El objetivo de la cámara

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miércoles, 23 de marzo de 2011

Leyenda



Acciones matan amores. Es lo primero que pienso al recordar a Ana y a Eva. Ana y Eva se conocen desde hace más de 6 años. Ana siempre se ha mostrado muy tierna con Eva, incluso diría yo que demasiado. Eva tiene un carácter muy especial. De esos, que cuando salen fuera dan ganas de esconderse debajo de una baldosa. Ana siempre sacaba su sonrisa y curvaba una de sus cejas ante la trasformación de su amiga. Confiaba en que su cara de niña buena, haría a Eva perder fuerza y poder llegar a ella sin tantas voces, ni gestos agresivos. Pero había días en que dudaba en merecerse a Eva como amiga. Su comportamiento ya sobrepasaba la confianza.


Para Ana, Eva era una chica con grandes sueños y que su frustración venia de no poder sujetar el mundo con un solo brazo. De momento solo usaba sus puños ante el mundo. Eva perdía los papales muchos días y Ana ya no sabia como cambiar esa situación. Su sonrisa se iba estrangulando y las ganas de pasar tiempo junto a ella se iban perdiendo. Eva confiaba mucho en Ana, compartía sus problemas y preocupaciones para sentirse mejor. Y dejaba fluir ese lado de demonio y ángel que envolvían su cuerpo por semanas. Tan cambiante y contradictorio como un reloj sin agujas. Ana quería mucho a Eva. Pero un día la dejo de querer y Eva no se dio ni cuenta. Ana perdió ese cariño hacia Eva y no dejaba de pensar en que su nuevo corazón era más feliz sin tanto grito, ni quejas de Eva.


A Ana al principio la costo sentirse liberada, y no estaba segura de que era lo que sentía ya por Eva. Eva y Ana se alejaron. Más bien las circunstancias la alejo. Apareciendo un enemigo común que las acerco un poco. Ana sentía ese cariño perdido que resucitaba de la nada. Y Eva acogía a Ana de nuevo y se sentía feliz. Ana había extrañado a Eva pero, Eva seguía siendo la misma criatura que se trasformaba. Eva estaba muy ilusionada y preparó una cena en su casa invitando a todos sus amigos. Esperaba que Ana estuviera también. Pero Ana enfermo justo dos días antes y no pudo ir a la casa de Eva. Eva pensó que Ana seguía enfadada por el pasado y no la creyó en ese momento. Pensó que solo era una escusa para no verse. Esto supuso para Ana un dolor emocional, más grande que la enfermedad por la que estaba atravesando. No os lo he dicho, Ana es muy sentimental. Y su corazón se partió en dos mitades quedándose sordo y dejando que la frialdad se apoderara de ellas. Ana y Eva dejaron de hablar entre ellas. Ana estaba triste y rodeada de enfado. Y Eva estaba triste y rodeada de malentendidos y mucho orgullo. Ana intento explicar todo aquello, necesitaba que Eva supiera la verdad. Y Eva lo entendió tarde y mal. Tarde porque paso 1 años desde entonces y mal porque la enfermedad de Ana era muy grave. Eva se enfado con Ana por no ser clara, y la pidió perdón entre dientes. Eva y su orgullo. Por un tiempo Ana y Eva parecían haber encontrado un equilibrio a sus pequeños desencuentros. Se veían de vez en cuando para contarse sus cosas y disfrutaban de los inviernos con su café caliente. Ana empezó a ser más distante con Eva, tampoco recuerdo por qué. Eva estaba muy ocupada con su vida llena de nuevas circunstancias. El último año que me encontré a Ana por la calle, casi no me hablaba de Eva. Solo me dijo que ya no era como antes. Que se había vuelto totalmente un extraño. Llame a Eva y me molesto su forma de hablar de Ana y su crueldad contando cosas que salian de contexto. Eva nunca entendió el cariño que Ana sentía por ella. Me di cuenta que Ana ya no hablaba de Eva, y que había aprendido a dejar de querer a la gente que no sabia entenderla. Creo que Eva esperará a que Ana vuelva algún día. Pero no sabe que Ana se ha marchado para siempre de su vida. Ya no tiene el corazón roto por no ver Eva. Algo roto es imposible volver a romper. Ana es feliz y Eva no sé como la irá, suele dejar de hablar a la gente cuando no entiende las cosas.

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