No tengo ganas de entregar mi voz… absorta, esquiva…rabiosa…
No tengo ganas de mostrar mi hora, no hay tiempo… inmóvil… lento…
No tengo ganas que te reflejes en mis ojos, la opacidad los han convertido en impenetrables. Ojos negros de mirar tanto al miedo, de mirada apartada en tu presencia.
No tengo… no tengo nada para entregar, te has llevado mis ganas de mostrar el mundo.
Ya no pienso en ti, ni en nadie, ya no pienso, sólo me defiendo de los ataques de la realidad que me arrastra, encadenada, no respondo a los estímulos, la frigidez, la apatía se burla de un mundo de desgarro, cuajada mi mente de bosques frondosos, con un vacío irreversible, lleno de desasosiego.
Arboleda de figuras con un sentido impracticable, una aflicción por no llegar, por desear acabar el juego con un basta ya!!!. Quien te dio vela en este entierro amor,!!!! figura pulverizada que no cubre nada más que una fina capa, tan fina que no ensucia ni un leve pensamiento negativo. No lloro, lloran mis adentros.
La tristeza es furtiva al entendimiento, a la razón. Hay que atraparla!!, que cobije el sentir, quiero desechar la zozobra y alejarla, he imponerme la normalidad. Arremeten contra mi los aullidos de la oscuridad, interrogantes sin respuestas claras, fiables....que me bajan al pozo del terror.
No hay miedo, no tiemblo, casi no respiro, no se oye nada más que un fino sonido, la muerte pasea, pero no creo que quiera hacerme compañía, la invito, pero no quiere quedarse. No hay peligro, ni amores cortantes en mi piel, en mi alma. Que claven una estaca en mi pecho.
Balanceo de un polo a otro, euforia que atrapa la locura, la obliga a enfundarse en un traje de sobresalto. Al otro lado, odio desgarrador donde el decaimiento agoniza en las entrañas, con un fuego abrasador. Giro en un baile de locura sin parar llevándome a un sacrificio de emociones que no controlo, se escapan mordiendo mis carnes. Quiero desgarrarlo de mi, no llevarlo atada a un mundo donde estoy anclada a herirme, a sufrir, a curarme y herirme una y otro vez, heridas que escuecen, que levantan ampollas de agonía.
Renuncio... renuncio a ser amada, no quiero ver, sentir que me degüellan por dentro, no tengo listón donde sujetarme, mis fuerzas donde están?, se han escapado. Las dudas me atormentan por cada paso que doy, cada paso, me hace adéntrame en la rabia.
La seguridad de mis ojos, se han amoratado de los golpes, tantas veces queriendo llenar mi vacío de mentiras, para sosegar mi furia. Me aprieta el encabronamiento, tengo que aguantar. Soledad que me proteges de los fantasmas. Escúdame de él, aléjale, llévatele, no le quiero ver. He elegido un mundo donde el suelo que piso no se bandé por un mundo de estabilidad emocional.
Riego las tinieblas del odio, cargo con gran coraza de indiferencia. No duele, no siento, no me hace daño, ya no sé si he muerto en vida, o es la vida de muerto que he esculpido en mi ser. Donde estas?. Hace tiempo perdí mi sombra, pegada a mi, siempre a mi lado, inquieta, resistente a mis cambios, la apartaste de mi, no me di cuenta de que soy un ser sin figura en el suelo. Sin acompañante. Silueta gris escapada de mi guarida, se ha refugiado en las hendiduras del asfalto, asustada. La entiendo, me siento como ella. Quiero ocultarme en las entrañas de la tierra, desaparecer, me falta valor para seguir, para buscar la luz que nos anime a estar nuevamente juntas.
Luz aclaradora de ideas, siempre has guiado mis pasos, me faltan ganas, dame una oportunidad, No te veo, he olvidado como eres, que se siente. Sé que estuviste conmigo, calentando mis inquietudes, mi razón de seguir intentando correr hacia ti. Ahora corro en sentido contrario. No se donde está la luz, no sé si quiero seguir caminando. Estoy sola. Luz cegadora, apagada. Cataclismo en el epicentro de mis dominios. Ejes desgastados, oxidados, por gotas saladas de mis ojos. Sollozo que me apuñala la cara, sangrando mi senblante.
No quiero parar el mundo, sólo quiero parar mi mundo. Cerrar mi mente a toda percepción, y arruinarme hundida en mi nada. Que huellas voy dejando?, debería borrarlas?, nadie las sigue?. Llevo un camino perdido de sentimientos. La soledad manda mensajes cifrados de querer abandonarme. Que me queda?, ni a mi misma, perdiéndome por momentos. Expiración de decepción, inspiraciones de agonía, tragan mis pulmones, llenando el aire de un olor ruinoso envuelto en tinieblas.
No tengo ganas de mostrar mi hora, no hay tiempo… inmóvil… lento…
No tengo ganas que te reflejes en mis ojos, la opacidad los han convertido en impenetrables. Ojos negros de mirar tanto al miedo, de mirada apartada en tu presencia.
