Hasta mañana...

De puntillas los tejidos carnosos que viven sobre los ojos, caen en el olvido del sueño. Se sienten ligados a la profundidad de la noche, mienten y están cansados de no poder cerrar los miedos visualizados de la cruda realidad.

Con su tono ceniza, envisten con sus parpadeos las inseguridades al otoño, dejándose envolver las hojas en el naranja atractivo, pero no antes sin dibujar la hermosura en las arboladas de los solitarios.

Embobados en una suave caída hacia ninguna parte, sus hilos negros se entrelazan dejando unido el abanico de pestañas. Los ojos se desvisten de enamoramiento y el manto de la noche deja sus galas guardadas. Cada uno echa el cierre de lo ocurrido durante el día, y deja acurrucado el calor, para calmar el frío de la rendición.

El viento se detiene a cantar, y con su nana alivia cada confidencia en la nocturnidad, hasta el nuevo amanecer... Se espera que el día tenga su mejor humor y brinde con su joven rostro al que viste, con rostro de opacidad por los lamentos.

Queda dejar morir de pena al amor en el brillo de la luna, disuelta la ilusión de saborear nuevas conquistas.

Queda fundir el arco iris de las farolas del caminante, para que brille con luz propia y encuentre su destino. En la esquina del tiempo.

Queda partir las oportunidades de la libertad en pedazos a los niños y dejarles jugar con ellas.

Queda atar con cadenas la brutalidad en los calles, y el resplandor de la intimidad, se vestirá con la emoción de ser ella misma, dando fin a cada mensaje de luz agonizante, en la penumbra.

Queda mirar la noche descubriendo su ciudad escondida, y salir de día a buscar el olor a jazmín en la gente bella.

Queda sonreír con la lluvia en la cara a los recuerdos, que mojan el alma.

Queda acariciar el cielo con la mano y ofrecer las sensaciones escondidas a los amigos, dejando pintadas las nubes de serenidad.

Queda tomar el café prometido con ese principe de luna llena, que no llega nunca y me canso de esperar. Las malas ideas dan paso y dan risa, pero siguen su camino. Ahora son indivisibles y volcarán su intención pronto forzando la casualidad, y derribando la timidez, derribano al alba...

Buenas noches, hasta mañana!..., con un suave "clip" y una adormecida sensación, apago la luz de los ojos.