Enfadada!

Hoy es un día hermoso y soleado…, pero yo, estoy peleada con el mundo. No encuentro la velocidad de la suerte. Y me atrapa el desanimo, me seduce, quedando en un enamoramiento del subsuelo de la autoestima vital. ¡No me quiero!, y solo hago que emborracharme de pensamientos negativos. Sin pensar que me aniquilan. No merezco ser así, ni sentir esto. Pero no hago nada, para brotar con fuerzas y ser fuerte. ¡Mierda de mundo, que me deja en el lamento!. ¡Patada al aire con furia!, y más patadas con fuerza explosiva. Ya mi pie dolorido, se resiente de no poder dañar el pilar de los males, que residen en mí a patadas... Me castigo y me culpo por sentirme mal. No lucho… ¡Mierda de vida!, no deja vivirla y hunde a todos en el fango. ¡Vida de lagrimas castigadoras!.., con un imperio infernal... Toca conocer y dejarnos llevar, por las oportunidades de un mañana mejor. Suena bien, pero poco creible, cuando no se cree en casi nada...

¡Daria mil vueltas para evitar todo!, pero todo reside en casa. Todo de lo que escapo. Todo lo que me asusta. Todo se aloja en mí. Lo injusto vive en los sueños de la habitación. Da tiempo de sablear cada parte de vida con los pensamientos perversos. Y dejar cada parte viviente, degollada. ¿Y acabar con él mundo?. ¿Acabar con todo para siempre?. Mi mundo de mierda... La vida se porta mal. Y quiero portarme mal con ella. Pero no sé, como vengarme. Insultarla no la daña, pero a mi si, me hace daño no saber tranquilizarme. Me hace daño, que el sol este ahí fuera y solo quiera dormir. Sin recordar que soy parte del paisaje de fuera, porque vivo en el paisaje de dentro, con mi morada de agonía. Lloro mucho por mi mundo macabro, y lloro por cada mundo de mierda que conozco. Me siento culpable de no saber llevar mi mierda con más dignidad. Lloro de vergüenza, por no dar más y consolar, Solo creo que no lo merezco. ¿Quien merece un mundo roto?. Nadie merece vivir en la mierda!. Nadie merece sentir miedo a vivir!…

Mama llama a la puerta del cuarto, y el ambiente negro, pésimo y desgarrador, se esconde en el armario del miedo. La sonrisa la atrapo con rapidez antes de que abra la puerta. Cojo de la percha el humor y me dejo embriagar de una falsa visión de las ilusiones, que ella trae en su rostro, cuado me habla... Al cerrarse la puerta, y marcharse la luz de la sonrisa estalla, y la realidad vuelve a mi. ¡Mierda de mundo que das hostias sin pensar, sin saber!…. ¡Mierda de mundo, que no dañas a los malos!, ¿Que soy yo, buena o mala?. Dañada y triste estoy... Estoy enfadada con el mundo, con el creador, ¿perdonará mis palabras y mis pensamientos ofensivos, mi gran Dios?. No puedo escupir la rabia, ni callar mis barriobajeros pensamientos de frustración y pena, me cuesta tanto. ¡Asco de amor loco!, ¡asco de pasiones difíciles!... asco de mi cuerpo!, por faltarme el valor…

La ciudadana llamada culpa, pasea por las calles libremente, y empapela decepción en cada muro, culpa, mucha culpa siento. Esperare a que la lluvia y el cierzo lo limpie todo y libere mi corazón de un lastre de errores pasados. Y deseo con brutalidad encontrar el camino para empezar a aceptar la falta de sonido en el ambiente…