¿Tú te crees que puede dejar de soplar el viento alguna vez?
No puede..., no debe…, es prescindible que empuje con su indiferencia. Quién sino lo va a hacer?.
Le buscan trepando los oídos entre la gente y más allá, donde los pájaros cuentan sus secretos.
Vacío.
Silencioso, con ruido a sus espaldas, va encontrando en su camino suspiros esos quejidos que mueren en sus brazos.
Sufro, callo y respiro…
¿Atrapado en no sé dónde?
Dormido entre los senos y labios nuevos.
Pegado, despegado de las hojas. Para leer entre líneas una y otra vez sus idas y venidas junto a las libélulas
Viejo e imprevisible.
Sediento de brisas.
Calmado y sucio.
Sufro, callo y respiro…
Oculto detrás de un pasado sin pasado y atrapado en un presente sin estar en el…
Diferente.
Seco, húmedo.
Más ausente que nunca. Volviendo fuerte e inquieto.
Recio
Opaco.
Nunca mío y ¿de quién?
Dominado por la soledad y liberado por las calles que le iban encadenando...
En paralelo con un espejismo del mismo fue despertando de ese letargo…
Muerto como cada primavera.
Muerto como cada amanecer que sobre salta en el cielo.
Muerto como cuando nace la verdad en el culpable y las respuestas le señalan.
Muerto sabiendo que ya no tiene miedo a vivir a sentir…
Sufro, callo y respiro…
No puede..., no debe…, es prescindible que empuje con su indiferencia. Quién sino lo va a hacer?.
Le buscan trepando los oídos entre la gente y más allá, donde los pájaros cuentan sus secretos.
Vacío.
Silencioso, con ruido a sus espaldas, va encontrando en su camino suspiros esos quejidos que mueren en sus brazos.
Sufro, callo y respiro…
¿Atrapado en no sé dónde?
Dormido entre los senos y labios nuevos.
Pegado, despegado de las hojas. Para leer entre líneas una y otra vez sus idas y venidas junto a las libélulas
Viejo e imprevisible.
Sediento de brisas.
Calmado y sucio.
Sufro, callo y respiro…
Oculto detrás de un pasado sin pasado y atrapado en un presente sin estar en el…
Diferente.
Seco, húmedo.
Más ausente que nunca. Volviendo fuerte e inquieto.
Recio
Opaco.
Nunca mío y ¿de quién?
Dominado por la soledad y liberado por las calles que le iban encadenando...
En paralelo con un espejismo del mismo fue despertando de ese letargo…
Muerto como cada primavera.
Muerto como cada amanecer que sobre salta en el cielo.
Muerto como cuando nace la verdad en el culpable y las respuestas le señalan.
Muerto sabiendo que ya no tiene miedo a vivir a sentir…
Sufro, callo y respiro…
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