Dejaría morir…, Dejaría nacer… cada vez que vives en mí. Tachar en la mente los trazos, cuando me recuerdas y no me recuerdas… Viéndome medio muerta…, feliz e infeliz…, vacía y completa…, fugaz y eterna..., ser libre y esclava…, pero juntos soñando despiertos, anidando en tu cama, sabiendo darte y sabiendo dejarte.
Saltaría al vacío para caer en los labios que susurran mordiscos y creen que no tengo en la boca pegada, la luz de la luna partida en pedazos, porque cada cacho se sienta y se tapa apagando su brillo, dejando a oscuras un mundo, que vale la pena.
Incluso enfermaría, y envuelta en calentura de ti, gritando en delirios, sabiendo que eres mío, queriéndome y sabiendo no hacerlo. Y cada línea escrita de historia con feos finales, haraposos momentos y grietas que sudan el llanto, la acompañaría hacia dentro del cuerpo, aun sabiendo que no hay bonitos reencuentros.
Buscaría en la sombra de los girasoles, su amarillo solar, y en las flores marchitas su tenacidad. Buscaría el amor en cualquier pareja del parque, Debajo de una escalera, o en la estación en la primavera, siguiendo su aroma de amor y dejándome atrapada con la mirada en un mundo de extraños, que no saben besar sin encender una estrella con forma de flor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario