La senda del recuerdo

Mi vida sin mi…virutas de un sueño que llega a su final y solo queda verlo flotar en el aire. Se hace poseedor de vocablos que despiden la esencia del cuerpo que me toco cuidar… Inerte vida escurridiza en la que no pasaré más hojas del diario de las ilusiones. Y cuando no este, palabras inquietantes, para los que saben ver más allá de la mirada que proyecta cada estado de ánimo de mi alma. Sonreíd con fuerza!, igual la risa llega hasta donde me encuentre…

Mi voz sin un mañana teñirá con encanto y desencanto, los oídos de los que no ven un olio sin mis ojos pintados, ni la sonrisa en el reflejo del agua de cada sorbo que beben. Frase que no sabe como ser ella misma y temida por todos. Sin mi!, el miedo desecha de un solo plumazo algo que pueda detener el latir de un joven corazón. Palabras que pasean dejando la mente en estado de ceguera.

El camino a casa se vuelve un árido desierto lleno de dunas que en un principio alzaban los ánimos y ahora ahogan su visión desoladora.

La gran ciudad de los ruidos y la muchedumbre esta marcada por la huella de un cuerpo sin alma. Aquellos a quienes en algún momento han compartido una sonrisa y les he cedido un pedazo de mis labios, la curvatura de mis brazos, y aquellos que han podido recoger las lágrimas vestidas de pudor e invisibles de dureza con apariencia incierta, les escribo un verbo ya arcaico. Recordad.

Las alegrías y la tristeza, han dejado los brazos abiertos a un pequeño mundo, el mío y un vacío cubierto de recuerdos. Los malos irán difuminándose y desapareciendo a medida que los días mueran conmigo, consumidos por los seguideros. Las yemas de los dedos hace que no deje de tocar al universo con dulzura, igual que el mundo se ha acercado a mi en cada grito de vida que le ofrecía. Oigo llorar al eco!. Oigo sentir el lamento de lejos!, junto a mi nombre las sombras del bosque quedan atrapadas. Los truenos se apartan de la tormenta. Y los árboles comienzan un baile de nostalgia. La luz atraviesa entre ellos, regando de reflejos cristalinos el suelo. Y difuminando las huellas de lo vivido...

Las flores desvisten su color y no encandilan con su olor los ramos de la felicidad. La playa no deja alejarse al mar sin soltarle una botella de despedida. Las nubes tapan las ojeras del sol, causadas por las noches de desvelo. Las mariposas se desvían del camino de los sueños de la niñez, de la juventud y de un futuro con alas de madera.

Recuérdame si miras en los ojos de los niños, recuérdame cuando la música suena en forma de balada y te impulse a cantar con los ojos cerrados, recuérdame cuando llores y notes mi hombro sosteniendo tu cabeza.

Recuerda que mi mano tirará de ti aunque me falten las fuerzas. Y los sueños los guardo en cada palma, para entregarlos al llegar a mí destino.

Recuérdame un poquito y no ensucies esos ojos con gotas de tristeza, que no podré alcanzar con mis besos cada gota de rocío de tu cara, y llenaras mi corazón de lodo.

Recuérdame con la risa envuelta en bromas... Recuérdame cuando dudes, porque susurraré la palabra ánimo en tus pesares. Recuerda lo que te di sin pedir nada a cambio y olvida lo que no supe darte, por no saber como hacerlo.

No hace falta que guardéis un sitio a mi sombra. Cada risa de vuestros labios adornará de alegrías el ambiente de emoción, Y sonreiré!, al ver que llenáis la brisa fresca que os envuelve, como si estuviera allí...y podré seguir mi senda...