El espejismo de las metas

Cierro los ojos buscando dentro del sotano de mi alma, lo perdido en la claridad de la veloz vida. Desperdicio segundos dentro de mi ser, buscando momentos, donde recuperar un poco de la imagen más mía, la imagen que me gusta ser y mostrar. Esa que cuando no sabe donde mirar, busca un espejo para dedicarse un animo, una sonrisa, o un guiño de vamos palante!!!.

Llevo desmesurada paciencia suelta, colmado el buen gusto de palabras serenas y el buscar resignada un lado de paz, para mediar entre fieras, que morderse es su objetivo.

Esquivar los baches es complicado, la paz suprimida por la guerra, deja a un lado mejorar la estrategia, sacudiendo la verdad y soltando las cosas claritas. Desespero en una apatía de repetir una y otra vez los mismos movimientos con el mismo cuerpo. Las hostias son succionadas de todas las direcciones… volviéndome carne de cañón, materia inerte al dolor, cansada de seguir, y sin saber si quiero llegar.

Extenuada la respiración, y enfrentada a quita ánimos, con una vuelta de ventaja en la carrera del destino, despliego las alas y huyo de todo, busco aislarme de la voz profunda de certeza amiga, que me susurra, lo que hay más allá de mis sueños. Que sueños?.

Ni regando con mentiras las frases, avivan las series de sucesos ocurridos. Empapan un cuerpo sumergido en la problemática de las circunstancias, que machacan un poco cada día, robando lo que no será devuelto nunca. La ilusión se roba?...

Pasea la desgana tan libre alrededor, que nombrada las tengo como cariñosa mascota, que juega y muerde cuando se pellizca las ganas de cambio.

Me levanto por impulso del aburrimiento, y me siento por sentirme más aburrida todavía si se puede. No me gusta la canción, que habla de un mañana, porque el mañana es el mismo que hoy, cambiado de número.

No me gusta saber que empecé en un punto y llevo recorrido la nada del inicio. La nada del final, la nada del principio es la misma nada, nada conseguido, nada perdido, nada de nada, de nada.., me mueve a buscar llenarla de un algo.

Caigo en un aguante de entereza ficticio, haciendo creer que me importa todo, cuanto no me importa, ni importar. Me pesa los zapatos de suelas gastadas, con paseos en círculo, por llegar a una nueva zancadilla de un nacido con estrella. Que estrella al que puede.

El agobio se ríe, ignorante de saber que no me afecta, estoy afectada de todo y reseca la entereza, no busca pistas de cómo seguir. La asesinada motivación, no deja fluir la savia nueva por el cuerpo revitalizándole. Me encuentro en un reposo de ideas, en un reposo de sensaciones, en un reposo de saciar ganas de aventura…

Los estímulos se despedazan por regalar ilusión, la lucha por superar un nivel de confianza, rasga las pocas ganas de sentir interés por conocer el mundo y adueñarse de una parte. Rotos los ánimos de tanto forzar un movimiento repetido e incomodo, solo queda la sombra de un ser que el mundo se le está comiendo.

Justifico el parón de energía, con vocablos de sencillez, cargados de inyecciones de efectividad, indirectas que llegan tarde y mal dirigidas, pero que a veces funcionan. Se convierten en sensorialmente impercibible, las ganas de seguir alcanzando metas. Metas sin mapa, metas cambiadas todos los días de sitio.

De diario toca, recorridos intransitables y cargados de impureza, podredumbre que deja los pantalones marcados por el trabajo sucio de otros. Empacha el estomago, dejando estomagado las ganas de seguir alimentándose, con la mañana de sonrisa maquillada, encubriendo falacias sutiles, llenas de lo mismo.

Ya no hago caso a las palmaditas en la espalda que llegan tarde, o porque sobran, y no saben donde guardar, la conciencia obliga a lucir forzadas por los acontecimientos… Las palmaditas de lejos, esas que no llegan casi nunca, se reparten los cabezas de arriba, otorgandose el merito de los resultados sacados a flote por otros, tanto tiempo viendo decisiones torpes, que solo con un bestial esfuerzo se han logrado obtener, y ahora se quieren coronar como lideres de solucionardores de marrones, da risa, sobre todo, por ser los causantes de lo mismos...

No me apetece ser el "yo" de hoy, me apetece, crear alguien nuevo al "yo" de mañana. Un mañana que suene con verdades que pinten el aire de oxigeno renovado, un mañana con ganas de invertir ilusiones, ser alguien que sueñe con cuentos y finales felicices, alguien que mantenga las ganas de sentarse, para mirar un minuto el paisaje, y se levante, porque sabe, que hay algo mejor más adelante.

Alguien, que su mirada traspase con pureza, un mundo lleno de gente, con ganas de aprender y enseñar… alguien que su única motivación, sea sonreír, regalando un poco la felicidad de su corazón…