Bandeandome de un polo a otro de la incertidumbre. Vengo de un reino de luz para pasar a un reino de sombras, luchando por no encabezar las listas de sus armeros, escondiéndome cobardemente, llevo bailando con las estrategias de un pensamiento revuelto por el limite del bien y del mal, limite que hay que cruzar, cada marca del camino indica un lugar más tenebroso, a la vez que seguro, volviendo sobre mis pasos, asustada por encontrar rarezas de un firmamento turbio por lo sobrenatural del ser, de la lógica, universo donde a la autoridad la cabe, todo el despropósito si cae en malas manos, semillas que plantan un cultivo de peligros al que todavía no he llegado, para disfrutar de un sabor saturado de poder.
Cargando mis palabras con silencios de rechazo a lo desconocido, forman eco en mí espirito, se vuelven valientes, orgullosas de mi doctrina de pureza, separando con mi ternura un bando de otro, sabiendo ciegamente al que quiero pertenecer. Engrandecida por abanderar un bien que he perdido, he visto empequeñecer mi mansedumbre, la que me funcionaba para abrir puertas de la furia, estigmatizada con latigazos de dolor. Continuo la travesía...,Dándome tiempo al arrepentimiento por los nefastos pensamientos.
Cargando mis palabras con silencios de rechazo a lo desconocido, forman eco en mí espirito, se vuelven valientes, orgullosas de mi doctrina de pureza, separando con mi ternura un bando de otro, sabiendo ciegamente al que quiero pertenecer. Engrandecida por abanderar un bien que he perdido, he visto empequeñecer mi mansedumbre, la que me funcionaba para abrir puertas de la furia, estigmatizada con latigazos de dolor. Continuo la travesía...,Dándome tiempo al arrepentimiento por los nefastos pensamientos.
Camino que recorro en cada uno de mis trazadas huellas, me rechazo a mi misma, y vuelvo retrocediendo hacia la incandescencia que he mamado desde mi primera respiración al nacer. El mundo se presento alumbrando mi reguero impaciente por conocerlo todo. Con el tiempo, manchada mi personalidad, me he forjado un carácter resentido, sin riesgo de abandonar.
Retrocedo a la luz deslumbrante, retrocedo a buscar los pensamientos que enjuiciaban mi mente, mente limpia, mente fuerte, mente que lleva investigando la evidencia de las cosas y el don de la originalidad por descubrir la verdad rota, desaparecida. Me entregaron pedazos de ética, pidiéndome que no les dejara escapar, permitiendo a mi cabeza extender un ejercicio de reflexión antes de dar un paso. Noto la falta de algún fragmento de moral, perdidos por los descuidos del recorrido.
Que pasaje más cruel reconocer que he despertado mi demonio!!!, la fiera que no perdona!!!, que se alimenta del sufriendo sin pestañear!!!, agarrando su poder y volcando un daño penetrante y regocijante. Fumada la candidez de mí conciencia en una calada, descanso en un lecho de culpabilidad muy barata que pago, con monedas robadas de bolsillos de miserables, que albergan humillaciones.
Mi carne olvida en décimas de segundos el dolor de otros, el sabor amargo que saboreaba mi boca, el penetrante trato impresentable de un corazón maltratado, que respira aires de paz, dislocada por la destrucción. Como puedo sentir tranquilidad al rebanar un hecho, un momento de un ser que no tiene más que su vida?, Y solo sentir no haberlo disfrutado con mayor intensidad el instante?. Me es indiferente el dolor del prójimo calcinado en la llama de la crueldad?. Librando a cada rato la batalla con mis demonios, que juegan a convencerme de seguir, ejerciendo de canalla para superar el rechazo a un dolor que ya no me duele, porque ya no hay en mi un ser viviendo, un ser que llegue a querer alguna vez, mostrando compasión...