No tengo… no tengo nada para entregar, te has llevado mis ganas de mostrar el mundo.
Ya no pienso en ti, ni en nadie, ya no pienso, sólo me defiendo de los ataques de la realidad que me arrastra, encadenada, no respondo a los estímulos, la frigidez, la apatía se burla de un mundo de desgarro, cuajada mi mente de bosques frondosos, con un vacío irreversible, lleno de desasosiego.
Arboleda de figuras con un sentido impracticable, una aflicción por no llegar, por desear acabar el juego con un basta ya!!!. Quien te dio vela en este entierro amor,!!!! figura pulverizada que no cubre nada más que una fina capa, tan fina que no ensucia ni un leve pensamiento negativo. No lloro, lloran mis adentros.
La tristeza es furtiva al entendimiento, a la razón. Hay que atraparla!!, que cobije el sentir, quiero desechar la zozobra y alejarla, he imponerme la normalidad. Arremeten contra mi los aullidos de la oscuridad, interrogantes sin respuestas claras, fiables....que me bajan al pozo del terror.
No hay miedo, no tiemblo, casi no respiro, no se oye nada más que un fino sonido, la muerte pasea, pero no creo que quiera hacerme compañía, la invito, pero no quiere quedarse. No hay peligro, ni amores cortantes en mi piel, en mi alma. Que claven una estaca en mi pecho.
Balanceo de un polo a otro, euforia que atrapa la locura, la obliga a enfundarse en un traje de sobresalto. Al otro lado, odio desgarrador donde el decaimiento agoniza en las entrañas, con un fuego abrasador. Giro en un baile de locura sin parar llevándome a un sacrificio de emociones que no controlo, se escapan mordiendo mis carnes. Quiero desgarrarlo de mi, no llevarlo atada a un mundo donde estoy anclada a herirme, a sufrir, a curarme y herirme una y otro vez, heridas que escuecen, que levantan ampollas de agonía.
Renuncio... renuncio a ser amada, no quiero ver, sentir que me degüellan por dentro, no tengo listón donde sujetarme, mis fuerzas donde están?, se han escapado. Las dudas me atormentan por cada paso que doy, cada paso, me hace adéntrame en la rabia.
La seguridad de mis ojos, se han amoratado de los golpes, tantas veces queriendo llenar mi vacío de mentiras, para sosegar mi furia. Me aprieta el encabronamiento, tengo que aguantar. Soledad que me proteges de los fantasmas. Escúdame de él, aléjale, llévatele, no le quiero ver. He elegido un mundo donde el suelo que piso no se bandé por un mundo de estabilidad emocional.
Riego las tinieblas del odio, cargo con gran coraza de indiferencia. No duele, no siento, no me hace daño, ya no sé si he muerto en vida, o es la vida de muerto que he esculpido en mi ser. Donde estas?. Hace tiempo perdí mi sombra, pegada a mi, siempre a mi lado, inquieta, resistente a mis cambios, la apartaste de mi, no me di cuenta de que soy un ser sin figura en el suelo. Sin acompañante. Silueta gris escapada de mi guarida, se ha refugiado en las hendiduras del asfalto, asustada. La entiendo, me siento como ella. Quiero ocultarme en las entrañas de la tierra, desaparecer, me falta valor para seguir, para buscar la luz que nos anime a estar nuevamente juntas.
Luz aclaradora de ideas, siempre has guiado mis pasos, me faltan ganas, dame una oportunidad, No te veo, he olvidado como eres, que se siente. Sé que estuviste conmigo, calentando mis inquietudes, mi razón de seguir intentando correr hacia ti. Ahora corro en sentido contrario. No se donde está la luz, no sé si quiero seguir caminando. Estoy sola. Luz cegadora, apagada. Cataclismo en el epicentro de mis dominios. Ejes desgastados, oxidados, por gotas saladas de mis ojos. Sollozo que me apuñala la cara, sangrando mi senblante.
No quiero parar el mundo, sólo quiero parar mi mundo. Cerrar mi mente a toda percepción, y arruinarme hundida en mi nada. Que huellas voy dejando?, debería borrarlas?, nadie las sigue?. Llevo un camino perdido de sentimientos. La soledad manda mensajes cifrados de querer abandonarme. Que me queda?, ni a mi misma, perdiéndome por momentos. Expiración de decepción, inspiraciones de agonía, tragan mis pulmones, llenando el aire de un olor ruinoso envuelto en tinieblas.
Sobran las palabras perdón, promesas rotas, grietas que dan paso a la duda, alejan las raíces de un mundo, fructificado por una savia nueva, que me anime, y me devuelva de la vida de ultratumba. He tenido que ver las vísceras del desamor, como he podido llegar tan lejos con este dolor? Como?.
Quiero sentarme en el camino y buscar la quietud de la nada.
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