Huyo de algo…, lo sé y soy consciente y no puedo enfrentarme a ello, varia el mundo y más el mío, miedo de de las palabras y de poner por escrito sentimientos que me hagan recordar que el ayer está muerto. Vivo como saltando charcos para no empaparme de la realidad y enfrentarme a ella. Pero es necio saltar en medio de la lluvia, ¿no?. En la noche, desvelada, con el sonido de la silenciosa luna, repaso cada punto al que todavía no he sido capaz de enfrentarme. Y no solo es él, lo que me asusta, son tantas cosas inconfesables ni a oídos de la confianza... Y juro que no encuentro la dirección, ni el valor. Una vez tomadas las decisiones, no hay marcha atrás. Todo ya no será igual. Enfrentarme a las preguntas... Y sonreír ante todo, ¿como mudar la mente?. El dolor saldrá junto a mi luna y ambas lo sufriremos. Ella me acompañará. Estirando sus brazos y acogiendo la maltrecha imposición del universo.
Y en el día tocará sonreír. Estar enfrente de gente y aplastar con las manos las debilidades y sacar con un rugido lo que no es más que una nube, para disipar lo en realidad mortifica, va siendo cada vez más incoherente, pero lo hago. Vivo en esa incoherencia.
Algunas veces pienso que llevo innato ocultar el dolor. Otras veces se rompe mi alma al dormir, y sé, que está rota, porque mis ojos amanecen empapados y la mente proyecta lo que oculto. No sé como, ni cuando, pero el paso lo dan por mí.
Anoche soñé con él, y antes de anoche, y la anterior noche… Al principio me inquietaba que él estuviera en mis sueños. Ahora pienso que soy yo la que estoy en los suyos. Parece patético decir eso. Dicen que cuando se sueña con una persona, es que hay cosas pendientes. Que bonita palabra, suena a que no se termina el camino sin volver a toparse nuevamente con esa persona...
La noche es larga y da tiempo a soñar con los secretos que no han salido a la luz del día. Unos, no podré retener por más tiempo. Pero sigo estirando la situación. Debería escribir un post de lo que me da miedo ahora. Seria muy diferente al que ya existe. Incluso sorprendente, pero no hago más que encubrir cosas que no sé si son ya un secreto a voces para algunas personas.
Y en el día tocará sonreír. Estar enfrente de gente y aplastar con las manos las debilidades y sacar con un rugido lo que no es más que una nube, para disipar lo en realidad mortifica, va siendo cada vez más incoherente, pero lo hago. Vivo en esa incoherencia.
Algunas veces pienso que llevo innato ocultar el dolor. Otras veces se rompe mi alma al dormir, y sé, que está rota, porque mis ojos amanecen empapados y la mente proyecta lo que oculto. No sé como, ni cuando, pero el paso lo dan por mí.
Anoche soñé con él, y antes de anoche, y la anterior noche… Al principio me inquietaba que él estuviera en mis sueños. Ahora pienso que soy yo la que estoy en los suyos. Parece patético decir eso. Dicen que cuando se sueña con una persona, es que hay cosas pendientes. Que bonita palabra, suena a que no se termina el camino sin volver a toparse nuevamente con esa persona...
La noche es larga y da tiempo a soñar con los secretos que no han salido a la luz del día. Unos, no podré retener por más tiempo. Pero sigo estirando la situación. Debería escribir un post de lo que me da miedo ahora. Seria muy diferente al que ya existe. Incluso sorprendente, pero no hago más que encubrir cosas que no sé si son ya un secreto a voces para algunas personas.
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