No ha sido un capricho reducir a mi mártir, me vi liada en una suplica pidiendo cambiar. Magnetizada hacia el follaje del maligno, me ponía en un trono saciante de sed de opinión, de poder..., instante en el que se me iba escapando la vida de candidez. Hecho de menos a la punzante conciencia, a la suave bondad, justos escuderos que me acompañaban siempre, derribados por la patrulla tenebrosa, me acogieron en su guarida, presentandome a la infelicidad con un traje de explendor. Vomitaba por verme en medio de un lugar tan oculto y desgarrador, pero ahora, estar en el lado oscuro, el de las tinieblas, hacen que me sienta abrigada de un sufrimiento terrenal, quedando amarrado mi espiritu a una condena, infernal de por muerte.
Como se puede ser feliz en la sombra si la sonrisa es luz, y estar hundido en la luz, si te falta la sonrisa?. La oscuridad se convierte en lazarillo de lo atroz. Reseca la mente de dulzura, reseca exprimiendo la paciencia, solo busca nutrirse observando enramada el panorama de los lucidos, porque sabe que allí tenía un sitio, junto a los leprosos de la caridad. Desea acabar con un mundo de amor para poder recoger con las manos sus mensajes de dolor. Con tonelaje de poder machaca con una tormenta, empapando a otros, a los débiles, rompiendo el cielo con la electricidad, y eliminando cualquier posibilidad de negarse a ser feliz, ahora sólo intenta vender disfrazada de maldad un mundo de felicidad vacía.
Mis recuerdos sentados por el día en un lugar seguro, pero que no encuentran el espirito manso, infectados por el maltrato incesante de un paraíso de luz. Edén de brillo, donde el daño era constante, provoca mi partida al otro extremo, al de la sombra. A juicio de los oscuros, reposan y miran disfrutando, por verse librados de semejante zurra por falta de empuje, garra, gran despilfarro de resignación..., . Mundo donde la luz, con camino largo, desesperante, confunden al angelical seguidor.
Me duele, y me gusta que me duela, las voces desde la luz, recordando mi pasado, mostrando a mi inocencia petrificada en el suelo. Abandonada la conciencia, restriegan mi dolor esperando a mi regreso, para que la paciencia cure y encuentre la estrella luminosa que me lleve a una salvación de claridad y de paz espiritual, paz engañosa que pervierte la oscuridad sin dejar palpitar mi corazón, sin darme cuenta de su poder, sigo encerrada en un castillo de dudas, lugar cómodo, pero donde la insatisfacción sigue metiéndose conmigo por faltarle esplendor a todo lo que me envuelve.
Necesito arrepentirme de estar aquí para no arrepentirme de no haber estado nunca. Porque sé, que mi esencia me devolverá al lugar donde pertenezco y allí recogeré mis frutos del sufrimiento y pagaré el tributo justo que este asignada a pagar por vivir en un mundo donde reine la luz o me cubra para siempre la sombra.
Quiero volver a la luz!!!, allí están las sonrisas, las ilusiones y los sueños, de mis gentes y los míos, esperándome!!!. Allí está la felicidad engrandecida por la compasión... hasta que me vuelva a tentar la oscuridad... ahora sé el camino del bien y del mal...
Retrocedo a la luz deslumbrante, retrocedo a buscar los pensamientos que enjuiciaban mi mente, mente limpia, mente fuerte, mente que lleva investigando la evidencia de las cosas y el don de la originalidad por descubrir la verdad rota, desaparecida. Me entregaron pedazos de ética, pidiéndome que no les dejara escapar, permitiendo a mi cabeza extender un ejercicio de reflexión antes de dar un paso. Noto la falta de algún fragmento de moral, perdidos por los descuidos del recorrido.
Que pasaje más cruel reconocer que he despertado mi demonio!!!, la fiera que no perdona!!!, que se alimenta del sufriendo sin pestañear!!!, agarrando su poder y volcando un daño penetrante y regocijante. Fumada la candidez de mí conciencia en una calada, descanso en un lecho de culpabilidad muy barata que pago, con monedas robadas de bolsillos de miserables, que albergan humillaciones.
Mi carne olvida en décimas de segundos el dolor de otros, el sabor amargo que saboreaba mi boca, el penetrante trato impresentable de un corazón maltratado, que respira aires de paz, dislocada por la destrucción. Como puedo sentir tranquilidad al rebanar un hecho, un momento de un ser que no tiene más que su vida?, Y solo sentir no haberlo disfrutado con mayor intensidad el instante?. Me es indiferente el dolor del prójimo calcinado en la llama de la crueldad?. Librando a cada rato la batalla con mis demonios, que juegan a convencerme de seguir, ejerciendo de canalla para superar el rechazo a un dolor que ya no me duele, porque ya no hay en mi un ser viviendo, un ser que llegue a querer alguna vez, mostrando compasión...
No ha sido un capricho reducir a mi mártir, me vi liada en una suplica pidiendo cambiar. Magnetizada hacia el follaje del maligno, me ponía en un trono saciante de sed de opinión, de poder..., instante en el que se me iba escapando la vida de candidez. Hecho de menos a la punzante conciencia, a la suave bondad, justos escuderos que me acompañaban siempre, derribados por la patrulla tenebrosa, me acogieron en su guarida, presentandome a la infelicidad con un traje de explendor. Vomitaba por verme en medio de un lugar tan oculto y desgarrador, pero ahora, estar en el lado oscuro, el de las tinieblas, hacen que me sienta abrigada de un sufrimiento terrenal, quedando amarrado mi espiritu a una condena, infernal de por muerte.
Como se puede ser feliz en la sombra si la sonrisa es luz, y estar hundido en la luz, si te falta la sonrisa?. La oscuridad se convierte en lazarillo de lo atroz. Reseca la mente de dulzura, reseca exprimiendo la paciencia, solo busca nutrirse observando enramada el panorama de los lucidos, porque sabe que allí tenía un sitio, junto a los leprosos de la caridad. Desea acabar con un mundo de amor para poder recoger con las manos sus mensajes de dolor. Con tonelaje de poder machaca con una tormenta, empapando a otros, a los débiles, rompiendo el cielo con la electricidad, y eliminando cualquier posibilidad de negarse a ser feliz, ahora sólo intenta vender disfrazada de maldad un mundo de felicidad vacía.
Mis recuerdos sentados por el día en un lugar seguro, pero que no encuentran el espirito manso, infectados por el maltrato incesante de un paraíso de luz. Edén de brillo, donde el daño era constante, provoca mi partida al otro extremo, al de la sombra. A juicio de los oscuros, reposan y miran disfrutando, por verse librados de semejante zurra por falta de empuje, garra, gran despilfarro de resignación..., . Mundo donde la luz, con camino largo, desesperante, confunden al angelical seguidor.
Me duele, y me gusta que me duela, las voces desde la luz, recordando mi pasado, mostrando a mi inocencia petrificada en el suelo. Abandonada la conciencia, restriegan mi dolor esperando a mi regreso, para que la paciencia cure y encuentre la estrella luminosa que me lleve a una salvación de claridad y de paz espiritual, paz engañosa que pervierte la oscuridad sin dejar palpitar mi corazón, sin darme cuenta de su poder, sigo encerrada en un castillo de dudas, lugar cómodo, pero donde la insatisfacción sigue metiéndose conmigo por faltarle esplendor a todo lo que me envuelve.
Necesito arrepentirme de estar aquí para no arrepentirme de no haber estado nunca. Porque sé, que mi esencia me devolverá al lugar donde pertenezco y allí recogeré mis frutos del sufrimiento y pagaré el tributo justo que este asignada a pagar por vivir en un mundo donde reine la luz o me cubra para siempre la sombra.
Quiero volver a la luz!!!, allí están las sonrisas, las ilusiones y los sueños, de mis gentes y los míos, esperándome!!!. Allí está la felicidad engrandecida por la compasión... hasta que me vuelva a tentar la oscuridad... ahora sé el camino del bien y del mal...
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