Jardín de los pensamientos

Recién hecho, huele el pasado a recién hecho, y se escucha el presente con sonido de brindis, a ese movimiento de hojas que nunca se caerán, suena a verdad que besa los dientes al masticarla. Suena a acabar lo empezado y a seguir empezando cosas. Seguir borrando de la memoria lo infeliz. Ese deshecho que ocupa un espacio lleno de sin sabores que hay que ir dejando. Ya las sensaciones han habitando el dolor y saben como aplacarlo.

No hay nada malo que ande ya por esos barrios desgastados. Las calles aunque estrechas estan llenas de olores y tonos verde esperanza. Sólo quedan esos sueños que se han pegado a la carne de las fotos de los álbumes para siempre, y ahora las recorren las sombras y los recuerdos más inocentes que existen. Un leve sueño que escapó del armario de todos ellos pasa al presente y se aloja dentro de mí para llamar mi atención. Lo he echado en falta. Si que sabe el susurro a sueño, incluso después de tanto tiempo, ha perdido fuerza de boca en boca…, pero sigue sabiendo a sueño. Llega de no sé donde, junto a una brisa de recuerdos y respiración cristalina. De imaginación y de entonces… los sueños de los sueños…, lo atrapado en uno, en dos… en cientos de corazones ajardinados.

¿Qué sueña un niño?...Un mundo de sueños más diminutos con ganas de crecer y ser algo más que eso. Sueños.

¿Qué sueña el olvido cuando ha dejado de ser ese sueño?. ¿Qué serena la mente, sino puede ser otra cosa que lo que dicta su razón?.

Todos ellos fueron comprados por un mal pagador, vendidos por un perdedor, mal gastados por un ignorante y perdidos por la imprudencia de tantos momentos inesperados. Los sueños se han pasado de un sitio a otro y yo solo me he quedado con los que nos hacían felices. Mis sueños de infancia, los colocados debajo de la almohada, esos de nocturnidad sin suerte, y de los que supe coger sin alma cada mañana. He sujetado tan fuerte contra mi de manera egoista y secreta. Hubo una epoca que me dí cuenta que muy pocos era los que vivían en nosotros y nos unian. Y cambié todos esos que no completaban nuestro mundo por otros, para que siempre crecieran los nuestros por las ramas, libres en cada estación, libres de ideas raras. Libres para ser soñados sólo por nosotros.