¿Qué
fuego debo apagar en esta tormenta de calor... si el hielo me atraviesa el
corazón bipolar?.
Callada
la noches, callada mi lengua se horroriza de tragar mil cuentos sin contar, y
algunos secretos que tatúan el rincón de los sueños…sin turnos de palabra.
Las
farolas desparraman verdades invertebradas e imparables. Demasiado tiempo
miran a la luz y se apartan de las sombras…y su suelo está lleno de falsos
horizontes que las acompañan.
Mientras
el horizonte de estrellas se apresura al apagón y no se lleva nada, triste esta
la luna por sus pequeñas coartadas en esas ausencias sin brillo.
La Ciudad
esta inquieta e hipnotizada y su único castigo es su toque de ahora y antes …
¿Quien
ha dicho que la montaña no gimen de dolor entre tanto eco que la perturba?. ¿Y
la ciudad muere un poco por su cobardía?. Nadie se atreve a contarlo pero no
dejan de pensar que el dolor viaja y tiene un destino menos amargo.
Cada
ave impregnada de giros la canta un pequeño poema sin rima y con final obtuso a
la vida. Y ella se reserva… canción tras canción…
El
mundo dejo de ser mundo cuando mermo su fantasía y cuando los ojos no pudieron afrontar
la imagen apacible del día y dejaron de creer en la noche.
Ya
no habrá mas hadas con alas ni mas marionetas con hilos cerrando las puertas. El
olvidado ayer sigue entre cenizas vivas…y se quedan mis yo y yo y yo... donde ya no alcanzo.
Tal
vez un día de los que nadie se acuerde de las cicatrices, vuelva a salir corriendo el viento y
salte de banco en banco las pupilas encendidas de la infancia. Y el silencio ya
no se resista a pedir compañía a gritos. Ni la soledad a buscar emparejar su
alma. Y deje de aferrarme al mismo día donde el Norte ya no es Norte.
Un
corazón despiezado, es un corazón que viene de vuelta de lo que nadie sabe, ni sabrá. Es un corazón que no ha dejado de dar y mal recibir. Un corazón ciego y lázaro de su ruegos, cansado de sus miedos. Un latir descompasado esperando tal vez que le den la mano...o lo despierten de su letargo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario