esa niñez de seda que cubre un siglo y más al juguete y al principiante se irán moldeando los espacios para sorprender mutando los colores.

miércoles, 10 de agosto de 2011

Mariposas en la luna


La tarde huele a fin, y desprende un color ceniza al ser fumada por la brisa. El silencioso viento deja escapar aros asimétricos en su respiración sofocante. Los surcos que forma el humo se acercan al filo de los labios del rostro de ella. Ya cada vez es más duro mirar a la luna cubierta de nubes de tabaco y siendo un circulo inexpresivo de sentimientos. Y Sólo quedan mariposas volando allí arriba.

Aquí en tierra se desvanecen con la sutil malicia los besos al tocar otra boca equivocada. El mundo deja de parecer de color por un instante. Ese mundo dejo de existir. Este mundo, es solo para los que quieren contaminar sus pulmones de aire toxico, y quieren seguir mordiendo el pitillo marcado de carmín de la noche.

Los dientes de la loba son afilados y de noche desvanece su miedo introduciéndose en los ojos de ellos. Solo busca hombres. Se evapora la mujer sensible y sale la bestia. El humo de las calles la acompaña como lo hace la luna y sus mariposas, hasta su completa trasformación. Las mariposas revolotean cerca siguiendo sus pasos.

Mientras la luna hace todo su recorrido a pie, ella corre, cada vez más rápido dejándola detrás. La luna la cubre las espaldas mientras clava la muerte en el cuello de una nueva victima. Y sus mariposas se quejan toda la noche junto al cadáver, hasta que es encontrado y luego desaparecen.

A la mañana siguiente ella no recuerda nada solo tiene un sabor amargo en boca…

lunes, 8 de agosto de 2011

Compartir el paraguas


El bochorno ha empezado asomar cabeza. Este año parecía que el calor se iba a quedar metido con la ropa de verano del año pasado… Después de un julio frío, aburrido y algo nostálgico hemos sufrido un cambio hacia un agosto seco y ardiente. Llega el verano con más fuerza que nunca y yo con más sentimiento de ir colocando cada cosa en su sitio.

Anoche me dormir en una fase realmente reflexiva. Ahora me da por pensar y escribir menos. Es mejor no dejar por escrito lo que pasa por esta cabeza que llevo encima de los hombros. Todavía me quedan lágrimas guardadas. Pero no voy a salir corriendo, porque ya me da igual mostrar ese lado de cristal. Este año echo de menos a gente y voy alejando de mi a otras personas que tiene que volar solas. No siempre van a estar a mi lado. Que contradictorios podemos ser según el día en que nos levantemos.

A escasos días de mi cumpleaños noto la variación en mí. Estoy en un momento en que voy a ser justa y darme lo que me merezco a mi y a las personas que estén conmigo. Hay un sentimiento que a pesar de que pasen los años sigue ahí sin envejecer. En el colegio lo sentía y ahora lo sigo sintiendo. Nada puede predecirse, aunque soy Doña hipótesis. Siempre se me escapa una, siempre se me escapa la tristeza, siempre me falta una palabra, una acción o un ser yo.

No tengo miedo, ahora no. Me definiría como una mujer que ha conseguido todos sus sueños de infancia y que debe volver a soñar para salir de una vez a buscar algo que no tiene.

Intento entender mi entorno y a la gente que quiero y a veces pienso si el entorno me entiende a mi y esa gente se pone en mi lugar. Es mentira lo que cuenta cuando dicen que ser uno mismo ayuda a romper barreras y a unir lazos. Cuanto más eres tú, más se apoderan de un pensamiento debilitandolo. Cuanto más saben tus miedos, cuando alguna vez han notado la voz entrecortada y la rabia dentro. Te vuelves carne de cañón.

Te vuelves marioneta, digamos que payaso triste y muy vulnerable. Ya conocen tu talón de Aquiles. Que en definitiva es tu corazón. Lo que amas puede ser aplastado, abandonado y tratado de la peor manera posible.

Anoche tuve tiempo de pensar en la gente que me importa y como ha sido la evolución de mi vida juntos a ellos y no me refiero a mi familia. De ellos no pararía de hablar d lo importantes que son en mi vida. Son de esas personas que de alguna manera hay un nexo de unión fuerte, débil, o incluso engañoso. y dido engañoso, porque me engaño buscando su mejor cara a veces cuando no les entiendo.

Espero que algún día sepa responderme a la tormenta de verano que se produjo en todo mi interior. Y también espero salir a fuera con paraguas, no sé si al final llevare uno, quiero sentir que nadie va a tener que compartirlo conmigo por limosna. Compartir el paraguas qué bello!!. Compartir la vida, o ratitos de ella con gente que confía en ti. Gente que confía y nunca preguntará algo que te pueda hacer daño, porque no necesita las respuestas, ni ninguna explicación. Echo de menos compartir mi paraguas, no sé ni donde lo tengo. De momento prefiero seguir húmeda y tapada solo con la lluvia. ¿Hasta cuando?...

viernes, 5 de agosto de 2011

Efectos


Cuando vuelvas de despedir al otoño tráeme esas hojas tristes que se han rendido. Ya es ayer.

Ya no puedo decir que el invierno no se ha quedado en mí, la nieve rebusca entre las sabanas el calor que se ha fundido, apático y descosido con el cuerpo. Todo agua.

No me dejes imperfecta. Llegue al mundo. Piensa en que no puedo recuperar lo perdido.

Piensa que las respuestas han caído en emboscada y todo se ha quedado como si nada. Libre, sin ataduras.

Hay algo que no puedo dejar de ser. Nada. Es poder conseguir.

Lleno la nada de inspiración añeja que provoca que el termómetro de mi cuerpo me lleve de un lado a otro de nuevo. Indefensa.

Cuando aun pensábamos en ver caer un poco cada vida de los árboles a los pies. Seguíamos indefensos sin saberlo.

Y girabas en mi mente desorientando. Presa entre una estación que se iba y otra que nunca se fue.

jueves, 4 de agosto de 2011

Somos lo que soñamos



Somos sueños que nos hemos encontrado a nosotros mismos, diferentes, difusos, e incluso arrinconados en la almohada. Sueños pequeños de esos que pueden escaparse junto a las lágrimas y grandes que colman los vasos, la risa y parten de la cima de las montañas. Sueños que llegan a durar un día como mariposas, y a veces indefinidos como la noche y el día. De esos que no pueden casarse con nadie, pero tampoco pueden estar sin nadie.

Algunos saben creerse únicos, inalcanzables y mejor que otros, y acaban siendo encerrados en cajones y olvidados por creerse demasiado.

Los hay que siguen la corriente de los ríos y otros prefieren oler a frescura estando en tierra firme. El susurro sabe mucho de eso. Sabe de los sueños que no quieren ser soñados y se esconden entre el pelo hasta que mueren.

También los hay que han nacido mil veces, ya no recuerdo como fue ese sueño, pero un día encontraron la formula de volver a ser deseados. Los sentidos los buscan momento tras momento y se visten con el mismo aspecto, porque saben que sin ellos se moririan si se van lejos. Los que nacen de las estrellas son los que menos duermen y no temen a la oscuridad ni tampoco a mirar de frente al sol, y han aprendido a escuchar entre sueños a los que vagan desvelados. Los buscan allí arriba con sus ojos.

No he hablado de esos que llevamos dentro y hacen que todo parezca recuerdo dejando limpio el alma. Los hay infantiles que nunca van a crecer y espero que nunca lo hagan y tengan siempre a campañilla volando a su lado. Los que duermen en las calles, de esos hay muchos, abandonados a su suerte, sin más que vagar que por esas calles rotas y llenas de imprevistos.

Los hay de los que permanecen al margen, callados, y nunca han hablado, porque una imagen vale más que todas las palabras. Esos saben lo que es el silencio y cuando se pierden están fuera de combate. Y se pasean de puntillas en búsqueda de su victima hasta que muerden su cuello. Convirtiéndolas en soñadores insaciables.

Los que les toca la peor parte son trágicos, los indiferentes, los agrios… y melancólicos, que siempre se comparten a solas y saben donde se partió en pedazos las ilusiones. Y los que nunca me cansaré de recibir son los sueños más soñados, y donde el final lo pongo yo, aunque luego no los recuerde.

miércoles, 3 de agosto de 2011

Ser siempre yo


¿Por qué volví?...

Volví porque el tiempo me pidió perdón al llegar tarde. Vine cuando me ahogaba por dentro el alma y tuve que sacar de golpe las lágrimas y arrasarlo todo.

Volví no sabiendo como, pero siendo como soy. Porque saber quien eres es el inicio de de lo que puede volver a nacer aunque parezca destrozado.

Volví más fuerte, más fría y con el viento a mi favor, sabiendo que es muy libre, y pudo dejarme sola en cualquier momento.

Volví porque no hubo nadie que me lo impidiera, nadie fue capaz de hacerlo. Ni sabía donde guardaba el valor, ni la fuerza y menos el motor que mandaba en mi corazón.

Volví sajando de mis entrañas la rabia, para llenarlas de compensaciones. Volví porque no podía terminar en este mundo sin sentir que en algún momento le había importando.

Volví porque me esperan al final del camino y no podía detenerme a pocos metros, se hicieron largos hasta los milímetros.

Me fui con cadenas y volví con las llagas y las agallas marcadas en la piel. Sentía que no podía perder más, cuando lo que quedaba por perder era a otros.

Y tenía que ver con los ojos a las ánimas de la justicia colocándolo todo en su lugar. No hay mejor lugar que la verdad hablando.

lunes, 1 de agosto de 2011

Pequeños cantos



Me desperté antes de que saliera el alba. Antes del alba hay un charco seco, y antes de mi despertar solo quedaban negativos de un carrete velado. En ese momento sentía poca vida en el cuerpo y de camino a limpiarme de esas ideas oí como brotaban de fuera trinos sujetados por la ventana. Sin miedo a mi presencia seguían ahí, incluso yo diría que era más mi miedo por espantar su dulce voz, toda aquella sinfonía venia de la oscuridad.

Hoy el día se sentía viejo y cansado para salir con fuerza, y su mañana era puro silencio, vestido de monotonía. Esas vidas revoleteando estaban allí sin parar de vocear con su canto.

Todo Parecía un sueño posado en una ventana cerrada y con vistas a un cielo apagado. Sus trinos encendía la luz de la habitación, la luz de mi curiosidad. Se despertó la vida de cada habitación, para solo contemplar como ellos se paseaban con pequeños bailes y cantos de insinuación de un lado hacia otro. Ni el chorro del agua o mi voz les hacia parar en su danza. Todas las ventanas marchaban al son de los trinos, todas orquestaban su canción. Las aves me despertaban, despertaban a la casa. Despertaban al alba de su escondite.

Eran como fantasmas de un sueño que por fin conseguían dormir a la noche, que aun continuaba con su pijama de miedos. O quizás solo eran en forma de aves el simple día que llegaba y este dejaba suelto su haz de luz rayando los cristales, de las casas que han sido capturadas por la oscuridad.

Soplaba el viento para empujarles hacia el precipicio y ensordecer al amanecer y volver al alba muda. Sin vuelo, sin cantos, sin guía para remover su destino.

La ventana acusada de protagonismo se abrió alzando sus alas y haciendo alzar las alas de los cantos.

Nada sonaba mejor allí afuera que esa música del viento para invitar a que se quedara para siempre aquí adentro. Nada me hacía sentir que la vida puede llegar lejos y volar hasta una simple y triste ventana. Volviéndola única, mía. Y repleta de reflejos.